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ANNE RICE


Llegar a mi departamento con mal humor era sorprendente, no me describiría como una chica de mal humor ni cascarrabia, no suelo molestarme con facilidad ni nada, pero hoy tengo ganas de agarrar una almohada y empezar a golpear a alguien hasta que me canse y gritarle a esa persona lo imbécil y estúpido que era. Si, muy agresiva soy.

El trabajo hoy ha sido muy tedioso, unos cuantos chicos morbosos, otros imbéciles, unas cuantas chicas frikis, envidiosas, odiosas o simplemente de esas que creen que por solo ser una clienta pueden tratarme como una sirvienta. Dios, es muy horrible trabajar con mal humor.

Y para rematar todo, extraño mi maldita moto, extraño el aire golpear mi rostro, extraño no depender de nadie para que me traiga a casa y jodidamente extraño cuando era una niña y mis padres me abrazaban y no tenia por que preocuparme por dl dinero, por un techo donde quedarme o por comida y definitivamente no tenia que preocuparme por dos hombres sexys que me estaban volviendo loca.

Con frustración saco mi maleta del closet y empiezo a sacar la ropa y tirarla en mi cama para empezar a doblarla e intentar que quepa la mayoría en la maleta mediana de color café que use para venir desde un principio a Francia.

Mientras ordeno mi mente empieza a sacar opciones de donde puedo quedarme, no tengo un lugar en concreto y el poco orgullo que cargo me exige no pedirle posada a Mike aunque se que si no se lo digo a el quedaré en la calle y soy consciente de que eso no sería para nada responsable de mi parte.

Con derrota y sintiéndome impotente me dejo caer de espalda en el colchón justo al lado de la pequeña montaña de ropa que tengo, saco mi teléfono y pulso llamar a mi mejor amigo, mientras empieza a sonar me debato en si decirle o no, pero por mucho que trate de buscar alguna razón para no decirle no la consigo.

—Minions, ¿Todo bien?

La voz de Mike es reconfortante y saber que lo tengo a él en este país hace que mis ojos se llenen de lágrimas.

—Necesito hablar contigo...

Muerdo mi labio indecisa, tampoco seré una perra y le diré lo que pasa por teléfono no soy así.

—¿Dónde estás?

Oh Mike, mi dulce e inocente Mike.

—En mi habitación, pero...

—Dame 10 minutos y estaré allí.

Un nudo se me forma en la garganta y contengo el sollozo que se acumula en mi interior.

—Gracias.

—¿Estás bien, Anne? No suenas muy bien.

—Si, si lo estoy. Solo un poco abrumada eso es todo.

—Vale, estaré allí pronto. Chao.

Cuelgo el teléfono y me quedo mirando el techo unos largos minutos, recuerdos llegan a mi cuando empecé a vivir en este lugar, mi mirada viaja a la mancha de ketchup que esta sobre la pared cuando me tropecé y deje caer un pedazo de pizza en ese lugar, la mancha de café que esta sobre el escritorio cuando me quede dormida sobre este haciendo un trabajo y desparrame todo sobre esté.

El pequeño rayón que hay en las baldosas del baño cuando deje caer el secador de cabello y se agrietó, la calcomanía que esta en el espejo que puse porque no sabía donde ponerla cuando compre un chicle y me lleve la sorpresa de que traía una.

Recuerdo las noches de pillamada con Trish en éste espacio, las veces que durmió aquí y contábamos historias de terror hasta que las dos nos asustabamos tanto que nos acurrucabamos en la cama y nos abrazabamos hasta quedarnos dormidas. Las tantas tareas y trabajos que hice sobre el pequeño escritorio y la poca ropa que tengo que sacaba y metía en el closet cuando estaba aburrida y no tenia más nada que hacer.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2023 ⏰

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