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El aire golpea mi rostro con fuerza mientras la motocicleta rueda por el asfalto de las calles, miro a mis alrededores mirando todos los monumentos que me regala el paisaje de Paris. Estaciono en uno de los monumentos que más adoro desde que llegue a este país.

Pont Saint-Michel

Uno de los puentes más bellos y reconocidos por estar cerca de Notre Dame, a solo una o dos cuadras de distancia.

Dejo mi moto aparcada en un lugar seguro y camino por el puente hasta detenerme en medio, cierro los ojos sintiendo el aire golpear mi rostro y relajar mi cuerpo, mis nervios y vergüenza se han esfumado solo un poco, pero a cada nada la imagen de mis dos profesores mirándome seriamente mientras los estudiantes me miran siempre llega a mi de la nada y hace que desee estar a miles de kilómetros de distancia.

Solo yo soy tan boba de quedarme a ver la reacción de mis profesores al ver el dibujo y solo yo soy tan tonta de levantarme así tan estrepitosamente al escucharlos decir la similitud de clase que tendría dicho estudiante. Fue tan vergonzoso para mi que imaginó que ellos pensaran que soy una acosadora. A decir verdad creo que debería ir a coordinación de clases y cambiar mi asignatura de educación sexual por la de deporte, así me libraria de ver al profesor Alex nuevamente, pero lamentablemente mi carrera de fotógrafa me dará la obligación de ver artes y eso  me dará más angustia pues mi profesor imaginará que lo pinto cada que puedo y eso no sería muy de mentiras que digamos.

Los dos profesores tienen un aura tan distinta, un físico tan diferente, pero un atrayente y atractivo tan similar que de tan solo pensar en ellos mis dedos vuelven a picar para poder plasmarlos nuevamente en un papel, o en un lienzo... Sería tan magnífico.

Pero más quede en shock al ver a mi profesor Alex... Umm, MI profesor con una seriedad tan depravadora, lo vi sonreir desde que lo conocí, mostrando esos hermosos hoyuelos, que verlo tan serio mando un escalofrío por mi columna.

¿Qué me ocurre?

Nunca me han atraído los chicos e incluso creí que era lesbiana o algo así, pero al ver a ese par de hombres maduros y hermosos algo en mi interior se encendio, como si de un interruptor fuera. Como si mi estómago fuese agarrado por un par de manos y apretujado con fuerza. Es un sentimiento un poco extraño y difícil de explicar.

Suspire con fuerza y saco mi celular al escuchar el tono de este, Trish es la remitente del mensaje, lo abro y leo dicho mensaje que hace que me apresurea mi moto.

**Trish**
-¿Dónde estás? Se te hace tarde para ir a la cafetería.

El viento revuelve mi cabello mientras conduzco con velocidad hacia la cafetería, paso autos y esquivo motos, pero bajo la velocidad al ver a algún policia de transito o alguna patrulla, pues lo último que necesito es que me detengan por conducir con una velocidad más alta de lo debido.

Este año la cafetería esta más llena de lo debido, antes estaba ubicada en un parque cerca de la iglesia que queda a pocas cuadras donde me encontraba hace minutos, pero Marcus el tío de mi amiga abrió otra cafetería cerca de la universidad y pues según me dijo Trish, estudiantes e incluso profesores asisten para degustar de los deliciosos platillos que allí se preparan, decidí asistir a esta cafetería pues me quedaba a solo media cuadra de la universidad y así se me hacía más fácil asistir cuando tuviera clases o cuando saliera de ellas.

Estaciono la moto en una esquina de la cafetería Le plaisir de manger (El placer de la comida) y me bajo quitandome el casco y empezando a caminar hacia el callejón que se encuentra al lado para ingresar por la parte trasera del local. Al entrar me acerco a mi closet y guardo el casco junto con mi mochila, me hago una coleta alta y me quito el sueter que llevaba para ponerme la camiseta negra con el logo del local que me queda un poco ancha, me la meto en el pantalón y me pongo el delantal de caderas del mismo color para ingresar a la cocina y pasar al mostrador donde se encuentra Marcus y Trish hablando en la caja registradora.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora