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Salgo del baño con una toalla en mi cabeza y descalza, mi mirada se dirige a Alex como un imán  atrae, él es el tipo de hombre que con su mera presencia ya está llamando la atención, su dominio, su poder, su aura, su elegancia, su mirada, su sonrisa, todo. Alex es el hombre más atractivo que he visto y con un aura de esos que dicen «Si te acercas no respondo a las consecuencias».

Está arrecostado en la cama, su mirada se posa en mi y recorre mi cuerpo lentamente con los labios apretados, sus ojos se dilatan y se que me esta imaginando con la ropa interior que llevo debajo y debo admitir que se me ve genial, se amolda en los lugares correctos y resalta mis otras partes, todo encaja donde es y es tan sexy y atrevido que me enamore del conjunto de inmediato.

Me siento en la cama y empiezo a hacerle el dobladillo a mi pantalón y en silencio me pongo las medias y las botas, todo con la mirada de a Alex sobre mí...

—¿Tenemos tiempo de desayunar? —Pregunto rompiendo el silencio que me esta consumiendo poco a poco.

—Tenia que dar clases a primera hora, pero ya informe que no iría —Lo miro con los ojos como platos.

¿Acaba de cancelar  unas horas de clases para estar conmigo?

—Eh... Yo —Trago grueso y me pongo de pie para soltarme el cabello nerviosa y empezar a peinarlo, suspiro lentamente —Tenía clases con el profesor Archie Buitrago de camaras analógicas y digitales, no tengo evaluaciones así que podría faltar la primera hora, pero para la segunda tengo un examen.

Termino de peinarme y me hago mi típica coleta alta, escondo la moña con un puñado de cabello y lo sostengo con algunos pasadores, me doy media vuelta y me acerco a mi bolso para sacar y guardar algunas cosas que necesito, ordeno mi escritorio, avanzo al baño para ordenarlo un poco y me pongo de pie frente a la cama con los brazos cruzados.

—¿Estás lista? —Pregunta Alex sentándose y mirándome detalladamente.

—Lo estaría si fueses deducido desde hace rato que debo ordenar mi cama, pero como estás en ella no puedo hacerlo —Se pone de pie de inmediato y se queda mirándome quizás el culo cuando me inclino.

—Nunca te habia oido tan a la defensiva —Susurra y veo de reojo que se mete las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Asi soy yo, solo que no me conocen lo suficiente para saberlo —Digo más calmada —¿Puedo hacerte una pregunta?.

Me pongo de pie y agarro mi bolso, Alex camina hacia la salida y yo cierro con llave, empezamos a caminar al ascensor.

—¿Cuál es? —Dice cuando entramos.

—Tu apellido y tu edad —Digo sonrojandome por esa estupidez.

Él me enarca una ceja y yo me encojo de hombros fingiendo desinterés, pero en realidad me estoy mordiendo las uñas en mi mente y saltando y gritando esperando la respuesta.

—Moretti, ese es mi apellido —Dice y se me cae la baba cuando pasa su mano por el cabello, mis manos pican con las ganas de pasar mis dedos por ese cabello sedoso —Y tengo 28.

Abro mi boca y la cierro sin saber que responder, sabia que era mayor para mi, pero saber por cuantos años todo cambia. Son tan mayores para alguien como yo, soy infantil, inmadura y ellos pueden tener a quienes quiera, pero estan a mis espaldas siguiendome, buscandome y confundiendome cada vez más.

—¿Y Axel? —Digo cuando salimos del ascensor.

Me tenso al ver a Claudia caminar en nuestra dirección y detenerse frente a mí, ruego mentalmente para que no diga nada, pero como siempre los Dioses no me escuchan, o Dios.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora