OCULTA ENTRE LAS SOMBRAS [STEVE ROGERS Y TÚ]

Capítulo 10: Conflicto

Kuznetsov

Me siento débil, no puedo mover ni un solo músculo, me duele horrible la cabeza, no puedo sentir nada, ni mi alrededor. Recuerdo solo que Rogers me trajo con Shuri y ya, mis recuerdos ahora los siento borrosos. Trato de abrir los ojos, pero me era dificultoso. Suspiro cansada y abro mis ojos de golpe. Me siento en la camilla un poco mareada. Si que funcionó el sedante.

Me pongo de pie poco a poco, veo el lugar y camino un poco, veo a Shuri sentada mientras estaba haciendo arreglos a algo cuando veo a otra persona que no conozco, me pongo en guardia y lo miro mal.

- ¡Oye!, ¿Dónde éstoy? - le pregunta a Shuri haciendo que ella sobre salte.

- ¡Hey! No la asustes, colonizador - me acerco a Shuri y el hombre me mira raro.

- Coloni...¿Qué? - me mira confundido. - Me llamo Everett -.

- Si, eso ya lo sabía - dice Shuri siguiendo en lo suyo. - Everett Ross, ex-piloto de la fuerza aérea, ahora de la CIA... - me mira a mí. - Dormiste demasiado... -.

- Ya lo noté...me perdí de mucho - me cruzo de brazos y miro a Ross quien miraba el lugar perplejo.

- Okey, ¿Esto es Wakanda? - pregunta, rondeo los ojos por lo obvio que es su pregunta.

- No, es Kansas - trato de no reir.

- ¿A se cuánto que estuve en Korea? - pregunta nuevamente.

- Fue ayer... - responde Shuri, me quedo pensando y me doy cuenta que estube un día sedada en esa camilla.

- Una herida de bala no se cura por arte de magia en una noche... - dice sin creerlo.

Río sin gracia.

- Aquí sí - responde Shuri mirándolo. - Pero no fue magia, fue tecnología - señala el lugar.

Ross recorre el lugar con la mirada mientras daba algunos pasos.

- No toques nada, mi hermano está por llegar - le dice Shuri.

Siento el asombro de Ross, y ahora que lo estoy escaneado bien, él es el sujeto que hace unos años me quería atrapar por matar a sus agentes. Carajo.

- Yo ya me tengo que ir... - diciendo esto, me retiro y me dirijo a mi habitación.

Caminando por los pasillos escucho unos golpes, me acerco cautelosa al gimnasio y veo al rubio de Rogers golpeando los sacos.

- No lo vayas a romper, cuesta mucho - dije sarcástica, él deja de golpear y voltea a verme, sonríe y se acerca a mi corriendo y me abraza.

Me quedo atónita ante su afecto, no le correspondo el abrazo, solo lo miro mal e intentado alejarlo pero se me hace imposible.

Pasa unos minutos que para mí son muy aburridos e incómodos, cuando el se separa y me sonríe. Lo veo mal y confundida por su extraña sonrisa. Iba a decir algo pero él me interrumpe.

- Perdón, te juro que yo no sabía que eras alérgica a la canela, si yo lo hubiera sabido te juro que... - lo interrumpí dándole un golpe en su cara perfecta.

¿Por qué digo perfecta?

El retrocede del dolor y lo miro mal, tenía muchas ganas de golpearlo, aparte sus estúpidas escusas me estaban colmando la paciencia.

- Eso es por hablar mucho y abrazarme - le digo tratando de no reir por las muecas que hacía.

Suspira frustrado.

- Había olvidado que odias el afecto - fruncí el ceño y ronde mis ojos. Lo mire y salí del lugar dirigiendome a mi habitación para cambiarme la ropa. - ¡Hey! ¡Espera! - voltee a verlo con los brazo cruzados.