CAPÍTULO 127: Pelona se queda

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Abro la puerta de una patada y después de entrar, la cierro de la misma forma poniéndole el seguro.

La asiática horripilante que estaba sentada de espaldas, retocándose el maquillaje, da un respingo y se gira al escuchar el golpe.

—¿Te sorprende verme, ¡coreana de mierda!? —Me cruzo de brazos apoyándome en la puerta, mientras la fulmino con la mirada.

—¿Qué haces aquí y por qué me llamas así?, ¿no te enseñaron a respetar a tus mayores?

—¿Y a ti no te enseñaron a mantener las piernas cerradas? —Abre los ojos como platos, mirándome con condena—. El jueguito se acabó, ¡deja de hacerte la inocente!

—Ja, ja, ja —suelta su asquerosa risa—. Hasta que por fin te diste cuenta, niña ingenua.

—¡Habla de una puta vez y di qué pretendes!

—No me equivoqué contigo, ¿de verdad pensaste que te dejaría el camino libre con Alexander? ¡Qué tonta eres! —levanta una ceja con burla—. ¡Mírate!, ya habías empezado a confiar en mí como una estúpida.

—¿Confiar en ti? —me río divertida—. Si dejé que estuvieras cerca de Alexander es porque confío en él, no en ti —aclaro y parece que me quiere sacar los ojos como un puto cuervo—. ¿Por qué crees que él te ha rechazado siempre? ¡Porque eres una maldita perra sin corazón que le abre las piernas a cualquiera y solo busca tener la atención de los hombres!

—Ya sé por qué estás molesta —afirma dando un paso hacia mí y se sienta en el escritorio—. A mí me recuerda, pero a ti te olvidó por completo —tuerce la boca en una sonrisa burlona—. Te dije que tengo una ventaja de tiempo, ¡yo lo conocí primero que tú!

—¿Y acaso eso te ha servido? Yo conseguí en un segundo lo que tú no has logrado en años y ni siquiera tuve que mover un solo dedo, mientras tú, en cambio, tienes que arrastrarte como una babosa por el suelo, ¿y para qué?, si al final nunca obtienes nada. ¡Jamás tendrás ni siquiera una pizca de atención de Alex!; ni siquiera al maestro Jack conseguiste atrapar. ¡Eres una regalada que cree que hombres como ellos van a cambiar el oro por la mugre!

—Pues te equivocas, porque lo que escuchaste detrás de la puerta es verdad; yo me cogí a Alexander en su apartamento en Corea mientras tú llorabas por él en tu cama, ¿y sabes qué?, mientras me embestía solo pronunciaba mi nombre; sí, así como lo hizo Jack también cuando me folló —parlotea y en lugar de causarme rabia, me causa risa.

—¡Bravo, te felicito! —aplaudo con una sonrisa marcada en mi rostro—. ¡Qué imaginación tienes!, cuéntame más que quiero seguir escuchando para reírme. Qué vida tan desgraciada debes llevar como para divertirte mientras intentas arruinar la felicidad de los demás.

—No me importa lo que tú pienses, aquí lo único importante es que ahora no puedes hacer nada porque Alexander ya se olvidó de ti. Mis planes no salieron según lo esperado, pero el resultado fue aún mejor —declara con una sonrisa maléfica.

«¿A qué se refiere esta perra

Mi mente trabaja durante un instante tratando de entenderlo y la bombilla se enciende...

—Tú... ¿Tuviste algo que ver con el secuestro?

Suelta una risotada que me hace empezar a contar los segundos para abalanzarme sobre ella.

—En realidad mi padre fue quien planeó todo. Él quería a Alexander en el negocio y su segundo objetivo era conseguir que se casara conmigo en un tiempo, aunque... los muchachos necesitaban ayuda, así que tuve que participar también. Solamente retuve un poco a Alexander ese día para que te quedaras sin tu guarda espaldas y ellos pudieran atraparte más fácilmente; mi querido Alex puede ser un problema a veces cuando quiere ser tu héroe. —Mi corazón está latiendo desenfrenadamente, amenazando con salirse de mi pecho—. Sinceramente todos esperábamos que él aceptara el negocio con tal de salvarte la vida; además, en el contrato decía que debía vivir en Corea para poder ocupar el cargo de su padre. Obviamente yo me habría ido también; sin embargo, las cosas salieron aún mejor, porque hubiera sido más difícil para mí poder conquistarlo si tú estabas invadiendo su mente, pero ahora estás fuera de ella. Él no te recuerda y voy a hacer que te saque de su vida de una vez por todas.

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