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Shoto sentía como si estuviera muriendo y posiblemente si lo hacía, desde ese ejercicio que aizawa-sensei les dió, su lobo había estado sufriendo, ni siquiera la intervención de Hitoshi y posteriormente izuku -después de que Hitoshi haya tenido que salir corriendo por quien sabe que-

Ni siquiera eso había logrado calmarlo, había logrado el suficiente control para poder irse a su casa, dónde le esperaba otro infierno.

Su padre.

Casi se había olvidado de aquella muestra de poder que le había dado hace unos días por algo que nunca supo que era, pero aún no le había dado permiso de preguntar, así que no lo hizo.

Pero enji no lo olvido, en cuanto sintió el olor característico de un omega angustiado -el cuál era el que normalmente tenía pero un poco más amargo- decidió castigarlo de nuevo, sin darle tiempo a explicarse, sin darle razones por las que le molestaba tanto que su lobo estuviera triste.

Nada, simplemente lo golpeó y lo encerró en su habitación hasta que "aprendiera" shoto no sabía que era lo que tenía que aprender ¿A rechazar sus instintos? ¿Matar a su lobo?

¿Eso era posible incluso?

Esperaba que no, porque su padre encontraría una forma de obligarlo a hacerlo si encontrará que esa opción es factible.

Miro al techo durante varios minutos, su estómago gruñía, todo su cuerpo palpitaba por el dolor de los golpes, y su lobo no dejaba de llorar dentro de él, lo estaba desesperando.

Llevaba dos semanas desde que recovery girl le advirtió del "duelo" de su lobo y de la posible consecuencia de no encontrar un reemplazo o algo para que su lobo se sintiera mejor.

Lo había intentado con Hitoshi, pero descubrió que no le gustaban los omegas, además nunca le dijo la razón de su actuar, sabía que si lo hacía el peli morado iba a ayudarlo sin dudar, pero su lobo no lo quería, no lo veía como a su alfa o una posible pareja.

Ni hablar de izuku, el directamente parecía no estar interesado en lo que sea que shoto estuviera haciendo, por lo que posiblemente lo rechazaría si se lanzaba sin explicación y si hablaba con él, ocurriría lo mismo que con Hitoshi.

Ademas no quería obligarlos a atarse a él solo porque su estúpido lobo decidió que era buena idea entrar en duelo por un alfa que nisiquiera fue su pareja.

¿En serio estaba tan necesitado de amor que las pocas demostraciones de cariño que bakugo le dió -antes de arruinarlo con su declaración- fueron suficientes para ganarse a él y a su lobo?

Y si, podría argumentar que es porque son destinados, pero si fuera así bakugo también estaría sufriendo, su lobo también estaría protestando, pero no, shoto tenía que ser el único que estuviera muriendo por un maldito enamoramiento.

Termino cubriendo sus ojos con su antebrazo, tratando de evitar que las lágrimas salieran.

No era justo, toda su maldita vida había sido una mierda y cuando pensó que había comenzado a cambiar todo se fue al carajo de nuevo.

No era justo, pero nunca lo fue de todos modos.

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Cuando se despertó ni siquiera tenía ánimos para vendar o curar sus heridas, se dió un baño con la esperanza de que fuera suficiente para limpiarlas y evitar que se infecten los cortes, se cambio el uniforme a uno que no estuviera quemado y lleno de sangre y vomito, por suerte los moretones apenas eran visibles, tenía uno en su pómulo y magulladuras en sus manos cuando trato de defenderse, pero son cosas que apenas se notan si no lo estás observando.

Sus piernas se sentían pesadas, su pecho dolía, su cabeza palpitaba y su vista estaba nublada, su padre no estaba por lo que pudo tomar algo de la cocina, un cereal fue lo único que pudo preparar sin querer tirarse al piso para no esforzarse.

Se lo comió lentamente, mirando hacía el frente de vez en cuando, quedándose unos segundos observando la pared del fondo sin saber muy bien porqué.

Termino su desayuno y lavo el plato para evitar algún regaño, lo guardo después de secarlo y tomo su mochila que aún seguía tirada en la sala, metió las cosas que no estaban quemadas, se puso los zapatos en la entrada y se fue en dirección a la UA.

Ni siquiera supo cuando llegó, las voces apenas se registraban en su cabeza, solo podía escuchar sus propios pensamientos, se dejó caer en su asiento, poniendo los brazos sobre la mesa y poniendo su cabeza sobre ellos para poder descansar.

Se sentía tan cansado, como si no hubiera dormido en años.

Apenas registro los gritos que hubo en el pasillo, apenas escucho el sonido característico de las explosiones de bakugo y no se dió cuenta cuando alguien entro llorando y todos comenzaron a hacer preguntas.

No es como que le importara de todas formas, no era su asunto y si era sincero, incluso si lo fuera, no tenía ánimos ni para levantar la cabeza.

Por suerte aizawa-sensei entro justo a tiempo haciendo que todos se sentarán, no le llamo la atención a shoto, al menos él no escucho y tampoco sintió el arma de captura de su profesor tocandolo, asi que asumió que no iba a ser regañado.

El almuerzo llegó más rápido de lo que shoto esperaba, ni siquiera habia hecho apuntes o prestado atención a las clases, pero al menos al fin podría comer algo decente sin tener que cocinar.

Fue a la mesa que compartía siempre con Hitoshi y izuku, donde ocasionalmente se unían iida o uraraka y a veces ambos.

Está vez solo estaban Izuku y Hitoshi, shoto agradeció al cielo en su mente, ya que no quería hablar y iida o uraraka no pararían de preguntar hasta que shoto dijera algo.

En cambio los otros dos respetaban su espacio, si notaban algo mal, preguntaban y si shoto no quería hablar lo esperaban hasta que estuviera listo. Solo lo obligaban cuando la situación había escalado mucho como para ignorarla más.

Pero como nadie se había dado cuenta de lo que le pasaba, está fue la primera vez para ellos.

Shoto comió en silencio, escuchando las voces de izuku y Hitoshi hablando sobre lo que ocurrió está mañana, lo hacían caso susurrando, no queriendo molestar a shoto y el bicolor lo agradeció, incluso escuchar voces lo molestaba, así que estaba tratando de bloquear mentalmente el bullicio del comedor, al menos siempre se sentaban en una mesa alejada y eso lo facilitaba.

Su almuerzo termino como cualquier otro, shoto se levantó para dejar su bandeja en el lugar asignado, yendo hacia su salón junto a izuku y Hitoshi.

Cuando las puertas del aula se abrieron por el peli morado, sintió que sus piernas dejaban de funcionar, su cuerpo se sintió pesado y su vista se nublo mucho más.

Lo último que escucho fue el grito de asombro de uno de sus compañeros cuando cayó al suelo. Antes de que dejara de ver por completo.

Incluso si no fueras tú •Bakutodo•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora