Leonie
Me levante con el peor dolor de cabeza y nudo en el estómago.
¿Que mierda había soñado?
Me levante de la cama para llegar hasta mi baño, me lave la cara, una, dos, tres veces. Intentando olvidarme de aquel sueño más raro que el anterior.
¿Desde cuando había dejado de soñar con unicornios a pasar a soñar que estaba embarazada.... de Nicholas?
— Buenos días— Escuche a mamá entrar en mi habitación.
— Hola— Respondí sin ganas.
— Que ganas tienes de levantarte— Se burlo mamá sentándose en mi cama.— Cualquiera diría que estas cansada por algo de anoche— Mamá agarro una almohada e hizo una pose rara.
— Vete, mamá— Le dije mientras sonreí.
— Bien, bien— Ella salio de mi habitación.
Me quede allí parada sin hacer nada hasta que el sonido de mi celular me sacó de mi tráfico de pensamientos estúpidos.
《Buenos días, rubia, ¿como amaneció mi enfermera favorita? ¿Lista para salir? Te recojo en 20》
Inconscientemente sentí como en mi cara se formaba una sonrisa de oreja a oreja al leer el mensaje de Nicholas.
Pero.
¿Salir? ¿Salir a donde?
A nadie le importa a donde fuéramos, con tal de que sea Nicholas Leister quien nos lleve.
No agarre la ropa más formas que tenía, ni siquiera tenía.
Me escogí por una blusa corta, pantalones largos, y una chaqueta de Nick, punto.
El cabello, mierda, ¿que me hago el jodido cabello?
¡Genial, Leonie, tienes tanto cabello y no sabes ni hacerte una cola de caballo!
— Cielo, Nick ha venido a recogerte— Mamá abrió un poco la puerta.
— Ahora voy.
¿Ya habían pasado 20 minutos?
Ni modo.
Salí de la casa para encontrarme con él pelinegro favorito de miles de chicas.
— Hola, Nicholas— Salude mientras me detenía frente a él.
— Hola, rubia— El hizo un ademán de darme un beso pero me hice a un lado dejando que el beso cayera en mi mejilla.— Que aburrida eres. ¿Sabes cuantas quieren un beso mio?
— No. ¿Cuantas?— Me burle.
Intente rodearlo e ir a la parte trasera del auto pero el me agarro con un brazo por la barriga y me tiro hacia atrás, pegándome a el.
— No me puedes negar un beso, ángel — Susurro en mi oído.
— Si, si puedo— Me aleje de el con una sonrisa y esta vez me senté en el lado del copiloto.
Fuimos a recoger a Noah, Mario y por último a Anna.
La cual no estuvo muy contenta con mi presencia y la de Noah.
— Yo me voy atras— Dije y cuando hice un ademán de abrir la puerta Nicholas me agarro el brazo y me volvió a colocar en mi asiento.
— Déjalo, llegaremos tarde— Anna se fue a regañadientes en la parte de atrás.
Al principio todo estaban en silencio, ni una sola mosca hacia un ruido, no fue hasta que Noah empezó a hablar.
— Mi vida no era muy relevante hasta que llegaste, Noah— Dijo Anna.
— ¿Que eras antes?
— Ella molestaba a las chicas colegio— Se burlo Nicholas.
— Vete a la mierda.
Nicholas se rió.
— ¿Y tu Nick?— Pregunto esta vez Noah.
— ¿Yo que?
— ¿Como entraste a esto de las bandas?
— Su madre lo abandono cuando tenias 12 años, así que se quiso hacer un rebelde, se fue de casa hasta México y allí conoció a Lion— Comenzó a hablar Anna.
Mire de reojo a Nick el cual se había tensado hasta el último cabello.
— No creo que debías contar eso, Anna— Murmure y miré por el espejo del auto que ella estaba haciendo la peor de las caras.
— Para que te des cuenta de con quien te vas juntando, Leo, Nicholas no es una santa paloma.
Nadie dijo nada más, pero Nicholas si que miraba esperando que yo misma atacara.
— Yo veo con quien me junto, Anna, a diferencia de ti, no paso divulgando los problemas de otros— Dije y podría jurar que la sentí matandome con los ojos a través del cabezal del asiento.
— Como si no supiéramos que solo buscas acostarte con Nick— Mascullo ella.
— No, no es así, no busco acostarme con nadie, menos si es para presumir con todo el mundo.
— Mario, no te parece raro que Leonie ni siquiera salía a la vuelta de la esquina cuando estaba peleada con Nicholas, y que ahora hagan todo juntos, ¿raro?— Anna le sonría de manera retorcida a Mario.
— No, no me parece raro, Nicholas y Leonie son amigos desde pequeños— Le respondió Mario.
¡Mario te amo!
Anna chasqueo la lengua y se dispuso a mirar por la ventana.
— Bueno... ¿Tienen comida? Me muero de hambre— Noah hablo mientras se arriba a el asiento de Nicholas y el mio
— No hay nada.— Habló Nicholas.
Lo mire, el tenia la vena del cuello palpitando, estaba cabreado.
Agarre su mano Inconscientemente y la apreté con la mía.
El me sonrió y luego soltó mi mano, me dio golpecitos en la pierna y llevo la mano a la palanca de cambio.
Nadie dijo nada más en todo el camino, solo estaba en silencio acompañándonos.
Llegamos a un lugar, al que nunca había venido pero quedado algo lejos.
Los cinco salimos del auto, se adelantaron primero, Anna, Mario y Noah.
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Ilegal races - Nicholas Leister
Teen FictionNicholas Leister ha sido creado para amargarme la vida. Alto, ojos azules, pelo negro como la noche... Suena genial ¿verdad? Pues no lo es tanto cuando sabes que es tu mejor amigo de la infancia y de que, además, representa todo aquello de lo que ha...