Ilegal races - Nicholas Leister

Capitulo 8

Nick

Al momento en el que me baje del auto fue hasta el frente del auto quedando frente a frente con Leonie, ella sonrió y luego sacó un carro rojo de su cartera, un Ferrari.

— Hace unos años te di un Ferrari, Nick, esta vez te doy uno más pequeño, pero sigue siendo un Ferrari— Ella me lo acerco.

Agarre el carro y le sonreí.

Fue en ese momento en el que me di cuenta de que me había enamorado de ella, que la quería para mi, solo para mi.

Me había enamorado de mi mejor amiga, de la niña que conocía desde la barriga.

— Gracias, rubia.

— Te iba a regalar un libro de poesía pero ya se que no eres de los tíos románticos— Se burlo ella.

— ¿Ah, si? ¿Quieres ver que tan romántico soy?— Le agarre del brazo y la lleve hacia uno de los muros del lugar.

— ¡No! No quiero que Anna me saque los ojos— Ella se reía al mismo tiempo que yo.

— Esto no me había pasado con Anna, rubia, ni con nadie, es la primera vez que no lo puedo controlar— Le confesé rozando mis labios con los de ella.

— Mario me esta esperando allá.— Dijo ella.

— ¿Que quiere ese tipo de ti?

— No lo se, pero si que he visto como le brillan los ojitos cuando me ven— Bromeo— Aunque es más cuando ve a Noah.

— Aún así, el no te dará lo que necesitas.

— ¿Y que necesito?

Esta vez la agarre de la cadera pegandome a ella, ella empotrada contra la pared y mi pecho y yo contra ella.

— No necesitas besos, si no volcanes de fuego en tu boca— La bese, pase mis manos por sus piernas y muslos, sin nisiquiera separarme de ella.— No necesitas caricias, sino surcos profundos que penetren hasta el escalofrío— Le hable al oído, escuchando como ella jadeaba e intentaba no soltar algún gemido.— Aliento que te Susurre vértigos— La bese de nuevo para esta vez llevar mis mano a otro punto, más profundo de ella, sus sonidos me estaban volviendo loco.— No necesitas placer, sino estremecimiento.

Me solte y aleje de ella cuando vi el auto de Jenna parar frente a nosotros.

— ¡Eh, no hemos visto nada!— Lion elevo las manos volteando la cara riéndose.

— ¿Qué? ¿Ha sido lo suficientemente poético?— Mire a Leonie la cual estaba sonrojada hasta el último pelo.

— Ya tenemos coche para las carreras— Lion le dio un golpe al auto— Le puse 100 caballos al coche de Jenna.

Leonie y yo caminamos hasta ellos.

— Te lo dejo cuando quieras, bro— Ofreció Jenna.

Lion fue por detrás de mi y me rodeo con un brazo por los hombros.

— Oye, papi, ¿estas loco? ¿No que es como tu hermana?