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La puerta se abrió llamando la atención del rubio que se encontraba recostado sobre el sofá más grande de su sala mientras veía un documental de animales en la televisión y comía una barra de chocolate que ya estaba a medio acabar.

Jungkook cerró la puerta y soltó una bocanada de aire como si al llegar al departamento parte de sus problemas se estuvieran arreglando.

-Hola -saludó el pelinegro caminando hasta Jimin para sentarse junto a él y dejar un beso sobre sus labios.

Jungkook aún continuaba viviendo con el rubio, pues su relación continuaría hasta que no existieran pruebas que declararán a Jimin como padre del bebé que Jeonghan llevaba en el vientre. Esa fue la decisión que tomaron, pero Jungkook se sentía mal porque eso de ser el "otro" no era bonito, no podía salir a la calle de la mano con su Jimin ya que los medios explotarían y tampoco podía ponerse el título de novio ya que técnicamente, no lo era.

-Hola nene -respondió el rubio ofreciéndole la barra de chocolate con un gesto a lo Jungkook negó- espera déjame poner un cojín bajo tu pierna.

Primero acomodó al pelinegro para que quedara con la cabeza sobre su regazo y con las piernas extendidas ocupando todo el sofá y luego tal como dijo tomó el cojín que estaba atrás de él y lo colocó bajo la pierna lastimada de Jungkook.

-Gracias -dijo el menor- no sabes como he estado extrañando tus atenciones.

-Pues ya estás aquí y ahora te consentiré en todo lo que quieras -sonrió mostrando sus dientes de conejo y arrugando su nariz- ¿dónde estuviste todo el día?

-Fui a visitar a Jin y terminamos peleando así que me fui de su casa para luego ir a la empresa de mis padres -explicó- se supone que hablaríamos de temas laborales pero terminamos hablando sobre mi y les tuve que contar sobre mi separación y sobre lo nuestro.

-Vaya -el rubio levantó las cejas mientras Jungkook desde su posición miraba sus facciones.

-¿Te molesta que le haya hablado sobre ti? -preguntó con ligera preocupación.

-¿Qué? no nene para nada –se inclinó para besar al pelinegro- solo me sorprendió lo valiente que puedes llegar a ser, ¿cómo estás con respecto a lo de tu mejor amigo?

-No sé como sentirme -confesó- nunca hemos peleado y menos de la forma en que lo hicimos así que no puedo evitar sentirme triste pero también estoy enojado, entiendo que quiere lo mejor para mi pero no es quién para cuestionar mis decisiones.

-Lo arreglaran -sonrió dándole ánimos al menor- y tus papás ¿cómo reaccionaron?

-Mi papá, bastante bien incluso quiere conocerte, pero mi mamá es más difícil, ella no quiere que me separe de Nam —suspiró— bueno ya no hablemos de mí, mejor dime como te fue con Jeonghan.

-Mal, se enojó y no aceptó hacerse la prueba de ADN.

El pelinegro se quedó en silencio meditando las palabras de Jimin, se supone que si el pelirojo no ocultaba nada no tendría por qué negarse incluso así estuviera ofendido o lastimado para demostrar que Jimin se equivocaba se haría las pruebas, todo era tan extraño.

Por otro lado también le entristecía y preocupaba no tener la certeza de si el rubio sería padre o no. Mientras más tiempo pasara, Jungkook se enamoraría más de Jimin y si al final las cosas se ponían en
su contra le iba a doler mucho más alejarse.

Bueno, tal vez no era momento de pensar en eso, ahora solo se debería concentrar en aprovechar el tiempo junto a su amado.


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Ya era hora de cenar y en vista de que ambos estaban muy cansados y no querían cocinar, ordenaron una pizza, pero antes de pedirla entraron en un gran debate sobre cuál pedir, Jimin quería una pizza con piña y el pelinegro decía que esa comida no debería llevar aquella fruta, duraron unos quince minutos debatiendo hasta que el rubio tuvo que ceder y pedir la pizza como Jungkook la quería.

-Dicen que tardaran unos cuarenta minutos -informó Jimin al colgar la llamada.

-Bien, mientras puedo comer otra cosa -dijo Jungkook con una sonrisa coqueta.

-¿Quieres una manzana? -preguntó sin entender a lo que se refería el pelinegro- también hay peras, fresas y plátanos.

-Creo que quiero un plátano –mordió su labio inferior- ¿me lo das?

-Claro, ahora vuelvo –dijo para desaparecer por la cocina.

Jungkook no podía creer que el rubio no entendiera la referencia que le estaba dando, pero no se iba a rendir así le tuviera que decir todo explícitamente.

-Ten -Jimin le tendió la fruta- es la más grande.

Jungkook asintió y la recibió para dejarla a un costado de él.

-Yo conozco otra más grande -continuó con sus insinuaciones- ¿sabes cual es?

Jimin negó confundido, él siempre compraba frutas de la mejor variedad y hasta ahora nunca había visto en ningún súper mercado un plátano más grande del que compraba.

Jungkook cansado de seguir intentando, viró los ojos y se puso de pie con dificultad para rodear el cuello del rubio y susurrar en su oído.

-La tuya —dijo dejando paralizado a Jimin quien no se esperaba eso- ¿me la das?

El rubio sintió como de un momento a otro su amiguito de abajo se levantaba ante el descaro del menor. Llevó sus manos a la estrecha cintura del contrario y lo atrajo hasta su cuerpo de tal forma en que Jungkook podía sentir la erección de Jimin y aquello le robó un jadeo.

-Hagamos esto rápido, no queremos que el repartidor llegué y nos oiga ¿verdad nene?

Tomados de las manos fueron hasta la habitación y se encerraron para hacer lo que tenían en mente, jamás se iban a cansar de compartir tiempo juntos ya sea follando o conversando, ellos querían todo siempre y cuando fuera juntos.


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Yo creo que Jeonghan se deberá hacer amigo con Namjoon y que vean quien tiene cuernos más grandes 🙂

ⓒ LullabyMinn

Mine - JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora