Mine - Jikook

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-No puedo creer que estuve tanto tiempo aquí.

-Pues así es, el médico dijo que no tienes ninguna complicación con tus órganos internos ni siquiera con la cabeza ya que aparentemente tu cuerpo fue el que impactó primero, él único problema es que te fracturaste la pierna y bueno, el sangrado interno que ya lo controlaron.

Jungkook desvió su mirada y vió su extremidad inferior izquierda enyesada que estaba ligeramente elevada siendo sostenida por unas tiras que colgaban desde la parte superior de la camilla, al parecer le iba tomar tiempo volver a caminar a la perfección. Su pensamiento viajó al día del accidente recordando lo último que hablaron con Jimin, le aterraba que descubriera que el bebé era de él, si es que no lo había descubierto ya.

-¿Él bebé tampoco tuvo problemas? —le preguntó a Jin, quien se tensó.

-El accidente fue muy fuerte... con suerte tú estás bien, eso es lo que importa y-

-¿Qué pasó con mi embarazo?

El pelinegro se empezaba a asustar por los rodeos que le daba Jin y no era muy difícil imaginar por qué.

-Jin mi bebé está bien ¿verdad? -dijo rompiendo en llanto— ¡Por qué no contestas!

-El bebé aún estaba muy chiquito y no resistió -explicó con lágrimas en los ojos, triste por ver a su mejor amigo destrozado.

Un fuerte grito resonó por los pasillos del hospital, era Jungkook quien había estallado, no era justo que a él le pasara esto, primero no podía quedar embarazado y cuando por fin lo logró la vida le arrebataba de nuevo la posibilidad de ser padre.

El pelinegro intentaba ponerse de pie a como dé lugar a pesar de su pierna, Jin lo intentaba contener y le decía que todo estaría bien pero nada lo calmaba, tanto que le tuvieron que poner un sedante haciendo que quedara dormido durante un par de horas.

Cuando despertó ya estaba calmado pero aún tenía los ojos hinchados y en la oscura habitación no había nadie más que él, es que ya era casi medianoche entendía que su mejor amigo debía descansar, se incorporó quedando sentado y en esa posición contempló lo brillante que se veía la luna a través de la ventana, cuando era aún un niño cada vez que había luna llena su madre le cantaba una canción referente a ese astro y las estrellas, eso mismo pensaba hacer con su hijo pero ahora simplemente ya no podría.

Con el dorso de su mano limpió su rostro mojado debido a que sus ojos habían lagrimeado ante ese pensamiento, cuando de pronto la puerta se abrió revelando la silueta de un hombre pero no podía reconocer quién era debido a la oscuridad.

-¿Nam?

No hubo respuesta, solo el sonido de la puerta siendo cerrada con el hombre dentro de la habitación, a pasos lentos se acercaba al pelinegro que a este punto ya empezaba a asustarse.

-Si no me dices quien eres gritaré -amenazó.

Nuevamente no hubo respuesta pero ya no era necesario, el rostro del sujeto había sido iluminado por la luz de la luna.

-Grita si quieres pero vendré las veces que sean necesarias hasta lograr hablar contigo.

Ahí estaba Jimin, la persona con la que menos había esperado encontrarse pero no por eso se le hacía desagradable su visita, el rubio le seguiría robando suspiros en esta y en otra vida.

-No deberías estar aquí -habló— no es un buen momento yo... perdí a mi bebé, a nuestro bebé -dijo cabizbajo confirmando que sí era su hijo.

Jimin sabía aquello y se sintió tan culpable por que si no hubiera intentado detener al pelinegro nada de eso hubiera pasado, pero las cosas estaban hechas y ahora solo podía esperar que Jungkook le perdonara.

-Lo sé -dijo acariciando el rostro del menor- aunque tu amigo y tu esposo no me dejaban estar cerca de ti, yo venía y preguntaba tu estado a la enfermera que te cuidaba, lo siento mucho todo fue mi culpa.

-No es así Jim -suspiró- no voy a negar que cuando apenas me dieron la noticia si te culpé pero después pensando con claridad me di cuenta que estaba equivocado, tú no tienes la culpa de nada, nadie tiene el control de las cosas.

-¿No estás enojado conmigo?

Jungkook le dio una sonrisa que apenas se notaba y lo tomó de la mano, a él le gustaría odiarlo para que así saliera de su corazón, pero lo cierto era que no podía hacerlo ni siquiera con la pérdida de su futuro hijo, tantos meses sin verlo ni tener ningún tipo de comunicación habían sido una tortura y añadiendo la sensibilidad de embarazo todo era peor, jamás creyó que el rubio se metería tan dentro de él y ahora era el momento de confesarle lo que sentía, así el corazón de Jimin esté ocupado por alguien más, era necesario que Jungkook sacara todo de su interior para poder continuar.

-Ay Park Jimin ¿Cómo podría enojarme con la persona a la que amo?

Aquello tomó desprevenido al rubio haciendo que su corazón quisiera salirse de su pecho, ¿había escuchado bien? o tal vez solo era una alucinación, una jugada de su mente, cerró los ojos y los volvió a abrir encontrándose con la sonrisa más hermosa que podía haber visto en toda su existencia, ahí estaba su Jungkook confirmándole que todo era real.

-¿Me amas? -preguntó.

-Te amo.

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Shock, estoy en shock 🙀

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