Reconocí ese cabello negro ligeramente alargado y lacio con el estilo de libro abierto. Corrí a recibir a mi hermano, venía con una mochila colgada de un hombro y una maleta de mano. Dejó todo en el suelo y abrió sus brazos para recibirme en ellos.
—Oh, Max, te extrañé tanto —lloriqueé como niña, pero no me importaba.
—Ya estoy aquí —me susurró como consuelo—, también te he extrañado, Mad.
Mis amigas saludaron a mi hermano cuando terminamos nuestro encuentro y nos fuimos al departamento.
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Max iniciaba cualquier plática y conservaba ese encanto natural que tanto lo describía. Mi hermano es un chico inteligente, se graduó con honores en la universidad y cuando tuvo la oportunidad de irse para trabajar a una agencia de publicidad nacional no lo dudó, hasta donde tenía entendido se encargaba de la parte creativa de la agencia, lo suyo era la creación de comerciales de grandes marcas como lo mío era la medicina.
Al entrar al departamento que antes fue mi hogar me invadió un sentimiento de extrañes, era demasiado pequeño a comparación de mi habitación en la mansión del señor Le Revna. Qué barbaridad estaba pensando.
Max venía de regreso por el pasillo y me miró desconcertado.
—Maddy ¿Y tus cosas? Tu habitación está vacía.
Janis y Nora me miraron con una presión recriminatoria y yo quería convertirme en un pájaro para salir volando lejos de toda esta mierda.
El momento incómodo había llegado.
—Eh... yo... pues...
—¿No te contó? —intervino Janis como de costumbre—. Tu hermana se comprometió con el señor Gastón Le Revna, se van a casar y ya vive con él.
El tacto no era parte de la gente que me rodeaba.
Max transformó su confusión en furia en un tiempo récord, necesitaba huir y lo primero que pensé fue en Hawái.
Mi hermano abrió sus ojos—color avellana como los míos—de una manera alarmante, la vena en su cabeza saltó como señal del enfado que sentía.
—¿Qué está diciendo Janis? Madeleine.
Jugué con mis dedos, incapaz de poder explicarme de manera coherente. Es que no había forma.
—Max, yo... bueno, es una historia muy larga, pero es verdad... —me negaba a verlo a los ojos, mi voz sonaba muy insegura—. Gastón es un hombre... —ni si quiera yo estaba convencida de lo que decía—, es alguien encantador y es muy atento conmigo —quería vomitar—, me pidió matrimonio y acepté.
Max parpadeaba, incrédulo. Negó con la cabeza.
—Mad ¿Qué mierda me estás diciendo? Ese hombre es un peligro ¿Cómo por qué te enrollarías con él? —pegó sus manos a su boca—. Carajo ¿Te ha amenazado? —se acercó como perro rabioso—, ¿Es eso?, dímelo, Maddy porque en este mismo instante voy a...
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1° El amo del caos
VampirosTomo I [Completa] ¿Qué pensarías si eres el pago de una deuda? Una vida por otra vida. Ser alguien quien ya tiene escrito su destino. Madeleine entre decepciones amorosas y sus prácticas en el hospital se entera de que su padre la ha puesto como ga...