👑El regalo del príncipe👑

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Una tarde mientras las niñas jugaban en el jardín, se acercó un niño con cabellos blancos muy parecido a Aradia, la reina Bedelia corría detrás del pequeño, a Dione esto le parecía muy raro puesto que su madre casi nunca dejaba que nadie jugara co...

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Una tarde mientras las niñas jugaban en el jardín, se acercó un niño con cabellos blancos muy parecido a Aradia, la reina Bedelia corría detrás del pequeño, a Dione esto le parecía muy raro puesto que su madre casi nunca dejaba que nadie jugara con ellas. El pequeño llevaba en sus manos unas tartas de fresa corría de prisa hacia donde las niñas estaban.

La reina Bedelia llego y presento a los niños. Ese pequeño era el príncipe de la corona y futuro rey de Asteria, los niños de inmediato se llevaron muy bien, aunque era la primea vez que se miraban debido a las normas de la casa del invierno por su sangre corría el linaje de la familia.

El pequeño era muy atento y amigable siempre jugaba con ambas niñas, aunque sus bellos ojos azules brillaban cada vez que veía a la niña con cabello de fuego, Dione era el nombre de ella, pero siempre se terminaba apartando de él y nunca recibía los obsequios que le mandaba, Adara era diferente su cabello blanco era parecido al suyo, ella solía perseguirlo por todo el lugar cosa que irritaba mucho al pequeño príncipe. Los días siempre eran divertidos para los tres niños hasta que se llegó el día en el que él fue apartado de ellas, y como las normas mandaban las princesas fueron llevadas lejos para ser educadas con forme a las costumbres.

Los años se pasaban muy rápido, el tiempo no perdonaba y las estaciones fueron testigo del crecer de los pequeños monarcas. El príncipe Azazel creció apuesto su cabello blanco ahora tenía pequeños destellos plateados y su rostro aniñado ahora era el de todo un hombre muy apuesto, las mellizas crecieron apartadas de la inmensidad del palacio junto a su madre Luna, ella fue la encargada de enseñarles todo sobre su linaje, Aradia era muy afamada por ser una viva copia de su madre poseía una belleza espectacular su largo cabello blanco le daba un aspecto irrealista que llamaba la atención de los más apuestos caballeros, sin embargo Dione poseía una característica especial que la hacía resaltar entre la multitud su largo y ondulado cabello escarlata hacia la perfecta combinación con sus ojos celestes, su nariz respingada y su rostro perfilado llamaba la atención de los demás herederos que esperaban la oportunidad para pedir la mano de la joven princesa.

Esa noche Luna había ingresado a las habitación de las jóvenes, la cual era modesta debido que en su reino tenía la tradición de enviar a las princesas al campo para aprender de humildad y ser educadas para ser una mujer de hogar, cuando Luna ingreso y vio a sus dos hijas no pudo evitar sentir una opresión en el pecho al ver el cabello resplandeciente de Dione, cada día que pasaba se hacía muy difícil ocultar la verdad, pero como podría explicar ella algo como aquello si ni siquiera ella tenía la respuesta a lo que había sucedido esa noche.

Sabía que si su carácter no cambiaba estaría en grave peligro y más cuando su esposo le envió una carta en donde exigía que casara a Dione antes de llegar al reino, si demostraba cariño en ese lugar por su pequeña la destrozarían como a un pequeño animal.

-Madre- grito Adara desde el balcón, ella se acercó con miedo de que estuvieran en peligro- Madre- volvió a llamarla una desesperada Adara, cuando llego a donde se encontraban arrugo su frente al no notar nada fuera de lugar.

-Que sucede- grito ella mas que alarmada, Adara la vio al borde de las lágrimas mientras Dione empujaba una caja bajo la cama.

-Mi padre me mintió- grito con desesperación, Luna no comprendía las palabras de su hija por lo que se acercó a ella la cual sollozaba como si estuviera pasado algo terrible- Me juro que yo me casaría con Azazel, pero el le ha enviado un obsequio a Dione- dijo entre sollozos apuntando a la cama, por un momento Luna pensó que era una niñería de su hija, pero Adara se liberó del agarre de su madre y camino furiosa hacia Dione a la cual tomo desprevenida propinándole una fuerte bofetada. Luna corrió hacia ellas cuando observo a Adara lanzarse hacia su hermana con una tijera en manos, por un segundo Luna creyó que la asesinaría pero esta tomo con fuerza el cabello de Dione.

-Basta Adara- grito tomando a su hija para separarla- si quieres ser una reina este no es el comportamiento de una- Adara se detuvo luego de lograr su cometido, Luna grito horrorizada al ver la crueldad de su hija y Dione se levanto del suelo con el vestido hecho girones, Se acerco al espejo para comprobar los golpe que claramente su hermana le había provocado sin embargo, su mirada se perdió en el corte que le había hecho Adara en el cabello.

-Adara- grito con furia.

La mencionada sonrió con descaro- ahora Azazel no podrá decirte cuanto ama tu asqueroso cabello- los ojos de Dione se aguaron y se sintió tan desdichada por querer tanto a su hermana y no poder actuar en su contra.

-Te ordeno que pares Adara, eres su hermana no puedes tratarla así- Adara lloriqueo como siempre lo hacia para conseguir lo que quería Luna al verla dejo su enojo de lado y la compadeció, acto que hizo arder en ira a Dione ella siempre lograba su cometido, su madre era débil cuando de su pequeña hija se trataba.

-No puedes tratarme así Adara, yo jamás le he dado algo a Azazel para que piense que puede hacerme obsequios como estos- Adara rodo los ojos con desesperación- ni siquiera te he reclamado por cortar así mi cabello o por atacarme, tu desatas tu ira sobre mi por un tonto cuadro- Luna se acerco y tomo el cuadro en sus manos, observo como cada detalle del rostro de su hija se encontraba plasmado a la perfección en aquel bello cuadro, Azazel sin duda era un gran pintor, pero sabía que esto sería un inconveniente porque Belia jamás dejaría que su hijo se casara con Dione.

-Por este cuadro peleas querida hija- Adara negó y de su bolsillo saco una nota, Luna lo tomo para poder leerlo.

-Creo que eso es privado, no me agrada que el príncipe me envié obsequios y notas pero es algo que solo yo debo abrir y leer- se atrevió a decir por primera vez Dione, su madre la vio con tristeza en su ojos, por algún motivo no soportaba verla y no por las razones que todos creían, Luna no soportaba tener tanto tiempo cerca a Dione porque le recordaba a ella cuando era joven y la esperanza se apreciaba en su mirada, por esa razón ella odiaba el hecho de que Azazel deseara a su pequeña, sabía que un rey como él podría destruir su inocencia, Luna arrugo la nota en su manos, sin embargo sabia que no podía actuar de esa manera con su hija y le devolvió la nota a Dione.

-No te atrevas a volver a tocar de esa forma a tu hermana, Adara abrió sus ojos de manera sorpresiva y soltó un fuerte resoplido de furia, cualquiera que las viera las confundiría, Adara era tan parecida físicamente a su madre que eran como dos gotas de agua, sin embargo, ella había heredado el carácter de su padre- Dione daría su vida por ti, debes de mostrar respeto por aquellos que te aman Adara- las observo a ambas y un destello atravesó su triste mirada- no peleen más, háganlo por mí.

Las dos asintieron y Luna salió de la habitación dirigiéndose a la cocina. Dione camino fuera de la casa con la nota entre sus manos, ni siquiera había leído lo que decía, Adara había recibido el obsequio y lo abrió pensando que era para ella, su mente se nublo cuando se enteró que era para su hermana.

Camino al pequeño jardín y tomo asiento en una banca de madera, desdoblo el papel y leyó el contenido que la dejo perpleja.

Mi amada Dione, cuento las horas para que puedas estar a mi lado, tu fuiste traída a este mundo porque yo lo ordene, tu vida me pertenece y tu cuerpo también, pronto serás mi esposa y se que serás la mujer mas hermosa que hallan visto mis ojos y los de mis súbditos, desde el día en que volví a ver tu bello rostro en aquel baile supe que serias mía y este es mi obsequio para ti, yo mismo pinte tu retrato porque odia el solo pensar que alguien mas pueda apreciarte, hice dos cuadros iguales, uno es para ti y el otro cuelga en mi dormitorio.

Att: el futuro rey de Asteria.

Un escalofrió le recorrio el cuerpo, jamás había amado a Azazel y se lo había dejado claro en mas de una ocasión pero el parecía no querer entender aquello, cada vez que lo rechazaba era como incentivarlo a seguir.

Cualquier mujer mataría por estar en tu lugar, le dijo una vez Adara y su padre, pero ella jamás podría casarse con alguien como Azazel, a el no le interesaba si ella era feliz a su lado, su obsesión iba mas allá de todo. Y se lo había dejado en claro en mas de una ocasión al tratarla como a una muñeca de su propiedad.

Astraea el reino malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora