El dia se había tornado misteriosamente calido, la nieve había parado de caer, y aunque en Asteria el gris predominaba, ese dia pequeños espacios en el cielo se asomaban de un color celeste. Estaba realmente emocionada, jamas le habían dado la libertad que probaban sus alas en esos instantes, tomo una capa de color azul, y lleno una bolsa con suministros, sabia perfectamente que quería ver, no voltio hacia atrás cuando abandono la casa que aun seguía llena de personas que corrian de un lado a otro acomodando cuadros y limpiando el lugar. En las entrañas del bosque había varios lugares que parecían estar bendecidos con los pocos rayos de sol, pero esta vez no quería quedarse en Aquel sitio, Dione camino mas allá de los inmensos arboles hasta llegar a un pequeño pueblo, las casas en aquel sitio eran pocas que podía contarlas con los dedos de las manos. A pesar de ser un lugar muy pobre las personas estaban reunidas en el medio de una destrozada calle con pocos alimentos en su mesa.
Cuando las personas la vieron, gritaron al reconocer el poder en su sangre, sin duda alguna era una de ellos, pensaron todos al verla, puesto que su belleza parecía irreal y poseía una compleción diferente a la de los simples humanos.
-No nos mate señora, nosotros juramos lealtad a la casa del invierno- Dione entorno los ojos y arrugo levemente su rostro, todos los allí presentes lanzaron una leve inclinación de cabeza evitando mirarla.
-No he venido a torturarlos, no soy una señora soy una mujer común, no me teman- dijo casi en un hilo de voz, odiaba con todo su ser ver el temor en los ojos de las personas cuando la veian, ella no era como los altos reyes o aquellos nobles presuntuosos y jamas lo seria, jamas podría ser tan cruel con los inocentes, algo dentro de su alma se lo impedia.
-Mi señora usted es una mujer perteneciente a una casa noble, podemos verlo en su vestir- dijo una joven que se había atrevido a levantar la cabeza, tenia el cabello negro y sus ropas eran escasas a pesar del cruel frio que sentiría, la joven observo que Dione la observaba y agacho la cabeza avergonzada- Lo siento si mi vestimenta la incomoda, pero es lo único que tengo- las palabras en la boca de la joven se sintieron como espadas, ella lo tenia todo jamas paso una sola necesidad y apostaría la vida que esas personas habían pasado mas de una.
Rapidamente descolgó la bolsa de sus hombros y aunque no fuera mucho, camino a paso desidido hacia ellos, cuando estuvo mas cerca sus ojos se centraron en el pan duro y la leche que tenían en sus platos- He traido algunas cosas para ustedes- los humanos aun seguían con sus cabezas gachas- por favor no teman jamas dañaría a alguien, yo solo quiero compartir con ustedes.
-No queremos su lastima- grito un hombre desde el fondo de la calle, Dione lo siguió con la mirada no era un hombre era un joven casi un niño, la veía desde la lejanía como si hubiera cometido un delito- vallase y dejenos tranquilos, no necesitamos la lastima de una noble como usted
La sonrisa de Dione se borro de su rostro- Cual es su nombre señor- el joven rio sin gracia y camino hacia ella.
-No soy un señor, niña mimada- el se acerco y tiro un balde con agua a sus pies, Dione pego un grito por la impresión y se alejo unos pasos, observo alrededor pero las demás personas seguían sin moverse- ya tuviste tu espectáculo, ya te has burlado suficiente de mi gente, no eres la primera en venir aquí y hacer de nosotros su circo- ella negó varias veces y la joven que antes había hablado intervino.
-Basta Jonas, es una dama debes respetarla- Dione arremango un poco su vestido esperando un paso en falso para huir antes de ser lastimada, su intención jamas había sido ofenderlos- señorita que es lo que realmente hace aquí. - Dione volvió a colocar la bolsa en el suelo y metio la mano para sacar las diferentes mermeladas y los quesos.
-Solo quiero compartir con ustedes- ella extendió las cosas hacia la joven y ella lo tomo con descofianza esperando algún peligro- puedes tomarlo sin miedo, jamas podría dañarlos, digo la verdad- unos niños se acercaron a la bolsa tomando algunos dulces y los metieron a sus bocas, sus padres pegaron un grito ahogado esperando que estuvieran envenenados, pero nada les sucedió y los niños siguieron comiendo. Los demás al ver esto se acercaron para tomar cosas de la bolsa he iniciar a comer.
La joven se acerco a Dione y le sonrio con amabilidad- gracias mi lady- Dione le sonrio de regreso, recordó las palabras de la joven y quito los lazos de su capa.
-Un regalo para ti- dijp tendiéndole la capa, la joven negó varias veces, aunque sus ojos demostraban lo contrario un brillo se apodero de ellos cuando vio la plata en esa fina tela- tomala te quedara muy linda- esta vez ella si la tomo en sus manos, y el joven que permanecía mirándolas desde la distancia camino sin interés alguno dentro de una casa.
-No le hagas caso, el es muy malhumorado, aunque tiene razón en desconfiar- el rostro de confusión de Dione debio ser muy notorio puesto que la joven le hizo una ademan para que tomara asiento con ellos- la ultima vez que alguien nos ofreció su ayuda fue para llevarse a algunos esclavos a su fortaleza, antes éramos una aldea prospera pero mas de la mitad de las personas fueron llevados para venderlos como esclavos- Dione sintió pena, sabia que la esclavitud era la principal razón de perder vidas pero nunca imagino a que nivel.
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Astraea el reino maldito
RomansaDesde que tenia memoria, siempre había crecido a la sombra de su perfecta hermana. Todo lo que el reino quería lo era Adara Lounfost. Todos esperaban que ella fuera la reina. Pero un rey caprichoso no pensaba lo mismo, porque en cuanto sus ojos capt...