Agudizo sus sentidos a pesar de la delicada situación en la que se encontraba, después de que escucho la puerta cerrarse conto hasta diez para ponerse de pie, pero las piernas tenían hematomas en todos los lugares posibles, su rostro y sus manos estaban ensangrentadas, luego el sonido de una puerta abriéndose hizo que sus sonidos se alarmaran, se arrastró sobre el frio suelo y entro en una de las celdas que quedaban al fondo de la habitación rogando para que nadie la encontrara.
-Por favor, no dejes que me encuentren, te lo ruego- dijo al viento esperando que alguno de los dioses se apiadara de ella, al instante reconoció las voces de los guardias anteriores, el corazón se le acelero por el miedo y por un momento el dolor de sus heridas paso a segundo plano.
Los pasos se escucharon más cerca y desde la oscuridad de aquella fría celda observo dos pares de botas negras frente a ella, su cuerpo recibió varios temblores y dejo de respirar, con la certeza de que la llevarían a rastras.
-No esta- dijo el guardia de cabello negro. Los ojos de Dione se abrieron al escuchar aquellas palabras.
-Hay que buscarla antes que el rey se entere o nos matara. –El mismo guardia se paseó por todo el lugar abriendo cada una de las puertas. Dione se encogió en un rincón de la celda, preguntándose. ¿Cómo era que no la había visto?
-No esta muy lejos- el guardia volteo su rostro al castaño que estaba frente a la celda en la que se escondía Dione- quizá solo este a unos pasos de nosotros- esas palabras la hicieron erizar. El volteo su mirada hacia ella, robándole el aliento. Dione estaba segura que la miraba fijamente que el sabia donde estaba, pero a pesar de esto y contra todo pronostico él castaño giro su rostro hacia otro lado.- Estoy seguro que ella escapo por el pasadizo.
-¿Cómo sabes eso?
-Es su castillo, debe conocer muy bien todos los pasadizos- levanto los hombros dándole a entender que la situación era muy obvia-Además esta golpeada dudo mucho que pueda subir siquiera un peldaño.
El guardia se paseo intentando analizar la situación- No pudo haber salido de aquí, la puerta estaba cerrada por fuera- luego se giro hacia su compañero con notable orgullo- tienes razón ella debió usar un pasadizo. Que bueno que al fin me dieron a un soldado que si usa la cabeza- palmeo la espalda del castaño- ¿Cuándo dices que te transfirieron?- El castaño sonrió, pero aquella sonrisa fue como la mueca que el mismo diablo habría hecho para burlase de la humanidad.
-Hoy- dijo con simpleza. Luego entrecerró los ojos observando al hombre que tenia frente a el- Ve a buscar a la pequeña princesa antes de que pierdas la vida-le aconsejo.
-Debemos dividirnos para abarcar mas terreno- sugirió el pelinegro.- Ve tu hacia el lado este del castillo, yo iré por el pasadizo de emergencia que da hacia el salón principal, estoy seguro que fue por allí.- sin esperar respuesta del castaño se giro buscando la entrada al pasadizo y cuando logro encontrarla se fue dando zancadas fuertes, para ahuyentar a los bichos que caminaban por el suelo.
-Camina entre los idiotas y triunfaras- dijo el castaño, burlándose de su compañero- Salga ya- se volvió a girar hacia la celda. Dione se levanto del suelo, con una fuerza descomunal que quizá solo era su instituto de supervivencia. – Por primera vez en toda mi vida, lamento no poder ayudar.- La observo mas de la cuenta-Lamento no poder ayudarla, pero estoy aquí por una misión.
-A hecho mas por mi de lo que cree- lo observo, deseando ver el rostro de aquel guardia- Debe decirme su nombre, estaré en deuda con usted toda mi vida- ella se acerco con pasos torpes pero el se alejo- Al menos déjeme ver su rostro.
-No crea que soy un salvador. Vallase antes de que alguien la encuentre- El se giro subiendo las escaleras y dejándola sola en aquel frio lugar.
Se tomo un momento para pensar en la mejor manera de escapar. Sabía que subir la escalera no era una opción se mataría antes de llegar arriba, y alertaría a los guardias, entonces recordó las miles de veces que su madre le hablo de formas de salir del castillo sin ser vista, hasta ese momento nunca creyó que necesitaría poner esos conocimientos en acción.
Busco una pequeña entrada de luz y cuando la encontró empujo con las pocas fuerzas que le quedaban el ladrillo, dándole paso a un oscuro pasadizo.
Tomo una fuerte bocanada de aire y se adentro, el lugar era angosto en donde apenas y lograba caminar, a cada paso que daba sentía ventiscas de aire que la empujaban haca atrás, pero no se detuvo ni titubeo, camino aferrándose a las paredes para evitar caer. Cuando pensó que no podría seguir de pie la luz del sol le golpeo el rostro con fuerza, haciendo que se preguntara en donde estaba.
Salió al exterior apreciando la llanura, dándole una respuesta a su pregunta, estaba en el bosque del que tanto le avían advertido, no entres allí o un monstruo te llevara y desgarrara, todos cantaban canciones para advertir a sus hijos sobre el bosque de Siria sabía que entrar allí era un suicidio, pero volver al castillo era una muerte segura.
Camino hasta llegar a un claro lejos de toda la maleza se tiro al suelo y desgarro las telas de su vestido cubriendo sus heridas. No quería moverse sentía cierto alivio al estar tumbada, como si absorbiera la fuerza de la tierra.
Con forme la noche callo no había un solo lugar donde refugiarse en donde el frio viento no la atormentara, quería vivir pero ¿como lo hacia? ella jamás tuvo que cazar para sobrevivir y comer los frutos de ese lugar no era una opción, podría ser fruta del sueño o alguno que le causara la muerte, y hasta ahora había logrado escapar de ella.
El sonido de voces a la lejanía, las estrepitosas risas de niños. Se levanto del suelo y camino en dirección a las voces. Personas bailando alrededor del fuego, niños jugando en el pasto. No pudo evitar observarlos, atenta a los movimientos extraños que hacían al moverse, jamás había escuchado de personas que vivieran en el bosque.
Un niño se le acerco, ella le sonrió pero este salió corriendo y gritando con terror, alertando a las personas que no dudaron en acercarse con armas que podrían cortarla con un solo toque.
Una mujer anciana se le acerco caminando con la ayuda de un pedazo de madera, la observo y sonrió tiernamente para luego lanzarle en el rostro algo que parecía ser polvo de Amaranta.
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Astraea el reino maldito
RomanceDesde que tenia memoria, siempre había crecido a la sombra de su perfecta hermana. Todo lo que el reino quería lo era Adara Lounfost. Todos esperaban que ella fuera la reina. Pero un rey caprichoso no pensaba lo mismo, porque en cuanto sus ojos capt...