CAPÍTULO 7

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- ¡Pero que co...! - quien narices grita tanto son las seis de la mañana, es...¿Andrew?-
- ¡Explicadme que narices se supone que estáis haciendo, os hemos contratado por algo ¿no?, bien pues ahora mismo me vais a decir que significa esto - ¡madre mía! Creo que nunca lo vi gritar así...-

Cuando me doy cuenta nos vemos todos bajando las escaleras como alma que lleva el diablo, llegamos a la puerta de entrada y vemos a Andrew abroncando muy fuertemente al personal de seguridad con una carta en la mano...¡dios mio! ¡Otra nota!

- Es él de nuevo ¿cierto? - rápidamente las caras de susto cambian de enfoque, giran hacia mi.-
- Cariño... no... perdonad no quería despertaros, simplemente me sobresalte un poco.
- Bueno ya esta bien, si queréis estar todos aquí haciendo guardia con un equipo de seguridad inmenso ¡vale! ¡Perfecto! Hay habitaciones de sobra, pero se acabó el tratarme como una niña pequeña, trae esa carta.

Y como por arte de magia tan rápido que ni yo misma lo vi venir le arrebaté la carta al pobre Andrew, la abrí y ahí estaba de nuevo la nota:

"NO PUEDES ESCAPAR DE MI"

La leo, les miro, la vuelvo a leer, cae al suelo y me voy a la cocina, un vaso de agua, pongo la cafetera a hervir, saco huevos, leche, sal, de forma autómata caliento una jarra de leche, hago zumo de naranja suficiente y tortitas, en silencio.

Ellos han venido tras de mi, callados como yo, me observan, escrutinan cada paso que doy, saco platos y cubiertos para todos y pongo las tazas en la mesa, vasos para el zumo y miel, por supuesto, no serian tortitas sin miel.

El café esta listo, llevo las jarras a la mesa, el zumo tiene una pinta impresionante, termino de hacer las tortitas, me siento a la mesa y...

- ¿A que coño estáis esperando? Los problemas no se van a ir antes con el estomago vacío así que sentaros de una vez.

Siguen en silencio, con la boca abierta pero me obedecen al instante, despido al personal de seguridad y les mando volver a sus tareas.

- Jane...hija...
- Primero el desayuno mama, con paz, en familia, luego lo discutimos.

Extendemos la primera comida del día por hora y media, ya estábamos todos desvelados e impresionados, no había prisa por poner nombre a aquello, tras eso recogemos la cocina, nos dirigimos al salón, esta vez es Richard quien toma la nota entre sus manos, ¡allá vamos!

- Hay que llamar a la policía - todos asienten como si fueran robots-
- Y aumentar la seguridad - añade Malcolm-
- Alquilaremos una casa con mas refuerzo de seguridad - sigue Diana-
-Y tenemos que contratar un abogado que lleve el tema - ¿también lana?-
-Esto no va a parar...

¡Por dios mama! ¿Están todos locos o que? Encima hablan por turnos sin pisarse, como un guion ensayado.

Media hora mas discutiendo, aportando ideas, buscando casas fortificadas y planeando que decir en los trabajos de cada uno, de verdad que se les ha ido la cabeza, no pueden hablar en serio, todo por dos notas de nada, que si que el remitente preocupa pero ¡joder!...

La única que no ha abierto la boca aun es Kate, esta sentada, con brazos y piernas cruzadas, mirando, observando, hasta ahora, de pronto comienza a taconear de impaciencia, se la ve fruncir el ceño, abrir los brazos, ponerlos en linea sobre las piernas y parar de taconear, conozco esa rutina ¡amarrense el cinturón! Se avecina huracán.

- ¡basta! Dais por supuesto demasiadas cosas y no, la historia es un pelín mas compleja diría yo - todos callan, la miran, reconocen la cara igual que yo antes de que comenzara a hablar - Podemos estar dejándonos llevar por la histeria todo el día entero si queréis, pero sabemos perfectamente como va a terminar esto, Jane no va a querer abandonar su casa y, en este caso, yo estoy de acuerdo con ella, seria como darle la victoria a ese hijo de... - se da cuenta que esta alzando la voz, para, cierra los ojos, respira hondo y continua. - Lo que vamos a hacer es lo siguiente...

Un Sueño TurbioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora