I have a girlfriend (Chaesoo)

Capítulo 16: Tiempo perdido.

"Esto no está bien"

Y otro beso interrumpe el susurro de la conciencia.

Chaeyoung estaba tan encantada como asustada. Por Dios, que se encontraba besuqueándose con Jisoo en el almacén del gimnasio de la escuela. Si alguien entrara en ese momento, justo cuando la pelinegra jugaba peligrosamente con su lengua mientras enredaba sus dedos en su cabellera rubia, seguramente ya no estaría en la escuela para contarlo.

"El único que puede entrar aquí es Haein o el conserje" Habla Jisoo cuando al fin deja de probar los rojos e hinchados labios de Chaeyoung, tratando de regularizar su respiración y permitiendo que la más alta lo haga también. "Yo..." Suspira, algo avergonzada. "Yo mandé a Haein hacer algunas cosas a la oficina, él está muy ocupado como para merodear por aquí" Sus mejillas ardían por la locura que había hecho, debería darle vergüenza usar a su amigo solo para venir hacer este tipo de cosas, pero es que no lo podía aguantar. Ya no sabía cuantos besos le había dado ese día a la bella rubia, que sorprendentemente había correspondido a cada uno de ellos. Primero fue uno fugaz en la estación de tren como saludo, después fue otro en el autobús porque Chaeyoung no despertaba de su hombro, uno más cuando se encontraron por accidente en el baño, y, por último, en el almacén del gimnasio; aunque este último fue un poco más planeado, ya que deseaba besarla de la misma forma en que lo hizo esa vez en la casa de su abuela. No lo podía evitar cuando Chaeyoung se veía tan hermosa caminando por los pasillos, con aquella sonrisa que lograba derretir todos sus sentidos. No podía evitarlo cuando ya había probado sus labios. Necesitaba más, y mucho más.

"¿Y el conserje?" Pregunta Chaeyoung casi en una pequeña risa, besando las sonrojadas mejillas de la pequeña.

Besándola.

Chaeyoung estaba besando a Jisoo. Todo eso realmente estaba pasando, y la rubia no podía más con la emoción en su cuerpo.

"Él aún viene en la tarde" Asiente ella, mirando con entusiasmo los ojos de la más alta.

"Ya veo, así que lo tenías todo planeado" La rubia alza una de sus cejas acusatoriamente. "¿Tanto te gusta besarme?" Bromea con una sonrisa ladeada, apretando el agarre en la espalda de la maestra, quien solo muerde su labio inferior, sintiéndose atrapada.

"¿Cómo no me va gustar besar a mi novia?" Le guiña juguetona, causando el rodar de los ojos de la más alta.

¿Qué quería ganar Jisoo tratando de esquivar sus sentimientos? Pensaba que estaba siendo valiente al tomar a la más alta en sus brazos y besarla de tal forma que sus alientos y gemidos se mezclaban entre sí. Sin embargo, toda esa valentía que supuestamente había adquirido, se iba al tacho de basura al seguir con el tonto juego de ser su novia de mentira.

Vamos, que Chaeyoung está correspondiendo sus besos ahora mismo, tomando el control de ella en ese momento, arrastrándola presurosa a una mesa empolvada cerca a ellas, mientras apretaba su cintura con desesperación y la subía sobre el material de madera para situarse entre sus piernas y profundizar el beso con satisfacción. Que Chaeyoung está acariciando la piel de su espalda bajo la holgada camisa que traía ese día, mientras sus labios se movían desde su mejilla hasta la longitud de su cuello haciéndola suspirar. Que Chaeyoung está haciendo de todo menos alejarse de ella, más bien, podía oír sus bajos gemidos diciéndole que todo lo que estaba sucediendo está bien.

¿Qué es lo que la detenía? Simplemente tenía que decirlo y era totalmente seguro que la bella rubia, que estaba tan loca como ella, aceptaría todo lo que le propusiera.

"Chaeyoung" Suspira su nombre, logrando que los labios de la susodicha subieran a su mejilla y la besara con cariño, una y otra vez, hasta que solo se detuvo para tratar de calmar su respiración, pero sin separarse del rostro de Jisoo, posando su frente con la de la pequeña para que luego sus narices se acaricien con algo de timidez. ¿Qué estaba haciendo? ¿A qué estaba esperando? Su corazón iba a estallar de tanta ternura que recibía por parte de la rubia. Cada caricia, cada suspiro, cada beso, cada uno de sus movimientos le estaban gritando la afirmación a su tan esperanzada pregunta. "Chaeyoung, tú..."