Capítulo 20: Días contados.

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A diferencia de Chaeyoung, que había caído rendida en un sueño al tocar la almohada, Jisoo ni siquiera había conseguido pegar un ojo en toda la noche. No tuvo de otra que disfrutar como la rubia ronroneaba a gusto escondida en el hueco de su cuello, o como una de sus piernas pasaba sobre su cuerpo mientras su brazo apretaba más el agarre en su cintura para pegarla a ella, dejándola completamente inmóvil. Aquellos movimientos de la rubia, además de sus adorables y pequeños ronquidos, la entretuvieron toda esa noche conforme transcurría el tiempo sumergida en sus pensamientos. Jisoo simplemente suspiró al dignarse agarrar su celular y ver la hora en la que se encontraba, el cual marcaba las cuatro de la mañana. Con cuidado se liberó del abrazo de Chaeyoung poco después de sostener el aparato en sus manos, ya que la mitad de su cuerpo se había estampado sobre el de ella. No pudo evitar soltar una pequeña risa al verla acomodarse en su cama entre sueños, y hacer un puchero tal cual niña pequeña que acababan de quitarle su juguete favorito. La cubrió con las sabanas nuevamente, y dejó un casto beso en su frente antes de salir de la oscura habitación. Caminó entre los pasillos para dirigirse a la sala, y así, con algo de cansancio, poder sentarse en uno de los sofás que estaban allí. 

Después de pensarlo un poco más, logra soltar un gran suspiro de derrota. La pelinegra mira sus manos atentamente, dejando el celular a un lado. Ni siquiera sabía como podría usarlos para satisfacer a Chaeyoung, en su vida se había planteado aquel tema en el que ahora se encontraba en un conflicto. Es decir, el deseo por Chaeyoung se había hecho cada vez más fuerte conforme el coqueteo iba en aumento, y recuerda que todo ese sentimiento se había desbordado en dos ocasiones, aquel día en el ascensor del edificio donde vivía, y la vez que pudo ver la piel desnuda del abdomen marcado de Chaeyoung, mientras untaba una pomada en el golpe que hace poco había desaparecido de ella.

¿Podría ser suficiente? Pensó. Sin embargo, aquel pensamiento fue borrado inmediatamente de su mente, negando con su cabeza varias veces. Chaeyoung dijo que la amaba, e iba a ser lo que sea para hacerla feliz. Buscaría alguna solución para su liberación, esa misma que pedía con su mirada ansiosa y movimientos necesitados contra la palma de su mano. Jisoo traga saliva al recordar el calor de su zona íntima, y observó por unos segundos la mano que la había tocado hace tan solo unas horas, aún podía sentir su humedad caliente rodear por completo la extremidad que estaba viendo.

Minutos después, la maestra se dispuso a trabajar en lo que realmente era buena, investigar. Su celular fue tomado en sus manos y sus dedos se empezaron a mover rápidamente por la pantalla, buscando toda la información que pueda haber en el Internet. Así pasaron las horas, Jisoo había prendido las luces de la sala y había traído un cuadernillo con un lápiz para anotar cada cosa importante que pudiera obtener de su celular. Cada vez que veía más y más, y sus ojos pasaban por imágenes algo gráficas en acompañamiento al texto, su boca se secaba, su respiración se volvía irregular y la incomodidad en su intimidad aumentaba. Lo único en que podía pensar era en lo bien que se sentiría Chaeyoung si pusiera en práctica cada cosa que leía y veía.

Jisoo no se dio cuenta, pero su novia, la cual tanto estaba rondando en sus pensamientos, se había levantado al no sentir nada en sus brazos. Chaeyoung se puso de pie en la solitaria habitación, bostezando y rascando su cabellera rubia con algo de confusión. Sus pies la llevaron inmediatamente fuera de allí, deseando ver a Jisoo nuevamente. No tenía conocimiento de la hora en que se encontraba, pero sabía que el día había llegado, sobre todo al percatarse de los rayos del sol adentrarse por las ventanas de la casa, las cuales se encontraban a un lado de la puerta, frente a la sala. Su mirada sube primero a las luces aún prendidas del lugar, luego, baja a la maestra sentada en la mesa situada a un lado de los sofás. Ella miraba con detenimiento su celular; sin embargo, hubo algo que llamó su atención al verla. Su pijama seguía cubriendo su cuerpo y su cabello negro se encontraba un tanto despeinado, tal vez debido a sus ansiosas manos que sostenían un celular en una, y en la otra, un lápiz que no podía mantenerlo quieto. Chaeyoung frunce su entrecejo al percatarse de sus mejillas sonrojadas y como su pecho subía y bajaba con rapidez, sobre todo como había atrapado con fuerza su labio inferior entre sus dientes, aún sin despegar su vista del celular que sostenía.

I have a girlfriend (Chaesoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora