Capítulo 24: Un paquete para Jisoo.

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Las horas habían pasado después del incidente en la escuela. La oscuridad había desaparecido hace poco para dar paso a la resplandeciente luz del sol esa mañana. El cielo rápidamente se pintó de celeste y las calles de Seúl empezaron a llenarse de una gran multitud queriendo llegar a sus trabajos. Mientras tanto, en el piso diez de un lindo edificio, justamente en la habitación de una cierta maestra, descansaba ella, abrazando a una ya despertada rubia.

Chaeyoung sonreía satisfecha al caer en cuenta del lugar en el que se encontraba, sintiendo el posesivo brazo de Jisoo acercarla más a ella. Su espalda estaba tan pegada al torso de la pequeña que sus pechos se apretaban contra ésta. Chaeyoung suspira encantada, sobre todo cuando percibió una de las piernas de la maestra escabullirse entre las suyas. Parecía que los dos cuerpos trataban de fundirse en uno solo, y Jisoo estaba siendo la encargada de lograrlo.

Como pudo, Chaeyoung voltea su cuerpo para estar frente a frente con el rostro pacífico de Jisoo, pudiendo ver como sus abultados labios se abrían levemente por el sueño que estaba teniendo en esos momentos. Parecía un pequeño oso invernando al no sentir los movimientos que había hecho para besar su frente y la punta de su nariz, aún así, su brazo seguía sosteniendo su cintura con terquedad. La rubia suspira y descansa su rostro nuevamente en la almohada, admirando en silencio la belleza natural que desprendía Jisoo. Su corazón salta contento al escuchar sus pensamientos decir que esa hermosa mujer, quien la sostenía justo en esos momentos, era su novia. 

Mientras Chaeyoung la miraba, y podía escuchar el latido tranquilo del corazón de Jisoo, empezó a divagar entre el mar de sus pensamientos y memorias. La rubia sonríe al llegar a una sola idea en su cabeza. Al parecer estaba descubriendo, de poco a poco, quién era en realidad Kim Jisoo, la niña hermosa y callada que se sentaba en una de las primeras carpetas para estar atenta a la clase, mientras que ella, torpemente, la admiraba desde lo más último del salón. Es decir, cuando tan solo eran unas adolescentes, Chaeyoung ni siquiera se permitió acercarse mucho, tal y como lo había hecho con sus demás compañeras. Era cobarde, debía admitirlo, Jisoo la intimidaba, y más cuando era conocida por rechazar a todo ser que trataba de salir amorosamente con ella. En ese entonces, solamente podía describirla como una chica linda, inteligente, callada y muy amable, de esas personas que no tratan de meterse en problemas como ella solía hacerlo a menudo. Ahora, con veintisiete años de edad, Jisoo era una mujer trabajadora, dedicada y apasionada en lo que hacía. Una persona tan fácil de querer, que escucha y apoya cuando la situación se amerita. Comprensiva y empatica. Una chica tranquila que le gusta las flores y le encantan las fresas. Un poco torpe en el baile, pero sumamente inteligente para otras cosas. Jisoo era adorable, cuidadosa, y últimamente, amorosa, coqueta y muy cariñosa. Esos tres adjetivos eran un poco difíciles de asimilar, pues, al tener ella una imagen diferente de Jisoo en la secundaria, nunca pensó que sería así de melosa en una relación. De algún modo, esa melosidad se la propagó a ella rápidamente, por lo que su relación se basaba solamente en eso, en tiernos besos y cariños.

Chaeyoung besa la punta de la nariz de Jisoo con sumo cuidado para no despertarla, y luego sonríe contenta para seguir viéndola desde su lugar. Lamentablemente, el sonido del timbre viajando por todo el departamento interrumpe su acción.

La más alta se aleja de la pelinegra, quien aún dormida, se mueve hasta quedar boca abajo sobre la cama. La rubia se dirige presurosa hasta el armario y agarra unos pantalones para cubrir la desnudez de sus piernas, para que luego corra atender al llamado en la puerta. No deseaba que Jisoo se despertara tan pronto, pero la persona tras la puerta no dejaba de tocar y tocar el timbre, tornándose algo molesto.

La rubia mira por la pantalla del intercomunicador y observa como un joven sonreía de oreja a oreja a la cámara del aparato. Pudo percatarse también del paquete en sus manos, que luego enseñó a la cámara al ver que no se dignaba abrirle la puerta.

I have a girlfriend (Chaesoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora