Braind and Spades

Capitulo XXIV

                  “Solo sigo órdenes”

Al escuchar esas palabras. ¿Cómo podía saberlo? Solo unos pocos amigos cercanos conocían mi miedo más profundo. Miré a Eryx con incredulidad, sin saber qué pensar.

Verónica, que aún estaba arrodillada, levantó la cabeza y me miró con preocupación. Sabía que mi claustrofobia era algo que me afectaba profundamente, y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para protegerme. ¿Cómo Verónica sabía acerca de mi fobia? Pues....

Semanas atrás (durante la fiesta)

— Te toca Eli, ¿Verdad o reto?— pregunto Verónica emocionada y algo ebria

— Verdad—

— ¿Cuál es tu mayor miedo?— pregunto Verónica

—¿Mi mayor miedo? A ver, tengo claustrofobia, no puedo soportar estar en lugares pequeños—

— No, que triste amiga, me toca …

Actualidad...

— ¿Qué quieres decir con eso? — pregunté, tratando de mantener la calma

Eryx sonrió satisfecha y se alejó de mí, caminando hacia una pared cercana. Se detuvo frente a un interruptor y lo accionó, revelando una puerta oculta en el suelo. Una escalera de caracol descendía hacia la oscuridad.

— Si quieren salvar sus vidas, tendrán que enfrentar tu mayor temor — dijo Eryx, señalando la puerta —. Desciende por esa escalera y encontrarás la salida. Si logras superar tu claustrofobia y llegar al final, las perdonaré

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras miraba la escalera. Sabía que no tenía otra opción. Si no superaba mi miedo, tanto Verónica como yo estaríamos condenadas.

Respiré hondo y me acerqué a la puerta. Miré a Verónica una última vez, buscando su apoyo. Ella asintió con determinación, dándome fuerzas para seguir adelante.

Con paso tembloroso, comencé a descender por la escalera. Cada paso que daba me acercaba más a la oscuridad y a mi mayor temor. Cerré los ojos y me repetí a mí misma que podía hacerlo, que tenía el coraje necesario para superar esta prueba.

A medida que avanzaba, sentía cómo el espacio se estrechaba a mi alrededor. La falta de luz y el aire viciado aumentaban mi ansiedad, pero me negué a rendirme. Me concentré en mi respiración y en el objetivo final: salvar nuestras vidas.
Después de lo que pareció una eternidad, finalmente llegué al final de la escalera. Mis manos temblorosas abrieron la puerta y me encontré en una habitación pequeña y oscura. El aire era denso y cargado, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Me encontraba en el epicentro de mi peor pesadilla, pero sabía que debía seguir adelante.

De repente, las luces se encendieron, iluminando la habitación y revelando una figura encapuchada en el centro. Era Eryx, quien me miraba con una sonrisa siniestra en el rostro.

— Felicidades por llegar hasta aquí — comento con voz burlona —. Pero aún no has superado tu claustrofobia por completo. Ahora, te someteré a una prueba final—

Mi corazón se aceleró aún más. ¿Qué tipo de prueba tenía preparada Eryx para mí? Temblorosa, me acerqué a ella, sin saber qué esperar.
Eryx sacó una llave de su bolsillo y la sostuvo frente a mí.

— Esta llave abre la puerta de salida — explicó —. Pero para obtenerla, deberás enfrentar tu peor pesadilla. Serás encerrada en una caja pequeña y oscura, y solo podrás salir si logras controlar tu miedo—

Mis piernas temblaban mientras observaba la caja que había en un rincón de la habitación. Era estrecha y parecía sofocante. Sabía que si me metía dentro, estaría completamente atrapada, enfrentando mi claustrofobia en su máxima expresión.