2. Mitad demonio, mitad vampiro

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Me asusto la manera en que estaba estaba clavada, traspasando de un lado a otro su pecho. Si no tocó su corazón era un milagro.

El sonido acuoso de la sangre mientras la flecha iba saliendo de apoco, mis manos se manchaba de esa sustancia viscosa y extremadamente oscura, no de un color natural.

De un momento a otro la saqué de un tirón que me sorprendió, salpicando mi rostro.

Asqueroso. Muy asqueroso.

Lance la flecha aún lado mirando al chico frente a mí. Solté un jadeo echando mi cuerpo para atrás como si un enorme peso se fuera de mis hombros, gateo de espaldas en el suelo hasta recostarme en la pared, la misma donde el desconocido me tomó del cuello casi apunto de matarme.

Por instinto me lleve la mano a la zona afectada sin perderle de vista. Aún ardía y no lo había notado, la sensación de su mano enroscada en mi cuello me asusto, en se momento temí que me matará.

—Puedes estar tranquila, mientras no intentes nada no pretendo matarte —su voz ronca y llena de oscuridad, me saco de mis pensamientos

Bufe en respuesta.

Seguía despierto después de todo pero no confiaba en sus palabras.

—No te creo. Casi me matas —espeto desconfiada— Nada evita que lo hagas de nuevo

Sus ojos no se veían pero una sombra de una sonrisa burlona se mostró por la comisura de sus labios.

—¿Quieres que me disculpé? —preguntó con sarcasmo

—No. Quiero que te largues de mi casa —dije sosteniéndome de la pared para levantarme— No se que eres o porque.. porque estás aquí, solo estoy segura... —lo señale con un dedo— de que tienes que ver con lo que pasó hace unas horas atrás en el cielo, ese destello que explotó en el cielo y que de repente desapareció

El gritó se me quedó atascado en la garganta desgarrandome por dentro, de por si sentí mi espalda doler por el golpe.

No me atreví abrir los ojos cuando lo tenía sobre mí, agarrándome de la cintura enterrando su mano en mis costillas.

Su aliento acelerado toca mi mejilla, la distancia era más que obvia.

—¿Qué fue lo que viste exactamente? —no respondí— ¡Habla de una vez!

—¡No lo sé! —exclame en pánico— Vi un círculo en el cielo en forma de remolino, de repente dos relámpagos aparecieron en el cielo y ¡Puff!.. todo volvió a la normalidad

Abrí mis ojos para mirarlo. La respiración se me quedó atascada por lo hermoso de sus ojos, una heterocromia que llamaba la atención a cualquier ser humano. Uno de sus ojos era azul, un azul brillante e hipnotizante mientras el otro, adquiría un color rojizo como el vino, endemoniado, peligroso y atrayente.

Esa conexión se terminó, se apartó dejandome libre pero con una distancia que no me permitiera moverme. Me encogí en mi lugar bajo su mirada tan intimidante que me detallaba pulgada por pulgada buscando alguna cosa que le hizo fruncir el ceño con confusión.

—¿Cómo te llamás? —indagó

—¿Para qué quieres saber? —cuestione

—Te pregunté una sola cosa. Y tu me responderás ¿entendido? —aclaró, toscó

Asentí frenéticamente.

—Daria.. Darianne —conteste

—Darianne.. —repitio bajo

Mi nombre era algo de lo que me sentía orgullosa. Cuando alguien decía mi nombre me recordaba a la veces en que cuando pequeña mi madre me llamaba.

—Darianne ¿estás ahí hija? —llamo la vecina a la puerta

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora