18. Algo más

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No podía apartarle la mirada por más que quisiera. Estaba hipnotizada, embelesada bajo esos ojo de escleróticas blancas y orbes de diferentes color.

Me pidió permiso para desnudarme y no pude ser capaz de formular palabras cuando claramente, la primera vez que estuvimos juntos no tuvo ese pensamiento.

—¿Desnudarme? —inquirí sintiendo raro la palabra, salir de mí boca en un susurro

Por supuesto me había intimidado tan solo escucharlo, la razón de mi reacción. El seguimiento de sus ojos por cada pulgada de mi cuando nada más recorrí unos temblorosos pasos hacia él con la cabeza elevada debido a la diferencia de altura.

—Quiero hacerlo —ratifico lentamente afincando en las dos palabras con fuerza, sin apartar su atención— Hay partes de tu cuerpo que ya conosco y quiero verlas de nuevo

Abrí mis labios para decir que no podíamos en medio de esta situación, que aún sentía el pequeño dolor. Cuando me los selló con los suyos de forma rápida tomando mis caderas con las dos manos, pegando su pelvis a la mía.

Obviamente iba a negarme, no era el momento indicado para que se pusiera a experimentar conmigo mientras seguíamos bajo el mismo techo de la mujer que intenta mover sus fichas contra mí. Causa por la cual no pude relajarme y apenas podía seguirle el ritmo en el beso que le estaba correspondiendo a la vez que tiraba de su cabello entre mis dedos.

Tenía miedo que en medio de esto algo ocurriera y de pronto no pueda combatirlo.

Estaba insegura atraves del beso que quería disfrutar, del molde de sus carnosos labios encajar en los míos sincronizados uno con el otro de sobre manera.

Ahí me detuve. Apoyando mi frente contra la suya sin poder seguirle.

Naxell noto que algo andaba mal en mi cuando dejó de sentirme. Lo miré fruncir sus labios en una mueca que apretó sus colmillos.

Esos que me gustaba sentir cuando le besaba.

—¿A qué le temes? —susurró sobre mis labios con voz rasposa, frota su nariz con la mía en una caricia adormecedora

Nada propia de su frialdad pero que estaba disfrutando mucho.

—Tengo miedo...a que en cualquier momento se le ocurra volver a intentarlo. Que te lastimé, a tí y a Madia y no pueda hacer nada al respecto —cerre los ojos conteniendo las lágrimas— Estaba bien en casa. Vivía sola, con una vecina maravillosa pero estaba bien sin saber de este mundo —exhale en un sollozo— Nunca antes me había preocupado por nadie porque siempre estaba sola y no tenía personas importantes en mi vida a las que cuidar.. y ahora no se lo que siento pero no quiero dejar que algo malo les pasé —lo miré

Él se había alejado un poco para observarme y escuchar en silencio. Por un segundo me pareció ver cómo empujaba el interior de su mejilla con la lengua y luego envolvió su mano en mi cuello, levantándome la barbilla con el pulgar.

A un solo roze de tocar sus labios. 

—Entiende una cosa, pequeña no necesitas protegerme de nadie. Puedo hacerlo solo —apretó su mano, escaneando mi rostro con solemne seriedad— Ocúpate de recuperar el reino que tu madre levantó con tanto esfuerzo,  Por eso estamos aquí —enfatizó con seguridad

Que sonará tan serías sus palabras me daba escalofríos, escalofríos que me pasaron por todo el cuerpo haciéndome temblar y un diminuto jadeó se me escapará contra sus labios.

La comisura izquierda de sus labios se levantó en una sensual y divertida media sonrisa que contemple.

Me sentí perdida en lo que pareció ser unos segundos. Más tarde se movió. Hacía que retrocediera hasta por fin tocar la cama con la parte trasera de los muslos. Mordí su labio inferior a juego provocandole un gruñido a la vez que mi espalda tocó el colchón.

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora