25. Mandado a Matar

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Últimos capítulos

Kaenara (Darianne)

Cada músculo en mi cuerpo agonizaba en dolor. Nunca imaginé que Naxell como profesor sería tan rígido.

Escupí al suelo e hice una mueca de asco al ver la salida mezclada con sangre. El interior de mi mejilla palpitaba en dolor del día anterior pero ya iba pasando,  mientras que mis muslos no decían los mismos.

—No hay algo más fácil —espete limpiándome el labio, lo miré— Eres más fuerte que yo

—Te adaptaras rápido —dijo con indiferencia— Venga levántate

Bufe irritada y me levanté pero no precisamente para continuar.

—¿Puedo saber qué mierda te pasa, eh? Estás muy insoportable, sin contar que llevas más de media hora golpeandome sin tener ningún cuidado.

—Lo que me pasa es que no soporte verte con ese —dijo entre dientes— Solo de verlo cerca de ti quiero...¡Ah, mierda! —gritó furioso con cada gramo de su cuerpo encendido en rabia.

De la impotencia lanzo un latigazo de oscuridad hacia un árbol partiéndolo a la mitad. Por suerte no estaban en la aldea solo en un lugar más alejado.

—Pues será mejor que le bajes dos rayitas a tus celos ¿okey? —dije mirando el árbol derrumbado— Mira el desastre que estás haciendo.

—Me importa una mierda —espetó y apreté los labios con fuerza

Me acerqué a él y lo tome del cuello en acto que me salió involuntario.

—O te calmas o me voy con ese —murmure cerca de sus labios, mirándolo a los ojos— Tu decides

—Tu no me mandas —sonrió de lado con la malicia plasmada en su rostro— solo eres una estúpida humana

Como extrañaba esa frase con la que me describió el primer día que nos conocemos.

Esta vez fue mi turno para sonreír de lado prosiguiendo con besarlo como hace una semana no lo hacía. Había extendido mi molestia por más para estar alejada de él, y solo vernos para el entrenamiento y en la cabaña.

Me limitaba hablar solo lo necesario aunque eso me disgustara.

Pero ahora estaba dejando que en el campo de lirio se hiciera espacio entre mis piernas y tomara la iniciativa. Cerré los ojos con fuerza sintiendo cada embestida más dura que la anterior haciéndo temblar los huesos bajo mi piel.

El roce de su pecho contras mis pezones en cada vaivén provocando que los bellos de mí nuca se erizarán. Las manos las tenía clavada en su espalda baja con toda intención de que siguiera y no se detuviera mientras sus colmillos se clavaban en cada lugar que podía dándome el mejor placer.

Naxell gruñó, jadeo y gimió, apoyándose en sus brazos levantó la mitad de su cuerpo en lo que sus caderas se movían más lentas.

En ello sus ojos suben por mi abdomen adorando la piel sudada de mis senos que no tardo en succionar y a mí me hizo gemir en estremecimiento, hasta que sus ojos conectaron conmigo. Con mi rostro contraído en el placer, de mis mejillas sonrojadas y mis labios mordidos.

Me vi con el detonante de abrir mis piernas más todavía cuando aceleró de nuevo quitándome los pensamientos.

Duro y rudo hasta no poder más.

Terminó por correrse dentro y parte de mis piernas. No dijo nada pero no se fue, se quedó conmigo como esa vez en el arroyo. Me abrazó por detrás y me pegó a su pecho a pesar de que aún seguíamos sin un centímetro de ropa.

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora