16. Este. No es. Tú lugar.

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Con el cuerpo adormecido y un poco de dolor me recorrió el bajo vientre y mi intimidad. Gemí por la incomodidad incorporándome en el colchón, bostecé y me frote los ojos para terminar de despertar de una vez.

El recuerdo de anoche inundó mi mente como fotografía.

Pase los dedos por mis labios recordando su boca contra la mía, sus labios en mi cuello entre mis senos perdiéndose por mis piernas dejandome sin cordura.

No era extraño no encontrarlo en este lugar. Desaparecía por horas y se repente reaparece como si nada.

Nunca le he preguntado pero debe tener motivos para hacerlo.

Cuando me doy cuenta un ruido extraño proveniente del baño pone en alerta todos mis sentidos.

—¡Ahh!

Bajé de la cama con cautela sintiendo el frío suelo bajo mis pies, la camisa de mangas largas me cubre hasta la rodilla. Hago una mueca cuando camino debido al leve dolor, sin embargo no me detengo.

El ruido se hace más fuerte como si extremidad fueran rotas y alguien se ahogara en un vaso de vino.

Mi corazón comenzó a latir más rápido cuando tome el pomo de de la puerta en mi mano y sin pensarlo un segundo la abrí.

Al principio trate de enfocar la mirada en la escena tan perturbaría frente a mí.

Un revoltijo se me formó en el estómago.

Trozos de carne, sangre manchando las paredes, viseras por todos lados. Naxell había destripado a una persona en nuestro baño mientras yo dormía.

Ni siquiera le pasó por la cabeza que podía despertar en cualquier momento.

—¿Qué... hiciste?¿Te has vuelto loco? —murmure sin despegar la mirada de lo acontecido

Se volteo lentamente sin molestarle nada de esto. La frialdad que lo caracteriza cubría todas sus facciones ensangrentadas, sangre de esa persona que destripo. Incluso bebió de su sangre.

La evidencia estaba en sus labios labios y colmillos y ni hablar de su torso.

—Debiste seguir dormida —arrastro con una voz tan neutra que me confundió

Doy un paso atrás, y él otro más cerca. Como si estuviera jugando conmigo.

—Aprovechaste que estaba dormida.. para destripar a una persona —la voz me tembló

Niega.

—Tenia que.. tenía que hacerlo —soltó un gruñido luego de tocarse la cabeza— No era.. bueno

Oh, no

Algo no cuadraba aquí.

Naxell no actúa de esta forma, como si estuviera entrando en cortocircuito.

—Ey, Nax ¿te.. encuentras bien? —susurre

Repetía que no era bueno una vez tras otras agarrándose la cabeza con fuerza, angustiado. Y no sabía que hacer ante esto, si me acercaba temía que me atacará e hiciera conmigo lo mismo.

Mi cuerpo no entendía eso. Las piernas por si solas caminaron en su dirección, la necesidad de ayudarlo fluían en mi.

Sin embargo, un gruñido gutural proveniente de él me pasmó. Los pasos que avance los retrocedí con lentitud, con el corazón en la boca. Su cuerpo se encorvó hacía el frente marcándose las venitas negras al costado de sus mejillas bajándole por el cuello donde se profundizaron más.

Caí sentada al suelo.

Un jadeo para nada silencio abandono mis labios, y ahí supe que debí mantenerme alejada.

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora