17. Trena

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A mí entender Naxell no fue el único que había sufrido aquella intromisión. Cada demonio del castillo había sido controlado a cometer el más salvaje terror. Hubieran algunos muertos, otro heridos. Los pasillos de las habitaciones estaban manchados de sangre humana, los únicos que fueron mayormente atacados.

Obviando todo me concentre en busca a Madia. Extrañamente no la encontraba por ningún lado y me asustaba que le halla sucedido alguna cosa.

Porque si, me preocupaba la pequeña.

Y tenía preguntar que hacerle.

Atravesando el siguiente pasillo al comedor, un chico castaño se interpone en mi camino con la respiración agitada y el cabello revuelto.

—¿Eres Darianne? —preguntó dando un paso más cerca de mí

—¿Quién eres tú? —inquirí

—Eso es un sí —dijo para si mismo, con una mueca de por medio— Mirá, ahora mismo no puedo explicarte nada de esto.. pero hay alguien que necesita tu ayuda —susurró lo más bajo posible con las clara intención de que nadie nos escuchara, miraba por encima de mí hombro percatándose de que nadie nos viera

Arrugue el entrecejo dándome cuenta de que estaba sucediendo.

—¿De quién se trata?

—Vamos —me indico el camino con una leve inclinación de su cabeza

Le di un visto por última vez al pasillo detrás de mi para luego seguirlo.

Detrás de una puerta subimos las escaleras adornadas que nos llevaron a una nueva parte de la construcción, más abandonada como antaño. Sábanas cubrían parte de la madera, cuadros antiguos inclinados aún lado y hasta tapado.

Mientras subíamos se podía sentir la madera crujir, apunto de quebrarse si no fuera por que llegamos cuanto antes a lo que se suponía era una pequeña oficina. El mismo sentimiento que tuve con Naxell cuando aquella cosa estaba en su cabeza.

Madia estaba casi en la misma situación.

—¿Es ella? —pregunta una chica mirándome de pies a cabeza

Ahora no podía manejar esto, había alguien más importante.

—No parece tener poderes en realidad —masculló para que no la escuchará— Solo una simple humana

Me acerque a la cama donde Madia se retorcía entre quejidos y lloriqueos.

—Alexa, ya callate —le espetó el chico a centímetros de su rostro

Les aparte la mirada moviendo mis manos al rostro de la pequeña, no tardo en conectar sus ojos en los míos en una súplica que entendí al instante.

Todo terminaría pronto.

Como hice anteriormente. Intentar eliminar la oscuridad que le hacía daño.

†††††††

Estuve un rato con ella en mi pecho acariciando su cabello azul. No tardo más de dos minutos en quedar dormida en mis brazos con leves ronquidos.

La necesidad de protegerla fue más que una necesidad. Lo haría como sea.

Y estaba dispuesta.

Cuando la recosté en la cama de nuevo la marca en mi muñeca se iluminó seguido de calentarse. La levanté confundida porque nunca antes lo había echo en todo el tiempo que la tenía.

Al pasar los dedos recibí una punzada no tan fuerte, casi como un cosquilleo.

—Te marcó un demonio ¿no? —habló la chica que hasta ahora se había mantenido callada— Alguien no quiere que te escapes

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora