Darianne
Mi cuerpo rebotó en la cama completamente relajada con la sensación permanente de sus manos tocando mi piel, cada centímetro de mi. Descubriendo por sí solo lugares que no yo sabía que existían.
Su cuerpo, su piel pálida tenía cicatrices, en la parte de su abdomen y pecho, y ni hablar de su espalda. Estaba marcado por cada batalla que tuvo en todo sus años, entre ellos los castigos de su padre. Le repase cada una con mis dedos sintiendo esa piel rugosa y sobre saliente.
Recostada a la pared mientras se apoyaba en un brazo a la altura de mi cabeza y me observaba como si fuera lo más interesante del mundo.
Prefería que me mirará de esa forma.
Pasando de eso, aquí estaba luego de que —Trena— la chica que nos trajo pidiera hacer una pequeña reunión con Naxell para informarle sobre unas cosas, ya que éramos nuevos.
Así que me quedé sola, disfrutando de una manzana.
Dos toques en la puerta cuando le di la última mordida, me levanté lentamente acomodando la camisa en mi cuerpo, estrujada en el borde. Tome la manija de la puerta y la abrí. La pequeña niña de antes esperaba con una caja cuadrada entre sus manos dando saltitos en su lugar.
—Hola, pequeña —ella sonríe— ¿qué hacés aquí?
—¿Podemos jugar? —abultó sus labios en puchero señalando algunas cosas dentro de su caja— tengo muchas cositas
Ladeo la cabeza mirando ese rostro redondeado de mejillas rojizas y cabello azul, una cosa tierna que no me negué a dejarla parar de todas formas estaba sola.
Me hice aún lado.
—Pasa entonces
—¡Sí! —exclamó emocionada
Corrió dentro llegando a la mesa que hay en el medio de la habitación. Puso la caja y saco las cosas que traía.
—Le pregunté a Trena si quería jugar conmigo pero..—se cortó así misma como si le diera tristeza
Decidí que no era el mejor momento para que se sintiera triste. Me acerqué a la caja revisándola y opté por tomar las pequeñas perlas blancas y negras, también lo que parecían colmillos de murciélagos e hilos.
—Tengo una idea —dije, la chica abrió sus ojos interesada y le mostré lo que había tomado— Vamos hacer unos rosarios para entretenernos —sonreí
Asintió frenéticamente con una sonrisa que le llegó a los ojos.
—Entonces manos a la obra
—Si
†††††
Poniéndo la última cuenta levanto la mirada hacia Madia frente a mí.
—Pequeña..
—¿Si? —balbuceo concentrada
Dejé el rosario terminado aún lado de mis piernas y cruzar las mismas en el colchón.
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El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]
Fantasy¿En serio confié en él? Sí ¿En serio me enamoré de él? Sí ¿Y todo para que? Para terminar herida por la espalda en el último momento que pensé que sería decisivo para definir por el bien de una ciudad. Huía de un enemigo, pero resulta que convivía c...