5. Caímos en la trampa

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Alrededor de una semana tuve que convivir con el demonio en mi casa, tratando de sobrellevar lo que era. Y fue fácil en realidad. No asistí a la universidad y la verdad no me preocupaba, estaba más enfocada en aprender un poco más de Naxell. Al ser muy cerrado no conseguía mucho pero algo era algo.

Si bien me contó, mi madre tenía una vida al otro lado de la brecha que une a los dos ciudades antes de decidir dejar su puesto para venir a aquí. Dejo en su lugar a su hermano, un demonio de sangre oscura que no gobernaba de la misma forma que lo hacía mi madre.

Fladark comenzó a destruirse y volver a la oscuridad que era antes.

La ambición del nuevo Rey llegó al límite de querer gobernar el mundo entero, por eso abrió el portal que lo envío aquí. En una pelea entre Naxell y el nuevo Rey, fue ordenó a matar. Por eso la flecha en su pecho.

Flecha que logró lastimarlo lo suficientemente, tenía una gema en la punta la única debilidad de un vampiro. Gracias a su lado demonio pudo sobrevivir.

No sabía que mi madre ya no estaba, pero se arriesgo a buscarla. De ahí me encontró a mi en su lugar, y pues no fue el mejor encuentro. Era leal al trono y como su nueva reina seguiría detrás de mi cubriéndome las espaldas.

Pero ante todo estábamos muy alerta. Hace algunos días sintió la presencia de otra persona rondando, nada humano de hecho.

—No podemos estar mucho tiempo aqui encerrados, será mucho peor y más fácil de que nos encuentren —argumente sentada en mi cama

—Nos quedaremos aquí hasta que sea seguro —dijo acercándose a mi posición, se acuclilló de manera amenazadora con un cuchillo en la mano— ¿Dame tu mano?

Negué.

—¿Para que la quieres?¿Para que es el cuchillo?

—Si tanto quieres saber. Dame tu mano

Un poco desconfiada se lo tendí de mala gana, la tomo en su mano y rozo la punta del cuchillo en mi muñeca por el lugar donde se distinguían mis venas. Entre en pánico, ahogue un gritó en mi otra mano apartando los ojos al instante, cuando hizo fuerza cortando mi piel para trazar una letra.

Se había atrevido a marcarme con su inicial.

Lo miré perpleja pero me mantuve callada, queria que él dijera algo primero.

Tenía su inicial en mi piel.

—Esto ayudará a saber dónde estás y si te encuentras en peligro —comentó en voz baja deslizando su dedo por la herida, su mirada está fija en ese lugar— La utilizamos algunos demonios o vampiros para.. proteger.

Ahora sí tenia una duda, ignore el dolor solo para centrarme en su comentario.

—¿A quien más se lo has echo? —pregunto con curiosidad, tal acto me parecía tan íntimo para un tipo como él..

Frío y sombrío.

—Eres la primera —exhala, eleva su cabeza y se queda fijo en mi— No puedo dejar que a mí reina le suceda algo

Todo en mi se calentó, y lo mostraba mi rostro desencajado. La forma en que dijo mi reina me golpeó en el pecho con fuerza, Naxell me aturdía y confundía con las palabras extrañas que soltaba.

Ya tenía suficiente con que se paseará dentro del departamento sin camisa, y encontrarlo algunas veces en mi dormitorio mientras me duchaba. Como no vi que apartaba su oscura mirada de mi, me vi en la oportunidad de romper esa conexión y mirar a otra parte.

Le que consiguió el chico misterioso en poco tiempo.

Justo me fije en la ventana detrás de las cortinas. Un movimiento extraño y sospechoso que capte al instante, no dude un segundo y me lancé sobre Naxell cuando la flecha atravesó el cristal quebrando en miles de pedacitos.

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora