9. Escape

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—Le he traído el desayuno —dijo Nerverea dejando una bandeja en la punta de la cama— Ayer no comió nada

Le sonreí abiertamente

—Gracias por el detalle. Supongo que eres la única que recuerda que soy humana y no bebo sangre —dije a broma— Pero no tienes que hacerlo, pude haber ido por mi misma

—Es mi trabajo —finalizo

Decidí no comentar nada más y tomar la bandeja en mi regazo deleitándome con el increíble desayuno. Unos brownie con chocolate, frutas picadas y un vaso de jugó mixto.

Al primer bocado cerré mis ojos por el delicioso sabor, un gemido de satisfacción salió de mis labios; a partir de ahí no pude dejar de comer todo lo que había en la bandeja hasta saciar mi hambre.

Nerverea me observó con una sonrisa comprensible que me avergonzó un poco.

—Parezco una salvaje —solte lamiendo mis labios— Pero estoy jodidamente hambrienta

—Es entendible

—¿Has visto a Naxell? —pregunte para luego tomar un sorbo de jugo

Movió su cabeza negando a mi pregunta. No sé porqué me sentí decepcionada, se fue en la madrugada sin decir nada cuando podíamos hablar de lo que sucedió, de como mis manos lograron que él no perdiera la razón.

Esto tenía una explicación y el tenía que ayudarme.

Cambie mi ropa por algo más ajustado que cubriera mi cuerpo, un traje negro de cuero para combates que Nerverea había traído consigo y unas botas altas.

Casi lista amarre todo mi cabello liso en un chongo, me mire al espejo y sonreí.

Fuera del Reino de Fladark busque con la mirada al chico de cabello cenizo logrando ver solo un par de guardias custodiando la entrada al reino, pero ningún rastro de él.

—¿Dónde te has metido? —murmure para mí misma caminando hacia el pequeño bosque que crecía junto al muro

Entre en él lejos de la vista de los guardias y me recosté en unos de los árboles, la pequeña brisa movió sus ramas liberando diminuto rayos de sol que incidían contra mi rostro.

La sensación era relajante.

Moví mis manos en el aire, frente a mí, creando visos azules de luz, sorprendentemente se convertían en pétalos de flores de diversos colores.

Estaba convencida de que esto lo cause yo, de alguna extraña forma.

El ruido de ramas partiéndose por pisadas me desconcentro, gire mi cuerpo en aquella dirección.

—Estas invadiendo mi espacio —hable

—Eso no decías antes —contraatacó dando pasos hacia mí con las manos detrás de su espalda

Abrí mis labios para contestarle pero nada salió, cierro los ojos sintiéndome ofendida ante sus verdades y le doy la espalda para continuar lo que hacía.

Estuve a punto de ver una sonrisa en su cara pero se contuvo.

Esta vez lo podía sentir fluir como mi propia sangre.

Las raíces comenzaron a salir de la tierra abriendo el suelo, enredándose en mis dedos hasta la mitad de mis brazos. Lo mismo sucedía en mis piernas, las envolvían con tanta delicadeza que no parecía real.

Los dedos de mis manos se movieron con lentitud sincronizando con la melodía que se transmitía de alguna parte. Era una voz totalmente fuera de este mundo.

Alegría.

Valentía.

Fuerza.

Luz y oscuridad.

El Rey De Las Sombras [#1][En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora