Estuve en el limbo por tanto tiempo, que me acostumbré.
No quería estar ahí.
Pero no tuve opción.
Ahora estoy libre, soy la reina y tengo un propósito que nadie sabe. O tenía, hasta que llegó él.
*Hace mucho tiempo existió una reina muy poderosa, er...
Miro a mi alrededor asegurándome de que no haya nadie, no veo nada por ningún lado y me queda poco tiempo, así que cojo a Selene dormida y la llevo al mundo real. Finalmente he logrado mi objetivo.
—¡Cuidado! —grito a la señora de la cocina.
—¡Lo siento! —me devuelve sin mirarme, llevando un plato de comida en cada mano y apunto de caerse.
Suspiro y cierro los ojos, buscando paciencia. No sé en qué momento esto se llenó tanto, niños con superpoderes por todas partes, y todo esto lleno de caos, necesito irme. Llamo a Solen, necesito organización, y él es el unico que puede hacerlo. Solen lleva siendo mi asistente hace dos años, cuando creamos la academia de magia, en donde los chicos con dones sobrenaturales entrenan para ser más poderosos que nunca, con un objetivo en común, rescatar la piedra perdida.
—Solen, necesito que pongas esto en orden otra vez —lo miro amenazando—. O estas despedido. Lo sabes.
—Sí, señor —asiente.
—Mientras, yo no estaré en el castillo durante toda la tarde, tengo un viejo amigo al que visitar.
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Cuando llego de nuevo al castillo después de hablar con él, voy directo a mi oficina y llamo a Solen. Cuando entra a la oficina se para enfrente de mi escritorio.
—Necesito que llames a Kladreh, ya sabes en dónde encontrarlo y qué decirle para que venga. Tiene que estar acá en menos de dos horas.
—Sí, señor.
—¿Qué te dije? —digo mirándolo fijamente, él luce asustado pero sigue mirándome.
Odio que la gente no pueda mantener contacto visual, pero amo intimidarlos con eso.
—Sí, rey Haldor —dice con la cabeza gacha.
—Bien, ya vete.
Está a punto de irse cuando lo recuerdo.
—Espera, ¿Solucionaste el problema de esta mañana?
—¿El desorden?
Asiento.
—Sí, señor. Despedí a la antigua maestra. Ahora hay una nueva.
—Bien, espero que eso lo arregle.
Asiente, en cuanto se va me siento de nuevo mirando mi cuchillo mientras juego con él, en unas horas volveré a verla, la hermosa Selene...
