Rinee Hakku (Parte II)

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Habían pasado unos minutos desde que terminó aquella llamada, Rinee se encontraba muy nerviosa, ahora sabía que Teyko llegaría pronto y ella no había logrado conseguir la libreta de Edward.

-¿Rinee? ¿Qué haces despierta? -preguntó el ex alquimista, no había conseguido pegar el ojo ya que estaba estudiando el contenido de la libreta.

-Yo, es que... ¿Podemos hablar? - interrogó Rinee, necesitaba soltar algunas cosas y al ver a Edward asentir tomó asiento en los muebles de aquella sala.

-Dime Rinee ¿En qué te puedo ayudar? -Comentó el joven de cabellos dorados quien imitó a la rubia sentándose frente a ella.

-Edward, quisiera hablar abiertamente contigo -Dijo la pelinegra sin despegar los ojos de la mirada de él, tenía que decir todo rápidamente y luego esperar una respuesta, así sabría que hacer, al final la decisión tomada sería en base a esa conversación que estaban teniendo-. Quiero irme, es decir, que dejemos este lugar, puedo ver el buen equipo de hacemos, sin embargo, todo se fue derrumbando desde que regresamos aquí, quiero una respuesta ahora, ella lo único que ha hecho desde que llegamos es ignorarte, gritarte o directamente pasar de ti, entonces ¿Por qué habrías de quedarte?

El ex alquimista, escuchó todo lo que la contraria decía, aquel tono de súplica con que ella habló lo descolocó un poco, así que trató de comprender lo que ella estaba sintiendo en ese momento pero, cuando le preguntó aquello, desvió la mirada hacia un lado.

-¡Ah! Era eso... Si te lo dijera, quizá no me entenderías pero, debo decirte que aún tengo que resolver muchas cosas y una de ellas tiene que ver con Winry -Mencionó Edward tratando de sonar lo más amable posible.

-Entiendo, tú no vas a separarte de ella, me trajiste aquí porque me necesitabas, no tenías a otra mecánica, ahora la tienes a ella y... -La pelinegra se levantó de su lugar tratando de no estallar en lágrimas-. Lo siento, creí que estábamos en la misma línea pero no es así, buenas noches.

Edward solo vio con sorpresa que la contraria salió casi corriendo, decidió darle su espacio ya que no quería causar algún tipo de conflicto, después de todo, de no ser por la ayuda de Rinee, quizá se habría demorado más tiempo en llegar a Resembool.

***

El hogar de Pinako se sentía bastante silencioso, Winry, quiso preparar el desayuno temprano para evitar cruzarse con Rinee y causar más enfrentamientos, aunque para ella había sido divertido volver a conversar con los hermanos Elric, así como antes, con esa complicidad, definitivamente eso la llenó de felicidad. Mientras terminaba de hervir el agua, escuchó que golpeaban la puerta, como no esperaba a nadie, fue atender sin haberse quitado el mandil, apenas y se sujetó el cabello, así que abrió la puerta y se quedó sorprendida por aquella presencia en su hogar.

-¿Señorita Winry? -preguntó un joven que también estaba sorprendido por verla en ese lugar.

-¡Joven Teyko, es una sorpresa verlo por acá! -La rubia contestó aquel saludo y de inmediato lo invitó a pasar.

- Ehhh... justo estaba de visita por esta ciudad y pasé a saludarte -Indicó el joven de cabellos castaños mientras la rubia todavía se encontraba sorprendida por la visita.

En ese momento, la ingeniera de automails, invitó al joven de cabellos castaños a la cocina, se lo presentó a la abuela Pinako, quien recién bajaba de la habitación, la anciana lo recibió con mucha amabilidad; los tres estaban sentados y dispuestos a desayunar, sin embargo, oyeron las voces de dos jóvenes acercándose, eran los hermanos Elric, quienes saludaron al invitado con un buenos días y empezaron a servirse el desayuno tomando asiento inmediatamente.

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