Capítulo 10

75 53 63
                                    

*Hola, vengo a decirles que los seis minutos de la canción valen la pena al leer el capítulo jajs 💕 espero les guste, bye.

Richard:

Verónica, podía notar altamente el cansancio en sus ojos, sus ojos hablaban por si solos diciendo «sálvame» aunque conociéndola se resignaba a pedirlo. ¿Qué era lo que tanto la deprimía, que la tenía así?A unque siendo consciente una persona que está mal no busca alguien que la ayude, espera que alguien lo haga sin necesidad de soltar la palabra de su boca. Esperan que alguien note el dolor que carga su corazón.

Pensé muchas veces en besarla, quería hacerlo, pero pensé que no era lo correcto en su momento, no sabía lo que ella pensaría o como simplemente reaccionaría aunque muy al fondo sabía que le gustaba no quería hacérmelo creer hasta que así mismo lo confirmara. Quería poder sentirme seguro al saberlo.

Me daba miedo el compromiso, por eso no decía nada aun. En veces pensaba en alejarme y volverme frío o distante, pero algo me volvía a atraer hacia ella una y otra vez, era simplemente inevitable no verla con esos ojos. Quería decirle que si me gustaba y que siempre me pareció esa mujer atractiva y curiosa, desde que le compré ese encendedor, quería decirle que su mirada me atrapaba. Desde el inicio quise decirle como se veía ella ante mis ojos, que para mi ella brillaba como todas las estrellas juntas.

"Cuando a un hombre le gusta una mujer, él actuará rápido y todo llega a pasar rápido en cuanto él lo decida." Eso es justamente lo que mi hermano me decía, y no se equivocaba, yo llevaba las cosas demasiado rápido y aunque fuera consciente de ello no podía resistirme.

No tenía nada, ni mascota, ni compañero de departamento, ni nadie con quien hablar, por eso me pasaba toda la noche pensando en ella y como fue pasar la tarde en ese parque viéndola, su sonrisa y ojos. Supongo que ahora ese se había vuelto mi pasa tiempo favorito.

Mi día haciendo trabajo solo esperaba a que cayera la tarde para poder verla.

—No lo sé. Admito que siempre tuve miedo al compromiso, solo que... Ella es diferente, lo sé.

—¿Alguna vez te han roto el corazón, Richard? —Jean mi amigo de trabajo, al que le contaba esos pensamientos vagos de un hombre y me soportaba hablar de ella todo el tiempo que fuera necesario para mí, me hizo tal pregunta.

—Si, muchas veces. Quiero confiar en que todo estará bien, déjame hacerlo.

—¿Por qué te gusta tanto esa chica? A lo que tengo entendido ella está mal, ¿no? Fuma a exceso cigarrillos, eso confirma el mundo que tiene en su cabeza Richard. ¿Sabes lo que todo eso implica?

—Si en mi está poder ayudarla lo haré, y si no la puedo ayudar entonces la acompañaré en su duelo.

—¿Estas seguro de eso?

—Mucho—agarro el lápiz y comienzo a ver las fallas del boceto de una casa que estaba en el papel largo frente de mi.

—Deja de pensar en ella—Jean toca mi hombro fuertemente—, te estas distrayendo mucho.

—Bueno, es inevitable—alzo mis hombros y los dejo caer nuevamente.

—No esperé verte tan ilusionado, pareces un niñito cuando acaba de probar su primer dulce—Me mira y ríe de lado—. Tienes masculinidad frágil, eso les gusta a las mujeres.

—Mientras le guste a ella—exclamo.

—Así son, muchas se enamoran del primero que les habla bonito, las palabras les gustan. Pero cuando se nota que tienes masculinidad frágil ellas te sentirán perfecto—decía mientras agarraba su pan y lo metía a su boca—. ¿Ya le has dicho algo de sobre lo que sientes?

El último cigarrillo [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora