Capitulo 14

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*Holaaa. Otra vez el vídeo de YouTube no está disponible para Wattpad😔pero pueden entrar a ver el vídeo si gustan, solo entras dónde dice "Mirar en YouTube" y lo podrás ver. Sin más que decir, los dejó, bye.🚬

—¿Que haces?—pregunta Meilyn desde el celular después de sonar múltiples veces.

—¿Ah?

—¿Otra vez no vienes, Verónica? ¿Está todo bien?

—¿Yo? Ahh si...—miento titubeando—Estoy bien.

—¿Acaso pasó algo ayer por la noche?

—No, tranquila—limpio las lagañas de mis ojos—. Todo salió perfecto con Richard—rasco mi nuca como si me pudiera ver de alguna forma.

—Veronica... Ya has faltado, has fallado a tu palabra. Yo necesito ver qué está pasando. No quiero presionarte, pero sabes que es trabajo—atrás sonaban las páginas pasar—. Estoy volviendo a ser yo sola otra vez.

—Meilyn... Lo siento mucho—tenía miedo, había cometido un gran error. ¿Que hago si me despiden? No podía simplemente acostarme y no ir a trabajar para siempre, aunque eso era lo que quería. No solo perdería mi trabajo, también me perdería.

—Ven mañana por la mañana y hablaremos mejor las cosas en persona. Toma el día por hoy, lo justificaré, pero no podré hacer esto por más tiempo.

Cuando finalizo la llamada suspiro volviendo a la cama, para ser sincera no tenía ganas de levantarme de ella.
¿Que pasó con todo lo que tenía pendiente? No compré los sillones, no sé que pasó muy bien ayer por la noche, ni porque Helen no volvió a hablarme más. ¿Y toda esa oleada de ilusión por Richard? ¿A dónde se había esfumado mi emoción?

Helen no estaba, otra vez no me había despertado, otra vez comenzaba a sentir esa oleada de soledad y bulla en mi cabeza. Es un fastidio.

Siempre me decían que aprender a cargar tus voces es lo que te hacía fuerte, entonces ¿Soy débil por anestesiarlas?

Mientras agarraba agua fresca del refrigerador escucho la puerta abrirse. Era Helen, sonrio de medio lado.

—¿No fuistes a trabajar?—pregunto—Pensé que hoy no estabas.

—No—traía una maleta consigo, la pone en la mesa de madera.

Con el ceño fruncido pongo el vaso en la pila—¿Y eso?

Ella suspira fuertemente y me mira con lastima.

No...

—Veronica, me voy.

—¿Ah?—confusa me dirigo hacia ella—Me estás bromeando, ¿Verdad? Eso es imposible, dijistes que...

Me corta—Lo sé, dije que estaría siempre. Pero, no puedo hacerlo más.

—¿A qué te refieres?—cada vez me encontraba más confundida, ella deja de destapar la maleta y me mira por un instante.

—¿Qué has estado haciendo, Verónica?

—¿Yo? No entiendo nada... Desde aquel día por el bar no fue igual y...

—Ya no son solo pastillas, ¿verdad?—la miro en seco, sin saber que decir.

—Te lo contó Fer, ¿verdad?—me levanto mientras secaba el poco sudor por la comisura de mis labios.

—No, Verónica—lleva consigo su maleta a su habitación, mientras voy yo tras ella intentando buscar más respuestas a todo—. Has estado actuando muy rara últimamente. Primero eran tus pastillas... Estuve para ti todo esté tiempo, quiero apoyarte. Si no son pastillas, ¿que es? No me escondas esto.

El último cigarrillo [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora