Capitulo 18

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Corro, lo más rápido que pueda sin caerme por las zapatillas. Otra vez me había dormido pero todavía tenía tiempo y podría mentir por ello, decir algo como, «Buenos días, Meilyn. Hubo mucho tráfico, por dicha no llegué tan tarde» Y así justamente lo hice al entrar a su oficina después de tocar.

—Buenos días, Meilyn. Hubo mucho tráfico, por dicha no llegué tan tarde.

—Tranquila. Tenemos mucho tiempo.

Frunzo el ceño confundida—¿De qué hablas?

—Firmar papeles, volveremos a aquella rutina del principio—señala con su barbilla en dirección a la gran fila de papeles qué habían.

—Bueno, al menos no era tan aburrido, podíamos platicar.

—Bien, ¿Quieres ir por un café antes de empezar?

—Si, estaría bien. No pude desayunar.

—Te noto más delgada—me mira y salimos de la oficina.

—¿Ah sí?—pregunto mientras las zapatillas sonaban por la cerámica del suelo.

—Se te nota en tu falda. Casi se te cae.

—Nah, está bien—miento al sentir mi falda más liviana al estar menos tallada, pero, intento disimularlo o no darle la importancia necesaria.

—Bueno, mientras te alimentes bien y estés bien—salimos de Whesly's, entramos a la cafetería de al frente y pedimos lo mismo de siempre, yo un pastel de papá con un café.

—Richard se fue por un tiempo.

—¿Enserio?

—Si, por cosas del trabajo.

—¿Por cuánto tiempo?

—Dos semanas—tomo del café después de haberle dado la azúcar necesaria.

—No es mucho tiempo, pero admito que si mi esposo se fuera por dos semanas me moriría. ¿Son novios ya?

—No.

—¿Por qué?—me mira extrañada—Pensé que habían empezado algo en aquel momento que fuiste a su casa.

—No siento que toda la situación esté en condiciones para empezar una relación.

—¿Él te dijo eso?—pregunta.

—No, en realidad fui yo.

—Bueno, entonces toma tu tiempo.

—¿Crees que está bien que sea así?

—¿Tienes algún motivo relevante?

Suspiro—Creo que he estado muy hundida últimamente, no siento que vaya a hacer esa persona que él necesita.

—Pero si él te está esperando, estoy segura que él quiere que seas tú la persona a la que ama.

—Ya me lo ha dicho, muchas veces. Quiero intentarlo, pero siempre he pensado que todo tiene que ser justo, y siento que si yo le doy mi amor ahorita no sería justo en muchos aspectos—muevo la pequeña cuchara en el café.

—¿Qué es lo que debes cambiar para que sea justo entonces?

—Bueno... Es algo...—suena su teléfono, y agradecí realmente ya que mi cabeza estaba hechando humo sin saber que responder a su pregunta sin ser muy revelante con mi vida.

—Lo siento—dice y contesta, era su esposo—Bueno, creo que ya tuvimos el tiempo necesario en la cafetería, creo que deberíamos regresar a la oficina—dice.

—Claro, si—al menos mi cuerpo no temblaba tanto ahora.

Comenzaba a sellar papeles, ya saben, como antes. De hecho sentía como si todo estuviera hacer como antes, antes de conocer a Richard. Lo decía por el hecho de sentirme sola, y puede ser algo exagerado ya que se fue hace incluso unas horas, sin embargo tenía la sensación de que en estás dos semanas algo cambiaría, y no era la única que lo presentía.

El último cigarrillo [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora