Capítulo 22

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Zona Novex – Territorio Tridax

Jackson


Me estaba sofocando pese a estar en la enorme sala. Pero era extraño estar solo, sin nadie que me acompañará. Era inevitable pensar en Kara estando en esta casa. Los recuerdos de ambos leyendo libros recostados en la alfombra, las veces que se enojaba porque la contradecía y me revoleaba todos los cojines, hasta cuando se ponía a bailar sobre la mesa y su madre le rogaba a que bajará.

Nyx jamás se enojaba, de hecho se reía al verla ser ella misma, tan libre. Sin duda alguna Kara Hemsworth era peculiar y única. Con una habilidad para la prestación que arrasaba con todos. Bueno, casi todos.

—¿Qué haces aquí?

Me giré con brusquedad. Estaba tan metido en mí cabeza que no la había escuchado llegar. Cuando la vi en la entrada de la sala, cubierta de polvo violeta me reí.

—¿Qué es lo que te polvoreaste?

Resopló y el polvo de su nariz voló por los aires. No tardó en aspirarlo y estornudar. Fue tan gracioso su estornudo agudo y como su cuerpo se sacudió haciendo que más polvo se desprendiera de ella, no pude contener mi risa.

—¡No es gracioso! Todo mi maldito laboratorio está cubierto de polvo de lavanda.

—¿Tienes un laboratorio? No creí que fueras un cerebrito científico.

Katy frotó su nariz y rostro, sopló el polvillo de nuevo, su cara se arrugaba al tratar de no estornudar de nuevo.

—Derek me dio un estudio. Me lo equipo con todas las cosas que suelen de ser típicas para brujos. Así que lo apode como mi laboratorio mágico.

—¿Tienes una regadera que te cubre de polvo? ¿Acaso eso tiene algún beneficio para los de tu especie? Jamás había escuchado que espolvorearse con lavanda ayude a desempeñar la magia.

Me levantó el dedo del medio y me miró con enojo, pero era absurda esa mirada fulminante, no intimidaba, estaba cubierta de polvo y era gracioso.

—Hice un hechizo y salió mal. Todo lo que leo en los libros me sale mal.

—Bueno, deberías ir a la escuela como todos los brujos. Aunque sería raro que vayas con niños. —me burle.

—Se nota que siempre estás de humor para burlarte de mí.

Chasque la lengua. —Bueno, cambiaste a Luke y a mí por clases con Félix. Ya no puedo reírme de ti al fallar en dar un golpe.

—He mejorado.

—Estoy seguro que sí. —Digo con sarcasmo.

—Por cierto ¿Cómo está tu herida?

—Los sanadores se encargaron de ella.

Asintió. — Bien. ¿Has visto a Fibille? Necesito que me ayude con algo.

—No he visto a nadie del personal. Pero si quieres puedo ayudarte.

—Bien. Sígueme. —Ordena dándose media vuelta y emprendiendo camino—. Por cierto. ¿Qué haces aquí? ¿Viniste a ver a Derek o a mí?

—A Derek.

Volteó su cabeza y me sonrió. —Me alegra que comiencen a llevarse mejor.

—Yo no lo veo así.

—Yo sí. —dice con entusiasmo—. Antes no podían ni verse sin ladrarse como perros rabiosos, ahora ambos pueden mantener una conversación cordial.

Almas Gemelas (Trilogía de Almas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora