Cap 22
-Osmansito, lo éstas haciendo mal- Ya el pequeño Cris tenía un año de nacido, mi mamá siempre a enseñado a Osman a ponerle el pañal pero el siempre lo hace todo mal -Emel estás que no te reconozco- Y era cierto, ahora que tengo mis 18 años me he vuelto una completa extraña, la última vez que maté a alguien fue a aquel hombre cazador en el bosque ¡Demasiado tiempo!
Gracias a Cris, el amor entre Osman y yo fue aumentando. Osman se ha convertido en un gran padre, es inreconocible. Nuestra vida se puso aún más feliz cuando mis tíos y mis primas se marcharon. Incluso Wyatt ha comenzado a socializarse con la familia, que ustedes sabéis que antes ni nos miraba, solo andaba como vagabundo por aquí y por allá. ¡Melek se ha conseguido novio! (no se como se llama por si tenéis curiosidad) Y me alegro mucho por ella, de momento está más contenta y, se ánima más para colaborar en la casa.
-¡Amor!- escuché como me llamaba Osman, yo estaba en la 1era planta, preparándole un biberón de leche para Cris -¡Peque!- corrí con el biberón en manos, a toda velocidad.
Siempre me distraigo mucho en mis pensamientos ¿Ya les conté cual fue la primera palabra de Cris? Pues fue ¡Mamá! Aunque a veces me deprimo mucho porque no soy su verdadera madre, y lo daría todo por poder serlo.
Cuando entré en la habitación no pude evitar soltar una carcajada, Osman andaba con un pañal en la cabeza, mi madre estaba en la otra esquina tan muerta de risa como yo. Me acerqué a el para ayudarlo y yo misma ponerle el pañal al pequeño Cris, el cual parecía no entender mucho la situación, estaba sonriendo, mostrando los dos únicos dientes que tiene. Ese pequeño, cada día me enamora aún más, no entendía como un bebé podía ser tan bello ¿Como su madre pudo haberlo abandonado así como así?
-Amor, mi madre te ha enseñado muchas veces como debes ponerle el pañal a Cris- el puso los ojos en blanco, haciendo una mueca de frustración, yo negué con la cabeza con una sonrisa en mi rostro. Sentí como entraba alguien, era nada más y nada menos que Emir, era unos de los que se había encariñado bastante con el pequeño Cris, incluso le trae juguetes todos los días, me tiene la habitación llena de ellos -¿Que traes ésta vez?- le pregunté curiosa, me mostró un cuchillo de peluche, uno igual al que me había regalado Osman, que venía con un osito, en este caso no había osito.
Después de un rato de reguero, subí hasta la azotea, Wyatt se encontraba ahí, sentado en la punta, como si le diera igual caerse, me senté junto a su lado.
-¿Te drogas Wyatt?- puse una mueca.
-No es droga, es un cigarrillo-
-Es lo mismo-
-No Emel, no es lo mismo- le puse mala cara -Siempre he querido hablar esto con alguien- lo observé confundida.
-¿E-El que?- el soltó un largo suspiro.
-Sobre mi vida pasada, antes de ser adoptado- me le quedé mirando esperando que comenzara a hablar -Tenía una bella madre, un padre muy valiente, eran admirables, yo los quería mucho y, ellos a mi- al parecer aguantaba las ganas de llorar -Eran agentes del FBI- ahora todo tiene sentido el porque se entromete tanto y siempre tiene la razón -Eran mis ídolos, corrupción, son mis ídolos, siempre lo han sido, y siempre lo van a hacer- hizo una corta pausa -Pero estaban comprometidos en un caso especial, sin resolver, estaban detrás de una familia mafiosa- Espera ¿Familia mafiosa? -Durante años estuvieron detrás de ellos, pero nunca lograron ubicarlos bien, eran muy escurridizos, pero llegó un día, en que los pudieron encontrar, la familia mafiosa decidió matar a mis padres, para que no regaran su secreto, unos años después esa familia no sabía que yo era el hijo de aquella pareja de agentes que ellos mataron, y pos- suspiró, un largo y fuerte suspiro -Decidieron adoptarlo-
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Una joven Mafiosa.
RandomEmel era una chica que tuvo que nacer en una familia distinta a la de los demás, con distintas tradiciones. Lo cual llegó a obsesionarse con ello. Una chica solitaria, que hasta le tiene odio a sus propios primos. Nunca imaginó que su vida cambia...