13: Esposo

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Era ridículo, llevaba quince minutos- ¡quince!- parado en el medio de su vestidor tratando de decidir qué era lo que iba a usar esa mañana

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Era ridículo, llevaba quince minutos- ¡quince!- parado en el medio de su vestidor tratando de decidir qué era lo que iba a usar esa mañana. Y después de ese tiempo, seguía sin tener idea de qué elegir. En verdad era malo con el tema de la moda, por lo general solo tomaba lo primero que veía, o sea camisetas y vaqueros. ¿Por qué complicarse más allá de eso? 

Le gustaba lucir bonito, le gustaba verse bien cuando salía por ahí para conseguir una cita. No que fuera perezoso, es solo que se consideraba alguien indeciso en temas de vestuario y le gustaba ser práctico. Ver la insana cantidad de ropa nueva que Jude le había comprado solo lo hacía peor. La mayoría de ropa no era de marcas que conociera, pero se notaba a simple vista que era ropa fina, confeccionada con materiales de calidad, no lo que encontrarías en la sección de rebajas en Target o Walmart. Se mordió el labio inferior con frustración.

Saber que debía vestirse a la altura para acompañar a Jude a su dichosa reunión lo hacía sentir más presionado. Giró sobre sus talones para dejar el vestidor y su habitación. Ni siquiera le importó estar usando solo una toalla anudada a su cintura, siguió adelante hasta llegar a la cocina en dónde sabía que encontraría a la persona que estaba buscando.

Jude estaba frente a la cafetera llenando su taza. Seong-Jin no pudo evitar que sus ojos recorrieran al exasperante hombre. Aquel día Jude se había decantado por un traje negro de tres piezas, camisa blanca y una corbata color borgoña. Se veía sexi como el demonio, ese porte, ese aire de superioridad que parecía envolverlo solo lo hacía resaltar más.

Tuvo que tragarse el suspiro apreciativo. Estaba por dar los buenos días justo cuando alguien más entró a la cocina. Era Evgeny Rylov. ¿Cómo se supone que debía concentrarse cuándo el universo se empeñaba en poner estas distracciones justo frente a sus ojos?

—Buenos días— Saludó el ruso dándole una mirada descarada, deteniéndose más tiempo del necesario en el nudo que mantenía sujeta la toalla—. ¿Piensas ir vestido así?

—Buenos días — sacudió sus pensamientos—. Estoy tentado, sí. Parece más sencillo que elegir un atuendo que me haga parecer digno del señor Hollander — lo último lo dijo con retintín.

Evgeny sonrió de medio lado y Seong-Jin esta vez no pudo contener su suspiro soñador. Buen señor, ese hombre se veía delicioso. Iba todo de negro. Vaqueros ajustados, camisa de botones y un blazer ligero. A Seong-Jin no le hubiera importado escalarlo como un árbol...y esos no era pensamientos adecuados para alguien que estaba usando solo una toalla para esconder ciertas partes de su anatomía.

La peor parte es que Evgeny lo sabía, porque su sonrisa se ensanchó, también le dedicó un guiño coqueto. Tuvo que recordarse que era un hombre casado, al menos por los próximos tres meses. Lo cual era complicado de mantener en mente cuando ese ruso atractivo y encantador también vivía en el apartamento.

A Rebel Heart Symphony© (Love & Music #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora