The White Stripes— I just don't knowwhy to do withmyself
"Llámame si necesitas algo. O solo búscame abajo en el taller ;)".
Leyó por milésima vez la nota que Seong-Jin le había dejado pegada en la cafetera. Debió dejarla ahí luego de leerla, en cambio, la llevó consigo mientras comía el desayuno, sin poder dejar de releer cada pocos minutos. Y luego, se la había llevado de vuelta a la habitación cuando volvió a meterse en la cama.
Era tan impropio de él quedarse en la cama hasta tarde, pero...se sentía cansado y no solo en el sentido físico. Fue como si aparecer en el apartamento de Seong-Jin el día anterior y derramar todos sus jodidos sentimientos conflictivos, hubiera drenado toda su energía.
Una parte de él le exigía ponerse en marcha, obligarse a hacer algo, cualquier cosa para no permanecer en ese estado de apatía insoportable. Pero no consiguió dejar la cama. En cambio empujó la nota de Seong-Jin debajo de la almohada y se cubrió con las sábanas hasta la cabeza.
Se quedó dormido sin darse cuenta, con el persistente aroma a los arándanos en sus fosas nasales.
La siguiente ves que despertó fue porque su teléfono no dejaba de vibrar contra su estómago. Olvidó sacarlo del bolsillo frontal de la sudadera antes de volver a acostarse. Con un gruñido lo extrajo y respondió.
—¿Qué?
—¿En dónde demonios estás? — era Aksel—. He estado buscándote por todos lados. Incluso fui a tu oficina para comprobar que no estabas durmiendo ahí de nuevo.
Sonaba estúpido, pero sucedió la semana anterior. No había dormido por un par de días, demasiado estresado, así que decidió quedarse en la oficina una noche y adelantar tanto trabajo como fue posible. En algún punto su cerebro decidió que había tenido suficiente, y lo siguiente que supo fue que Aksel lo estaba despertando a medio día de un domingo. Dormir en un escritorio era una mierda. Aún le dolía la espalda por eso.
—Estoy vivo, Markov. No te preocupes.
—Al diablo con eso, ¿en dónde estás?
—Estoy en casa de Seong-Jin, joder. Deja de comprobarme como si fueras mi maldito padre.
