Pokémon: last of us

Capítulo 1: Una mala noche

Han pasado 3 meses desde que acabó la liga Kalos, y como siempre, nuestro querido protagonista perdió, por lo que decidió dejar de viajar por un tiempo y quedarse en casa con sus hermanos.

Ahora nos centramos en una casita en pueblo paleta en la que había una pequeña niña durmiendo tranquilamente en el sofá, hasta que de repente aparece nuestro protagonista hablando por teléfono con alguien.

Ash: ¿Y como te fue entonces? ¿De verdad? ¡Maravilloso! Me gustaría seguir escuchándote, pero creo que ya es muy tarde. Sí, buenas noches a ti también.

Después de colgar, el chico decidió sentarse en el sofá mientras la niña seguía ahí.

Sarah: (Bostezando) ¿Eh?

Ash: Permiso.

Sarah: ¿Largo día entrenando?

Ash: ¿Qué haces despierta? Es tarde.

Sarah: Espera, ¿Qué hora es?

Ash: Hace mucho que deberías dormir.

Sarah: Pero aún es hoy.

Ash: Sarah, ahora no, no tengo energía para hacer nada...

Sarah se agachó y se puso a buscar algo que tenía guardado por ahí, una cajita.

Sarah: Ten.

Ash: ¿Qué es esto?

Sarah: Tu cumple.

Ash: ¿Ah, sí?

Sarah: Pues, te quejas de que tu otro poké-reloj está roto... así que se me ocurrió.

Ash se puso el poké-reloj, el cual era bastante más moderno que el que tenía cuando llegó a Sinnoh.

Sarah: ¿Te gusta?

Ash: Sarah, es...

Sarah: ¿Qué?

Ash: Me gusta, pero... creo que no funciona.

Sarah: ¿Qué? No, no, no, no...

Y entonces cuando Sarah lo revisa, se da cuenta de que era solo una broma.

Sarah: Ah... que chistoso.

Ash: ¿De donde has sacado el dinero?

Sarah: Drogas. Vendo drogas.

Ash: Bien, entonces podrías ayudarme a encontrar algo que hacer.

Sarah: Sí, ya quisieras.

Después de un rato, Sarah volvió a quedarse dormida, así que Ash decidió cargarla hasta su habitación y dejarla en su cama. Después de esto el mostaza volvió a largarse a hacer unas cosas.

Sarah seguía durmiendo hasta que de la nada el teléfono de su habitación empezó a sonar, y por supuesto que lo contestó.

Sarah: ¿Hola?

Red: Sarah, necesito hablar con Ash urgentemente.

Sarah: Red, ¿qué hora es?

Red: Tengo que hablar con él, hay...

Por algún extraño motivo la llamada se cortó

Sarah: ¿Red? ¿Hola?

Sarah puso el teléfono en su lugar y se levanto para buscar a Ash.

Sarah: ¿Ash? ¿estás aquí?

La pequeña buscó por el baño, la cocina, e incluso su habitación, pero el chico no estaba en ninguna parte, lo cual preocupó un poco a la chica. La única zona donde no había investigado era el patio, y cuando fue allí justamente el azabache acababa de cerrar la puerta. Estaba cansado y preocupado, pero al menos estaba bien.