2. ¿Una nueva vida o terrible realidad?

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El sol atravesaba las aperturas de las cortinas azules, iluminando la habitación la cual estaba decorada con todo tipo de articulo de un héroe que era la tendencia en todo Japón y el mundo, el actual símbolo de la paz, All Migth.

Pero lo que más destacaba de aquella habitación era un niño de nueve o diez años que estaba tendido en el piso, había un frasco de píldoras para dormir destapado cerca de una de sus manos con unas cuantas esparcidas cerca, el chico tenía un cuerpo un tanto peculiar, a simple vista se notaban las complexiones femeninas que a pesar de que su rostro sea la de un niño que en sí unas pecas adornando sus mejillas, labios finos y carnosos, pestañas largas lo hacía ver demasiado adorable, era algo bajo de estatura, pero lo que más resaltaba de él era su peculiar cabellera verde musgo rizado, cuando la luz llegó al rostro del chico, este se removió incómodo y justo al momento de que la alarma de su mesita empezó a sonar.

!HORA DE DESPERTAR, HORA DE DESPERTAR, JAJAJAJAJAJ!

- MMMM - gimió molesto al tener la luz molestando su sueño y ese ruido molesto sonando en el lugar, no recordaba tener un aparato que hiciera ese tipo de ruido en su habitación - Mickey déjame dormir un poco más y apaga esa cosa que hace ruido, es molesto! - dijo moviéndose un poco ignorando el hecho de sentir que no habían mantas cubriéndolo - Mickey, acaso es una broma en venganza por lo del chile? - dijo molesto removiendose en el piso, al no recibir respuesta de su hermano y que la alarma seguía sonando se impaciento - Mickey si estás haciéndote el sordo basta que no es divertido!... ya apaga eso!... Mickey!! - dijo ya arto de ese molesto ruido, se levantó como pudo y frotó sus ojos mientras soltaba un largo bostezo - Mickey acaso es un alarma que encontraste en la alcantarilla e hiciste que Donatello la reparara para ponerla en mi cuarto y molestarme, verdad?... estera y ya veras que te hago después, recuerdalo bien pecas, sabes que esto no se quedará así - seguía sin recibir respuesta a lo que abrió los ojos viendo que no estaba en su habitación - Qué mierda?... a qué hora cambie la decoración de mi cuarto? y que hago en el piso?... es más! qué es ese molesto ruido que no me deja dormir?! - se puso de pie y miro todo su alrededor donde fijó su vista en la alarma de apariencia demasiado rara, que no recuerda que tenía ya que él no necesitaba de esas cosas debido a que el era nocturno lo que significaba que dormía en el día así que hizo lo más fácil que podía hacer, la tomó en sus manos y la aplastó como si fuera simple cartón, puesto que al ser mitad mutante tenía una fuerza abrumadora ya sea en su forma humana y era mucho más fuerte en su otra forma, miró mejor la habitación notando que no era la suya, es más todo parecía ser una habitación de otakus demasiado exagerada a lo que vio una ventana y con cuidado se acercó - Qué? - extrañado de toda la situación miro la ventana unos instantes y apartó las cortinas, le tocó poner una mano delante de su cara para cubrir su vista por la luz hasta que se acostumbró a ella para luego fijar su vista al exterior - Ja - jadeo al ver lo que tenía enfrente, empezó a retroceder sin saber lo que estaba pasando e hizo lo único que se le vino a la mente, salió de ahí a toda velocidad asustado mientras llamaba a sus hermanos y padre - Leo!... Mikey!... Donne!... Rapha!... papá!... Chicos!... Alguien-AHH! - se tropezó por las escaleras y rodó hasta llegar al suelo de la planta baja todo adolorido y con posibles moretones que aparecerán en un rato - Mierda esto dolió más de los golpes de papá cuando me hace practicar Kendo o entrenar con Rapha... uhg... creo que mis órganos cambiaron de lugar y estoy cien por ciento seguro que me trague mi propio veneno - se levantó adolorido y más confundido de lo que ya estaba porque no recuerda una escalera en la alcantarilla y que hubieran pasillos estrechos además de colores claros

Sintió que lo estaban observando, se dio la vuelta y fijó su vista al frente sorprendiendose al encontrarse con una mujer bajita, algo gordita, de cabellera y mirada verde que en esos instantes lo veía con extrañeza y molestia, el peliverde parpadeo varias veces confundido por la presencia de la mujer frente a él que nunca había visto en toda su vida y preguntándose si estaba alucinando o alguien lo drogo pero todo parecía ser muy real.

UNA NUEVA VIDA AL PARECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora