19. Estoy de vuelta

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Había empezado a caer una ligera lluvia en la ciudad, las personas pasaban a toda prisa para evitar mojarse, otros en cambio abrían sus paraguas para cubrirse de las gotas que caían, Mitsuki por su lado, una vez que bajo del auto tenía la mirada baja, sentía como el agua traspasaba su ropa, pero ahora eso no le importaba, estaba decepcionada, no podía dejar de pensar en que una de sus amigas llegará a ser capaz de dañar a su propio hijo, miro su casa con tristeza recordando las veces que Inko la visitaba junto con Izuku sin notar la depresión del pecoso, había hecho ojos ciegos ante el estado del omega confiando en su mejor amiga, se maldecía por haber sido tan ignorante y haber dejado abandonado al pequeño.

Entro a casa sin muchos ánimos, se retiró los zapatos y camino hacia la sala, ahí su hijo se encontraba haciendo su tarea siendo vigilado por Masaru, el cual le iba corrigiendo los errores para que los borrara y corrigiera adecuadamente, el omega noto la presencia de su esposa, le sonrió cariñoso pero su expresión cambio al verla en ese estado, sin preguntar se acercó a abrazarla, la alfa no lo dudo y correspondió al abrazo hundiendo su cabeza en el cuello de su omega aspirando su agradable fragancia que la reconfortaba, el menor noto a su madre extrañándose de que llegara de esa manera por lo que dejando lo que estaba haciendo se acercó a ella.

- Vieja y ahora que te paso? – pregunto el menor ajeno a la situación, pero preocupado de ella a pesar de que no lo admitiera abiertamente

- Ve a tu cuarto mocoso... debo hablar con Masaru en privado – dijo ella separándose un poco de su esposo para ver a su cachorro, el cual hizo un puchero inconforme con el pedido de su madre alfa – En la cena lo hablamos... te lo prometo – el menor no reclamo ni protesto, sabía que su ella estaba mal como para siquiera pelear como de costumbre

En cuanto se quedaron los dos solos, la alfa no lo soporto más y se derrumbó en los brazos de su esposo, el omega lo único que podía hacer era consolarla, sabía que algo malo había pasado con Inko, ella misma le conto que iría a ver a la beta ya que el abogado de Yoshi la necesitaba de testigo, estuvieron así por un largo rato hasta que la alfa se calmó.

- Cariño? – decidió preguntar el omega con calma – Que paso?

- Soy una bastarda Masaru – dijo ella seria para sorpresa del omega, su esposa no se insultaba a sí misma a menos que cometiera la peor estupidez – Creí que Inko era una gran persona, la amiga amable y amorosa con la que compartí tantos años... aunque hubiera sido condenada a prisión por su propio suegro e hijo... pese a todo lo que decían de ella, me seguía negando a creer lo que me decían de ella, creí que solo la estaban incriminando para quitarle a Izu-chan... que estaban tratándola como la mala... fui una estúpida al creerle a ella y hacerme de la vista gorda de las señales que estaban a simple vista!... fui tan estúpida al seguir creyendo en mi mejor amiga de años – el castaño puso una mano en el hombro de la mujer, empezó a calmarse y contar la situación – Cuando Yusei me llamo creí que Yoshi había cambiado de parecer con la condena y quería ayudarles... que ilusa fui... hoy Inko renuncio a sus derechos maternos – el castaño la miro intrigado y asombrado, esa mujer no era de renunciar y acceder tan fácil – Yusei de alguna manera la convenció de renunciar a sus derechos... ella ya no es nada de Izu-chan más que la donante genética...

- Pero Inko... como es qué acepto... es demasiado obstinada y terca?

- Yusei... llamo a Izuku.... Lo vi después de tanto tiempo... si no fuera por su cabello y ojos, no lo hubiera reconocido... es más alegre y más bonito

- Cariño... te lo dije y lo volveré a decir... tú no tienes la culpa de nada, todos fuimos victimas... Inko supo actuar bien su papel frente a todos... nos convenció como alguien ejemplar, cuando resulto ser alguien detestable que solo le importaba ella misma – ella suspiro calmándose dejándose abrazar por su omega – Lo mejor será que te alejes de ella... ahora que conocemos su verdadera naturaleza... no quiero que nuestra familia sea afectada por ella – la alfa asintió abrazando a su esposo – Descuida, nadie es perfecto

UNA NUEVA VIDA AL PARECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora