Llegará un momento en que creas que todo ha terminado. Ese será el principio.
-Epicuro.
•••
—¿Qué? ¿Lo dices en serio?
—Si Matt, ¡joder!, no quería que te enteraras así.
—¿Pasó algo con él?, ¿se acostaron?
—Claro que no.-protesto.-Solo nos besamos una vez.-musito por lo bajo.
—¿Te besaste con él?— chilla.— No puedo creer que me hayas hecho esto Úrsula, ¿por qué?
—Lo siento, solo fue una vez en el hotel, fue un impulso, no sé qué me pasó.
—¿Él te besó o fuiste tú?
—¿Acaso importa?
—¡Responde!
—Fui yo.— me limito a decir.
—¿Te gustó?, ¿te gusta ese idiota?
—Claro que no, o... No lo sé.— me froto, la sien.— estoy muy confundida ahora Matt.
—Aún no me lo creo Úrsula, ¿tú?, ¿realmente tenías que fallarme tú?
—Lo siento Matt, me dejé llevar, también el estrés influyó mucho, no sé qué sucedió.
—Dime una última cosa, ¿te arrepientes?
—De hacerte daño, sí.
—¿De besarlo?
—No.
Salió de la cocina y me dejó sola, sumergida en mis pensamientos, con un cúmulo de emociones creciendo en mi pecho.
La vida real es así, aquí no eres la víctima, aquí no lloras y se soluciona, aquí eres la traicionera, la sin valores, la que le hace daño a las personas que la aman.
Esa era yo.
Una hipócrita total.
Cansada de escribir falsedades donde todo es perfecto, cansada de ese romance vainilla que no sucede en la vida real, yo no era Adeline y Cameron no era Ethan, yo no soy la chica buena que se enamora del chico malo y luego cambia su forma de ser para cumplir las expectativas de ella.
No.
Aquí no va así.
Aquí va de que tengo una persona que me ama y le echo daño por una puta ilusión.
En esta historia yo era la villana y no la víctima. La que hace daño sin pensar, a la que no le importan los sentimientos de los demás.
Joder.
Tiene que entrarme en la cabeza.
Él no es él, no es él, no lo es.
Ethan no existe...
Cameron no es él.
Cameron es una persona totalmente desconocida.
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Hasta que recuerdes mis besos.
RomanceAmante de la imperfección, perdida en un mundo de apariencias. Un mundo donde todos fingen ser algo que no son. Excepto yo; hace un par de años perdí la memoria y con ella perdí mis miedos, mis dolores, mis malos momentos, incluso mi decencia. ¿Por...