Es absolutamente erróneo suponer que los demás están en condiciones de comprender nuestros sentimientos más profundos.
-Yukio Mishima.
—¿Matt?
¿Qué hacía Matt aquí?, ¿por qué venía con la policía?
—Buenas noches.— saluda uno de los oficiales con voz rígida.
—Buenas noches, oficiales.— les responde Cameron poniéndose al frente de la situación.
—¿Saben ustedes que está prohibido el coito en público?
—Lo sabemos, oficial.— vuelve a intervenir Cameron con voz calmada.— pero no estamos en la calle, estamos dentro de una propiedad privada.
Siento los ojos de Matt sobre mí, pero no soy capaz de mirarlo.
—Entonces debieron entrar a la casa y no practicar sexo en el porche.-espeta el oficial.
—Esto es una zona privada.— habla el otro policía dirigiéndose a mí.— está terminantemente prohibidas las conductas inapropiadas o ruidosas porque ponen en peligro el derecho de otros para gozar de paz y tranquilidad, su vecino, el señor Matew Lister ha puesto una denuncia contra usted por alterar el orden público así que le pido que nos acompañen.
—¿Qué? ¿Estás loco Matt? ¿Por qué has hecho eso?
—¿Loco yo?, ¿o tú?, eres una zorra, no has esperado ni un solo segundo a que me fuera y metiste a este tipo en tu casa, ¿se te olvidó que vivo en esta misma urbanización?
—No tienes derecho a reclamarme nada, ya te he dejado las cosas bien claras.
—Cállate, eres una pu...
Las palabras se quedan en su boca cuando Cameron le estampa el puño en la cara.
Los oficiales los sujetan, esposan sus manos en la espalda y yo simplemente no sé cómo reaccionar
—Vuelve a referirte a ella de esa manera y te dejo sin dientes.
—Es la segunda vez que me golpeas, idiota, te las verás con mis abogados, tú no sabes quién soy, además, menuda joyita de mujer te llevas, no sabes nada de ella.
—Señor Lister, por favor no provoque más.— interviene uno de los policías.— y usted, ¿cuál es su nombre?
—No diré nada sin mi abogado presente.— se defiende Cameron.
—Ok, entonces iremos a comisaría y allá podrá llamar a sus abogados. Señor Lister, si quiere hacer una denuncia por agresión, también tendrá que acompañarnos.
—Iré detrás de ustedes oficial.— le informa Matt sosteniéndose la cara por el golpe.
La vergüenza me corroe, nunca en mi vida había estado en prisión, jamás había pisado una comisaría y ahora lo estaba haciendo nada más y nada menos que por tener sexo en público.
¿Qué me está pasando?
Esta no soy yo.
Nos acomodamos en los asientos traseros del coche patrulla y nos dirigimos a comisaría.
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Hasta que recuerdes mis besos.
RomanceAmante de la imperfección, perdida en un mundo de apariencias. Un mundo donde todos fingen ser algo que no son. Excepto yo; hace un par de años perdí la memoria y con ella perdí mis miedos, mis dolores, mis malos momentos, incluso mi decencia. ¿Por...