Narra ______
El frío de la noche impregnaba la habitación, era una noche de otoño en Brooklyn, las gotas de lluvia chocaban contra la ventana y las hojas de los árboles caían atiborrando las calles y avenidas de la ciudad.Eran las 11 de la noche apenas, había peleado con Miles, realmente fue una discusión fuerte. Lo cierto es que estaba enamorada de él desde sexto grado. Éramos...mejores amigos, ¿éramos?
Me senté en mi cama y me llevé las manos a la cara, estaba realmente dolida, la ansiedad se comenzaba a apoderar de mis dedos, haciendo que estos temblaran con solo tenerlos extendidos. Lágrimas de enojo y frustración comenzaron a descender por mis mejillas mientras recordaba cómo lo vi besándose con alguien más enfrente de mi.
¿Acaso nunca fui suficiente?, las preguntas comenzaban a invadir mi cabeza. ¿Será que él nunca me verá más que como su mejor amiga?, ¿Realmente debí enojarme por eso?
Solté un largo suspiro dejándome caer en la cama. Simplemente no podía más con mi cabeza. Me encontraba a oscuras en la habitación, solo la llenaba la luz de la luna que entraba casi imperceptible por mi ventana.
Tomé mi celular y vi los mensajes de Miles, 184 de ellos, ¿Por qué no sólo puedo contestarle?, ¿Qué más da que sepa que me muero por él? Nuestra relación está rota ahora. Me duele el corazón de solo pensar. Llamadas perdidas de diferentes números y mi mente solo podía recordar aquel beso, dios mío, ya no quería pensar.
Me acurruqué en mi cama, abracé a mi almohada y dejé mi celular de lado con el modo "no molestar", solo quería desaparecer un rato de todo. Sin pensarlo me quedé dormida con mi almohada mojada de tanto llorar.
12:48am
Un frío aire entrando por la ventana de mi habitación me despertó. Confundida me levanté a cerrar la ventana, tallé mis ojos hinchados y me puse un suéter encima, que extraño...me quedé pensando un poco: recuerdo haber cerrado esa ventana antes de dormir; me quedé observando el marco de esta un rato para luego volver a la cama.300 mensajes de Miles. Genial. No tenía ganas de responder aún. Suspiré tallándome los ojos mientras veía su nombre registrado sin siquiera abrir los mensajes.
—Quizá deberías de contestar.— dijo una voz sacándome de mis pensamientos. Me cagué encima. No podía gritar, la voz no me salía, en su lugar comencé a temblar. No veía nada por la habitación oscura, giré la vista hacia mi ventana y pude ver una figura negra viéndome desde allí.
Instintivamente me pegué a la pared lo más que pude, el miedo cada vez comenzaba a incrementar más y más. No era la más creyente de fantasmas o esas cosas pero esta vez de verdad estaba a punto de comenzar a rezar.
—______ tranquila, no quiero hacerte daño.
—¿Có-cómo sabes mi nombre?— pregunté aún extrañada. La figura de aquel sujeto sólo se quedó en el marco viéndome sin hacer un solo movimiento, los segundos parecían eternos, llevaba un traje ceñido al cuerpo de color negro con destellos rojos que se alumbraban cada que la luna podía apuntarles.
Observándolo bien pude notar algo...ese parecía...¿Spiderman?
El sujeto o la cosa que eso fuese suspiró y empezó a acercarse a mi. Instintivamente le aventé mi almohada.
—T-te juro que si no te vas voy a gritar.— dije desafiante pero con un miedo increíble.
—Tenemos que hablar.— se quedó en silencio un momento y miro hacia la ventana.— pero no aquí.
Terminó de decir esto y lanzó una telaraña hacia mi cuerpo ejerciendo un poco de fuerza de tracción, haciendo que quedara a centímetros de él, me tomó por la cintura y salimos por mi ventana, yo claramente todavía no podía procesar lo que acababa de pasar. Nos columpiábamos por edificios y cada vez que estábamos cerca de tocar el suelo no lo hacíamos, claramente comencé a gritar.