Narra ______
—Evan, yo...— en eso se escuchó un estruendo en el balcón, a lo que ambos volteamos. Era él.—______, necesito hablar contigo.— dijo en un tono serio, su traje estaba intacto, ningún rasguño, su máscara cubría su rostro por completo.
—¿Qué haces aquí?— inquirí con duda.— ¿Acaso me estabas siguiendo?— solté la mano de Evan.
—¿Conoces a Spiderman?— preguntó asombrado Evan.
—______, es importante, ayer te dije que cancelaras esto.
—¿Qué?— Evan parecía confundido.
—Vete.— dije parándome de mi asiento, así pues me siguió Evan.
—¿Me la prestas campeón?— dijo en un tono sarcástico lanzando una telaraña hacia mi, haciendo que terminara en sus brazos, él rodeando mi cintura.— Prometo no devolvértela.— y salimos de allí columpiándonos.
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—¿QUÉ MIERDA CREES QUÉ HACES?— grité una vez posicionando mis pies en el techo de un edificio bastante alto a mi parecer.— DEVUÉLVEME ALLÁ.— dije mientras señalaba la dirección de dónde veníamos.
—¿POR QUÉ SALES CON ÉL?— dijo en un tono duro. Jamás lo había escuchado así.— ¿Qué es lo que tratas? ¿Eh? ¿Te divierte ponerme así?
—¿De qué mierda estás hablando?— me sacó de mis casillas completamente. Sí, quizá estaba algo enamorada de este cabrón pero jamás dejaría que me levantara la voz reprochándome algo que no le corresponde.
—¿Te gusta? ¿Es eso?— dijo mientras ponía sus manos sobre su cabeza caminando, mientras daba círculos alrededor.
—Y si así fuese, ¿a ti qué te importa?— inquirí cruzándome de brazos.
—Dios, eres imposible.
—Lo dice el que me ESPIABA en MI cita. Me voy de aquí.— dije caminando hacia la puerta de salida en el techo. Cuando estaba a punto de tocar la perilla una telaraña apareció en el manojo antes de abrirla. Giré mi mirada hacia Spiderman. Imposible. Yo lo mato.
—De aquí no te vas hasta que me digas lo que sientes por ese cabrón.— dijo en un tono serio.— ¿Disfrutas viendo cómo me pongo celoso? ¿En cómo me carcome la mente de solo pensar en si ya lo besaste? ¿Qué mierda quieres de mi _____? ¿Es eso? ¿Quieres verme?— su voz comenzaba a entrecortarse y mi respiración comenzaba a acelerarse.
¿Celoso? Y eso no fue lo más impactante de la noche.
—He tratado de protegerte todo este tiempo, ocultándote mi identidad, y no sabes cuantas veces me moría por decirte mi nombre, por no sólo verte con mi máscara, por llegar a tu casa a visitarte o si quiera en la escuela saludarte...— ¿Qué mierda?
¿Está en mi escuela?
Estaba comenzando a hiperventilar mientras se acercaba a paso lento hacia mi.
—¿Y de qué me sirve hacer eso si no puedo tenerte? Si cuando me voy de verte quiero hacerlo de nuevo, que espero todos los putos viernes para visitarte, que si por mi fuera te buscaría todos los días.
Al parecer mi cerebro no procesaba nada de lo que decía, parecía que se repetían palabras en mi cabeza...¿celoso? ¿tenerme? ¿verlo?
Pero mi mente dejó de funcionar en el segundo que se quitó su máscara.
Cabello oscuro rizado, piel morena, cejas pobladas, ojos miel que aparentaban apachurrarse a punto de soltar algunas lágrimas.
—Mi nombre es Miles Morales.— dijo mientras me miraba a los ojos, su voz sonaba decepcionada, cansada, dura, seca.
Miró la mascara que llevaba en sus manos y volvió a mirarme.
—Y si esto me impide poder tenerte, creo que no voy a poder soportarlo.
Me quede atónita, parecía que las palabras no salían de mi boca, estábamos a una distancia razonable y solo lo miraba entero...Miles Morales, una sonrisa se formó en mi rostro.
—¿Miles Morales?— pregunté. Él solo me miraba.— ¿El chico más listo de la escuela con el primer lugar en la generación?— claro que lo conocía.
—El chico que se enamoró perdidamente de ti, _____.— dijo acercándose a paso lento.— Dime que no sientes lo mismo que yo...— susurró casi rozando mis labios por la distancia tan corta que nos separaba.— y te dejo en paz.— nuestras miradas chocaron, todo parecía mentira.
Mis mejillas ardían, mi estomago comenzó a sentirse extraño, como si estuviese en un sueño, como si nada fuese real, como si...
De pronto un sonido aturdidor comenzó a sonar de la nada, ¿qué era eso?
—¡______! Levántate o llegarás tarde a la escuela.
¿Qué?
—Miles...yo..— dije tomándolo de su traje.
—_____ ¿qué está pasando?— preguntó asustado.
—¡No sé! yo...— de pronto todo se volvió oscuro y salté de donde estaba.— ¡te quiero!—grité agitada, no me había escuchado.
Miré a mi alrededor, paredes rosas, estaba acostada en una cama, libros por doquier, ropa tirada en el suelo, una computadora abierta sobre mi cama...era mi habitación.
—Es tu primer día, ¡no llegues tarde!— la voz de mi mamá se hacía presente. ¿Qué mierda estaba pasando?
Tomé mi cabeza entre mis manos, dolía demasiado, no entendía nada.
Salí de la cama dispuesta a bajar por la escaleras, estaba mareada. Visualice a mi mamá en la cocina.
—¿Mamá?
—¿No te has cambiado? Por Dios, ¿qué haré contigo?
—¿De qué hablas? Hoy es sábado, no hay escuela.— dije extrañada. Mi mamá me miraba con el ceño fruncido.— ¿Cómo es que llegue aquí? no entiendo nada, yo estaba...— de pronto un fuerte dolor comenzó a invadir toda mi cabeza, solo pude cerrar los ojos hasta que pasara.
—Amor, hoy es 14 de enero, VIERNES.— esa respuesta me tomó desprevenida. ¿Enero? ¿Viernes?
—Mamá estás de broma, ¿verdad?— dije soltando una risa algo extrañada. A la vez que volteaba a verla.
De pronto me enseñó su celular, con la fecha del día de hoy.
14 de enero de 2023.
El día que conocí a Spiderman.
¿Había viajado en el tiempo?