I was made for you

2.1K 147 45
                                    

pt2
*Reproduzcan: La boda-Rmand.

Narra ______
El día había acabado más rápido de lo que imaginé, ya eran pasadas 2 de la tarde y pronto regresaría a mi departamento. Ignoré su mirada la mayoría del tiempo pero la sentía encima mío, ¿qué es lo que quería?

¿Acaso no fue suficiente con humillarme frente a todos? ¿Necesitaba más? ¿Me quería como su burla de nuevo?

El timbre sonó y rápido me levanté de mi lugar dispuesta a salir antes que todos. Antes de poder cruzar la puerta como el resto del salón una mano fría me agarró del brazo. Giré para encontrarme de nuevo esos ojos a los que había caído rendida hace tiempo. Pero ya no eran míos.

—¿Podemos hablar?— su voz me hizo estremecer, quizá porque había pasado tanto tiempo sin escucharla o porque siempre había causado ese impacto en mi. Mi estómago se revolvió, solo quería escapar.

—Creo que ella no tiene nada que hablar contigo, Morales.— Chris al rescate, genial. De pronto Miles me soltó del brazo.

—¿Y por qué no dejas que eso lo decida ella, Smith?— dijo mientras se le plantaba enfrente. Tenían casi la misma estatura, Chris era unos centímetros más alto que miles, y para mi suerte, este semestre se veía más fornido, le había metido duro al gimnasio, Miles no se quedaba atrás. Pero lo menos que quería era una pelea.

—Agarra tus cosas y lárgate antes de que te rompa la cara.— nunca había escuchado a Chris decir algo como eso.

—Vámonos Chris, no vale la pena.— dije tomándolo del brazo, poco cedía ante mi agarre.

—¿Ah sí? ¿Tú y cuántos más?— mantenía su mirada fría, la cara de Chris no tardó en deformarse, tronó sus dedos y entraron dos chicos más al salón. No había notado lo silencioso que estaba, todos se habían ido, hasta Ashley. Asco.

—Mantente alejado de ella si no quieres que te muestre a comportarte.

El nudo en mi estómago crecía, a pesar de todo lo que había hecho yo no quería que lo lastimaran, a pesar de todo yo todavía lo quería. Mierda.

—Chris Evander.— mi voz tomó compostura.— Vámonos ya.— dije en un tono autoritario.

Chris giró a verme con un tono preocupado, él sabía que cuando lo llamaba por su segundo nombre algo iba a ir mal. Le dió una ultima mirada a Miles y se giró con sus otros amigos para irnos de allí. Agaché mi cabeza y me puse mi gorra de la sudadera. No quería verlo, las lágrimas las podía sentir casi en mis mejillas pero tuve que contenerme, ya no quería verme débil, no quería permitir que me rompiera el corazón de nuevo, si es que se podía hacer eso.

Salí de allí caminando, comenzaba a chispear, las gotas mojaban mi sudadera y mi mochila. Chris se ofreció a llevarme y me negué en varias ocasiones, pero él simplemente no aceptaba un "no" como respuesta.

Llegamos a mi casa y antes de bajarme del coche lo abracé.

—Gracias. Por todo.— dije con mi voz entrecortada. Poco tardaron sus brazos en rodear mi cintura y su cabeza hundirse en mi cuello.

—Sabes que siempre estaré para ti _____. Donde sea y cuando sea.

Asentí aún en su cuello, las lágrimas no pudieron contenerse más y manche un poco su camiseta.

—Perdón.— dije apenada una vez me despegué.

—No te preocupes, es solo agua. ¿Vas a estar bien? Mañana paso por ti temprano, ya no quiero que llegues tarde.— dijo en un tono tierno.

—Sí, te veo mañana bolita.— era nuestro apodo. Cursi, lo sé.

—Cuídate, bolita.— dijo acariciando mi mejilla.

One shots / Miles MoralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora