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Después de una breve conversación, el Político deja la cabina de los guerreros. Para mi alivio, atraviesa el club en dirección contraria en vez de venir hacia mí. Parece haberme olvidado mientras hace su camino cruzando el club, deteniéndose aquí y allá para saludar.

Todo el mundo lo observa irse. Nadie en la multitud habla por unos instantes. Luego, la conversación comienza tentativamente, como si estuvieran inseguros sobre si debían hablar. Los guerreros en la mesa beben sobriamente y en silencio. Lo que les dijo el político, no les gustó.

Espero hasta que la conversación se eleva al volumen máximo otra vez antes de volver a acercarme al albino. Ahora que sé que la resistencia está aquí, siento una oleada adicional de urgencia para que todo funcione.

Sin embargo, me mezclo en el río de mujeres. Hay una zona libre de mujeres alrededor del albino. Una vez que pase por allí, será difícil no hacerme notar.

Los ángeles parecen más interesados en socializar entre sí que con las mujeres. A pesar de sus mejores esfuerzos, las mujeres son tratadas como accesorios de moda que van en conjunto con los trajes de los ángeles.

Cuando el albino se gira hacia mi camino, echo un vistazo para descifrar lo que mantiene a las mujeres alejadas. No es su absoluta falta de pigmentación, aunque estoy segura que pondría serlo para algunas personas.

Estas mujeres, después de todo, no se dejan intimidar por las personas con plumas que crecen fuera de sus espaldas, y quién sabe dónde más.

¿Qué hay de peligroso en la falta de pigmentación? Pero son sus ojos. Un vistazo a los mirones y entiendo por qué los seres humanos se mantienen alejados. Son de color rojo sangre. Nunca he visto nada igual. Sus pupilas no son como cualquiera que haya visto.

Son tan grandes que ocupan la mayor parte de sus ojos. Una bola sólida de color carmesí rodeado por un anillo rosado de iris. Sus largas pestañas enmarcan los ojos, como si no se notaran ya bastante.

No puedo dejar de mirar. Aparto mis ojos, avergonzada, y noto a otros humanos mirándolo nerviosamente cada cierto tiempo. Los otros ángeles, a pesar de toda su agresión terrible, parece que se hicieron en el Cielo. Éste, por el contrario, parece que caminó por donde provienen las pesadillas de mi madre.

He pasado ya mi límite justo de estar rodeada de personas cuyo aspecto físico es desconcertante. NingNing era una niña muy popular en la comunidad de discapacitados. Su amiga Judith nació con los brazos rechonchos y las manos pequeñas, con malformaciones; Alex se tambaleaba al caminar y tuvieron que retorcerle el rostro dolorosamente para formar palabras coherentes que a menudo dejaban una cantidad vergonzosa de baba; Will era un tetrapléjico que necesitaba una bomba para mantener su respiración. La gente miraba y trataba a estos niños como los humanos se comportan en torno a este albino. Cada vez que un incidente particularmente malo ha pasado a cualquier miembro de su rebaño, NingNing los reunía para una fiesta temática. Una fiesta pirata, una fiesta zombie, pijamada, etc. Bromeaban y reían y eran fuertes juntos. NingNing fue su animadora, consejera, y mejor amiga, todo en uno.

A pesar de su postura y vulnerabilidad sutil, él es sin lugar a dudas un guerrero. Todo en él es imponente, desde sus amplios hombros a su altura excepcional para sus abultados músculos y las alas enormes. Al igual que los ángeles en la tarima. Al igual que Rosé.

Cada miembro de este grupo parece que se hizo para luchar y conquistar. Aumentan esta impresión con cada movimiento seguro, cada frase de mando, cada centímetro de espacio que ocupan. Nunca hubiera notado que el ser albino era un poco incómodo si no estuviera ya en sintonía con este tipo de molestias.

Tan pronto como pase la zona libre de humanos alrededor del albino, él me miro. Me miro fijamente. Lo mire fijamente a los ojos como lo haría cualquier otra persona. Una vez que conseguí superar el shock de ver en un par de ojos extraterrestres, veo la tenue curiosidad. Vacilo un poco mientras sonrío hacia él.

Fallen Angel ✞ Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora