35

142 29 0
                                    

— ¿Lisa?

Todos se dan la vuelta hacia donde proviene la voz.

De las sombras sale una nueva figura y se dirige hacia nosotros.

Mi madre abre sus brazos mientras camina hacia mí. De su muñeca colgaba un cable que transmitía choques eléctricos como un brazalete. Mi corazón cae a mi estómago. Tiene una sonrisa enorme en su rostro, completamente ajena al peligro que está enfrentando.

Un alegre suéter amarillo ondea con el viento alrededor de sus hombros como una capa corta. Pasa a través de los hombres como si no los viera. Tal vez no lo hace. Me atrae en un abrazo de oso y me hace girar alrededor.

— ¡Estaba tan preocupada!— Toca mi cabello y busca en mi cuerpo alguna herida. Se ve encantada.

Me deslizo fuera de su agarre, preguntándome cómo voy a protegerla. Estoy a punto de empuñar mi espada cuando me doy cuenta que los hombres han retrocedido, ensanchando el círculo alrededor de nosotros. Los hombres de repente han pasado de ser amenazadores a estar nerviosos. La cadena que estaba siendo usada como un amenazador lazo hace tan solo un momento ahora estaba siendo usada como un rosario de cuentas por un hombre que recorre nerviosamente sus dedos por los eslabones de la cadena.

— Lo siento, lo siento— Le dice el primer chico a mi madre. Sus manos están con las palmas hacia arriba, como un signo de rendición.

— Sí— Dice el chico de la cadena.— No teníamos la intención de hacerle
ningún daño. De verdad— Retrocede nerviosamente hacia las sombras.

Se escabullen en la noche, dejándonos a Dee-Dum y a mí observar a mi madre con asombro.

— Veo que has hecho amigos, mamá.

Mira duramente a Dee-Dum.

—Vete— Alcanza el cable eléctrico que cuelga de su muñeca y le apunta con el.

— Está bien. Es un amigo.

Ella me golpea en la cabeza lo suficientemente duro como para tener moretones.

— ¡Estaba preocupada por ti! ¿Dónde has estado? ¿Cuántas veces te he dicho que no debes confiar en nadie?

Odio cuando hace eso. No hay nada más humillante que ser golpeada por tu madre loca en frente de tus amigos.

Dee-Dum nos observa, aturdido. A pesar de su actitud de chico duro, y su habilidad de asaltar los bolsillos, claramente no viene de un mundo donde las madres les pegan a sus hijos.
Le extiendo mi mano a Dee-Dum.

— Está bien. No te preocupes por eso— Me doy la vuelta hacia mi madre.— Me está ayudando a encontrar a NingNing.

— Te está mintiendo. Tan solo míralo— Sus ojos se llenan de lágrimas. Sabe que no escucharé sus advertencias.— Te engañará y te llevará a ese nido infernal y nunca te dejará salir. Te encadenará a una pared y dejará que las ratas te coman viva ¿No lo puedes ver?

Dee-Dum mira de allí para acá entre mi madre y yo con sus ojos en estado de shock. Se ve como un niño pequeño más que nunca.

— Es suficiente, mamá— Camino de vuelta a la puerta de metal que está junto al camino.— Es mejor que estés callada o te dejaré aquí e iré a buscar a NingNing por mi cuenta.

Corre hacia mí, agarrando mi brazo a modo de súplica.

— No me dejes aquí sola— Veo en sus ojos salvajes el resto de la frase "Sola con los demonios".

— Entonces quedate en silencio ¿Está bien?

Asiente. Su cara llena de angustia y terror.

Le indico a Dee-Dum para que deje el camino. Nos mira, probablemente tratando de encontrarle sentido a todo. Después de un momento, saca sus llaves, manteniendo un ojo cuidadoso en mi madre. Prueba diferentes llaves en la cerradura antes de que una finalmente funcione. La puerta se abre con un chirrido que hace que me encoja.

Fallen Angel ✞ Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora