03

221 36 11
                                    

Casi vuelco a NingNing en mi apuro por girar y cambiar de dirección. Nos escurrimos y nos detenemos detrás de un camión de mudanza estacionado. Me asomo por detrás de el, incapaz de dejar de ver.

Cinco Ángeles más bajan en picada por donde estaba el de las alas nevadas. A juzgar por su postura agresiva, es una lucha de cinco contra uno. Esta demasiado oscuro para ver los detalles sobre el aterrizaje de los Ángeles, pero hay algo en la forma de las alas de uno de ellos que me sorprende de manera diferente. Estas se pliegan demasiado rápido cuando aterriza, haciendo que no pueda apreciarlas de manera apropiada y me quedo pensando si realmente había algo diferente acerca de ese ángel. Es un gigante, erigido sobre el resto.

Nos hemos agachado y mis músculos de congelan, negándose a pasar de la relativa seguridad detrás del neumático del camión. Hasta el momento, no parecen habernos notado.

Repentinamente, una luz parpadea y se enciende encima el híbrido aplastado. La electricidad ha vuelto y esta lámpara de la calle es una de las pocas que aún no se ha roto. La luz solitaria se ve más brillante y espeluznante, destacando contrastes más esclarecedores. Algunas ventanas vacías se encienden a lo largo de la calle también, dando suficiente luz para mostrarme a los Ángeles un poco mejor. Y ahí me doy cuenta que el ser de alas nevadas es una chica.

Tienen alas de colores diferentes. Aquella que destrozó en el coche tiene alas blancas como la nieve. El gigante tiene alas del color de la noche. Las otras son de colores azules, verdes, naranja quemado y unas con rayas de Tigre. Todos sin camisa. Incluyendo a la chica. Supongo que debe ser algo normal para ellos. Sus formas musculosas se flexionan con cada movimiento. Al igual que sus alas, el tono de su piel varía.

La ángel de las alas blancas que aplastó el coche, tiene la piel igual de niveas que sus alas. El de las alas de noche, tiene la piel tan pálida como un huevo. El resto entre oro y marrón oscuro. Estos ángeles parecen el tipo que está fuertemente marcado por las heridas de la batalla, pero en lugar de eso, son del tipo de piel perfectamente inmaculada, por el cual las reinas de graduación del país matarían a sus reyes por tener.

La ángel de nieve rueda dolorosamente fuera del coche aplastado. A pesar de sus heridas, aterriza medio agachada, preparada para un ataque. Su gracia atlética me recuerda a un puma que una vez vi en la televisión. Puedo decir que ella es un oponente formidable por la manera en que los demás se le acercan con cautela, aunque está lesionada y ahora superada en número. A pesar de que los otros son musculosos, lucen brutos y torpes en comparación a ella.

Se ve que está lista para luchar contra ellos a mano limpia, sin importar que casi todos sus enemigos estén armados con espadas. Su espada yace a unos metros del coche, donde aterrizó durante su  caída. Como las otras espadas de ángel, es corta, menos de medio metro de hoja con doble filo.

La ve y se gira para abalanzarse por ella. Pero el ángel con las alas quemadas patea la espada. Esta se desliza perezosamente sobre el asfalto, alejándose de su propietaria, pero la distancia que se mueve es sorprendentemente corta. Debe ser tan pesada como el plomo. Aun así, está lo suficientemente lejos para asegurar que la de las alas nevadas no tenga la oportunidad de alcanzarla.

Me acomodo para ver la ejecución de la ángel. No hay duda sobre los resultados. Aún así, la de las alas blancas da una buena pelea. Patea al que tiene rayas tigre y logra defenderse de otros dos. Pero no existe comparación para cinco de ellos juntos. Cuando finalmente cuatro de ellos logran inmovilizarla en el suelo, prácticamente se sientan sobre ella, el gigante de las alas de Noche camina hacia ella. Asechándola como el ángel de la muerte, el cual supongo que podría ser. Tengo la clara impresión de que esto es la culminación de varias batallas de estos ángeles. Siento historia entre ellos por la manera en que se miran, en la forma en que el de las alas de Noche tira de la de las de Nieve, extendiéndolas. Él asiente al de las Rayas, que levanta su espada por encima de la de las alas de Nieve.

Quiero cerrar mis ojos frente al golpe final, pero no puedo. Mis ojos permanecen abiertos, como si estuvieran pegados, olvidando cómo cerrase.

— Debiste aceptar nuestra invitación cuando tenías la oportunidad— Dice Noche, tirando del ala para alejarla del cuerpo de Nieve.— Aunque ni siquiera yo hubiera predicho este tipo de final para ti.

Él asiente nuevamente a Rayas. La espada cae y corta el ala.

Nieve lanza un grito de furia. La calle se llena de ecos de su rabia y su agonía. La sangre se esparce por todas partes, bañando a los demás. Ellos luchan para mantenerla sujeta mientras la sangre la hace resbaladiza. Ella gira y patea a dos de los matones con la velocidad del rayo. Terminan rodando sobre el asfalto, curvándose alrededor de sus estómagos. Por un momento, mientras los dos ángeles restantes luchan por sujetarla, creo que ella va lograr soltarse.

Pero el ángel de la Noche pisa con su bota sobre la espalda de Nieve, justo en la cruda herida. Nieve sisea en un aliento lleno de dolor, pero no grita. Los demás aprovechan la oportunidad para escabullirse y volver a su posición, inmovilizándola.

Noche deja caer el ala cortada. Esta se derrumba pesadamente, como un animal muerto, sobre el asfalto. La expresión de Nieve es de furia. Todavía quiere seguir luchando, pero esto se drena rápidamente junto con su sangre. Sangre que empapa su piel, enredando su cabello. Noche agarra el ala restante y la extiende.

— Si fuera por mí, te dejaría ir— Dice Noche. Hay suficiente admiración en su voz para hacerme sospechar que podría decirlo en serio.— Pero todos
tenemos nuestras órdenes.

A pesar de la admiración, no muestra ningún arrepentimiento.

Rayas levanta su espada, posicionándola en el ala conjunta de Nieve, capturando el reflejo de la luna. Me encojo de miedo, esperando otro golpe sangriento. Detrás de mí, un sonido más pequeño y simpático se le escapa a NingNing.

El de las alas quemadas repentinamente levanta la cabeza desde atrás de Noche... Viendo directamente hacia nosotras. Me congelo, todavía agazapada detrás del camión de mudanza. Mi corazón salta y luego se acelera al triple de su velocidad.

Quemado se levanta y se aleja de la carnicería.

Directamente hacia nosotras.




¡Gracias por leer!

Fallen Angel ✞ Chaelisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora