Capítulo 86 - Eclipse 🔞

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Había que avanzar.

El crecimiento trae consigo diferentes cambios, los cuales podían llegar a ser difíciles para ciertas personas; pero cuando se era sensato y persistente, el deseo de avanzar era más fuerte.

Para Yibo, quien era el único hijo del matrimonio Wang, y además aún vivía en aquella vieja casa, le era extrañamente incómodo su situación de "tranquilidad". Sus hermanos vivían aparte, cada uno con su persona más amada. Hasta su primo se encontraba disfrutando de esa nueva vida llena de emociones.

No era que odiara vivir con sus padres ¡al contrario! La convivencia era cómica debido a que Yibo parecía un inquilino más, bromeando con sus padres sobre pagarles la renta de su habitación. Al fin y al cabo, la mayor parte de las horas del día las pasaba en su trabajo.

Una tarde el timbre sonó en el taller haciendo que Yibo soltara la escoba. Después de dejar su espacio medianamente "limpio", caminó a cambiar su overol de tono gris ratón por su ropa de calle.

— ¡Ey! ¡Leo! —gritó uno de los mecánicos— Vamos a beber ¿te unes?

Yibo negó con una sonrisa amable— Hoy llegan mis padres desde Chippenham, debo ir a recogerlos.

Y así era.

Después de caminar una cuadra estaba el camión de su padre. Debido a una leve lesión en rodilla, y sumando la edad del señor Wang, su familia lo estaba limitando a no conducir ningún tipo de vehículo.

Yibo manejó por 10 minutos hasta por fin estacionarse frente a la única estación de buses de Lacock. Al bajar enseguida pudo divisar a sus padres haciéndoles una seña con las manos.

— Muchísimas gracias, hijo mío — Decía la señora Wang ayudándole a pasar las cuatro maletas que traían y después darle un fuerte abrazo.

— Los extrañé, mamá, papá... ¿disfrutaron del viaje? —decía Yibo al tiempo que les abría la puerta y los ayudaba a subir, sobre todo a su padre con bastón.

— Estar con tu tío Li y trabajar en su tienda fue bastante interesante. —respondió el señor Wang quien era el último en subir con ayuda de Yibo.

— La tienda de Li está creciendo bastante bien, el oficio de las joyas artesanales es muy complejo pero muy relajante —continúo el señor Wang.

— Así es, tu padre le estuvo ayudando y fue bueno para su pierna. Descansar sin tanto esfuerzo le hizo bien para el dolor ¿verdad, cariño?

— ¡Me la pasaba la gran mayoría del tiempo sentado! Ambos manejamos negocios, pero el flujo de personas de una joyería es muchísimo menor.

Madre e hijo soltaron una pequeña risa— ¿Cómo estuvieron las cosas en estos días que me fui a recoger a tu padre?

— Bien —respondió Yibo— Yifei y Alice aún están quedándose en casa, su departamento aún sigue en remodelación. Me dijeron que aun no se irían ya que todavía cuidan al sobrino de Alice y el polvo lo puede enfermar.

— ¿Sobrino? —preguntó el señor Wang.

— Cierto, querido, olvidé comentarte que la hermanastra de Alice le dejó a cargo el bebé en lo que ella viajaba, supuestamente a ver si conseguía un trabajo mejor, aunque ya lleva 4 meses sin contacto... ¡Ni siquiera una pequeña carta!

— Dios... ¿hablamos de la misma persona? Pobre bebé... no quiero pensar que lo han abandonado, pero por lo menos está ahora en buenas manos.

— Ni yo me atrevería a cortar lazos con mis bebés, aunque cada uno ya es un adulto hecho y derecho —La señora Wang continuó— ¡Debo admitir que tener a ese pequeño ha sido una locura! hacía tiempo que no teníamos un bebé en casa, el último bebé había sido nuestro pequeño Yibo y ya mira que grande está —la señora pellizco la mejilla de su hijo haciéndolo reír— Hacia falta un alma joven en casa.

[1937 | Un Viejo Amor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora