Capítulo 13 - Sorpresa

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Al siguiente día, y por orden de sus padres, Yibo se quedó en el local junto a su hermana; su hermano Yiaer lo cubriría con las entregas en lo que Yibo se recuperaba. Yibo rara vez se quedaba en el local y había una buena razón, se aburría con facilidad.

— Feifei~ dime que hacer —se quejaba el joven mientras estaba sentado en una silla en el área del mostrador— estoy aburrido

La chica atendía a los clientes que preguntaban por diferentes productos a la vez que escuchaba a su hermano menor— Ve a casa si estas tan aburrido —respondió la chica haciendo que Yibo hiciera una mueca.

— ¡Me aburriría aún más! —Yibo movía sus pies en el aire, observaba a las personas entrar y salir con sus canastas llenas, algunas se ponían a conversar mientras miraban las verduras pero sin duda alguna, todos eran de la tercera edad. El chico por más que mirara a su alrededor, no sabía en qué podía ayudar. Su padre no se encontraba en la ciudad así que su madre estaba realmente ocupada con los camiones que abastecían la plaza y tampoco podía hacer una buena limpieza ya que necesitaba de sus dos brazos para siquiera pasar la escoba; tampoco podía ayudar en caja; el joven era realmente malo en matemáticas por consiguiente era muy malo manejando el dinero.

— Toma —un trapo cayó sobre sus piernas.

Yibo miró el trozo de tela— ¿Qué hago? —dijo con gran curiosidad.

— Dale una pasada al mostrador —decía la chica dándole una rápida mirada— Si tan aburrido estás; quita el polvo que encuentres.

Yibo se levantó algo desanimado ¿qué ayuda podía hacer quitando el polvo? Y sobre todo ¿Qué polvo si su hermana se la pasaba limpiando?— ¿Porque no me lastimé el izquierdo? Mi mano derecha es más útil —pensaba el chico a la vez que pasaba el trapo por el mostrador con la suma atención de no ser obstáculo de ningún cliente y de paso ayudar cuando le preguntaban sobre algún producto, al fin y al cabo, conocía el lugar de cada alimento que se vendía.

Pasada la hora, Yiaer llegó en su bicicleta. Yibo al darse cuenta dejo el trapo sucio a un lado y se acercó a la puerta— Terminaste rápido. —decía mientras miraba si su hermano traía algo consigo.

— Eso se llama ser eficiente —respondió Yiaer mientras entraba su bicicleta y Yibo lo seguía cual pollito— y tener una bicicleta mucho más grande y buena.

Yibo hizo un mohín con sus labios— Yo también soy eficiente —el chico miraba la bicicleta de su hermano, estaba clara la diferencia entre ambas bicicletas. La del Yiaer estaba prácticamente nueva— Cuando sea mi cumpleaños también pediré una bicicleta nueva.

— Deberías, en vez de estar pidiendo bolsas de dulces o juguetes —dijo el joven riendo— llevas diciendo lo mismo desde hace dos años y una semana antes cambias de opinión.

— Es que... hay juguetes que me gustan mucho, sobre todo los carros —respondía el chico— ¡Oh! ¡Mejor le pido al tío que me enseñe a manejar el camión! —Al escucharlo, tanto Yiaer como Yifei empezaron a reír a lo que el chico los miró con confusión— ¿Porque se ríen?

— De seguro apenas y puedes tocar los pedales ¡Como se te ocurre que te enseñaran a manejar! —Yiaer caminó a donde estaba su hermana mientras se quitaba el bolso.

— Yo digo que mejor esperes unos años más para eso —Yifei comentó.

— ¡Ya alcanzo! Quizás me falte un poquito de altura para ver la carretera... pero si me siento sobre algunos libros podré —se quejaba el menor mirando a sus hermanos.

— Igual no puedes porque tienes el brazo malo y necesitas el derecho para poner los cambios —dijo la chica; los mellizos, al ser los mayores, ya sabían cómo manejar el camión de la familia sin embargo rara vez lo usaban— espera a que tengas los 17 años para que mamá te enseñe, ella explica muy bien.

[1937 | Un Viejo Amor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora