🍂•|| 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐈𝐈𝐈 ||•🍂

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。・゚゚・ 𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒇𝒆𝒍𝒊𝒛 ・゚゚・。
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La joven Reiko solía ser alguien que se levantaba tarde, le gustaba mucho dormir pero desde hace unos días parte de su rutina es levantarse temprano para hacer dos almuerzos, uno para la cortesana Ume y el otro para su enamorado. Sus padres veían con ternura sus acciones, no había modo de juzgarle, aunque ...por el bien de Gyutaro más le vale no aprovecharse de la situación.

- ¡Au, au, quema , quema!. - Se quejo mientras servía la comida en las cajas, se soplo en las manos como si fuese a servir de algo. Cuando pudo terminar de guardar la comida limpio la cocina y salió de casa para buscar de nuevo a ese chico.

Ume trabajaba de noche , por eso necesitaba energía , Gyutaro por otro lado cobraba deudas en el día, mejor encontrarlo antes de que se enfriara la comida.

Corrió abrazando la comida, temiendo que se fuese a tirar si se sacudía mucho. Le emocionaba de sobremanera imaginar la sonrisa del par de hermanos, nunca estaba ahí para verlos comer pero cuando le regresaban la caja al día siguiente podía ver un satisfactorio vacío, ni una migaja. Se sentía bien hacer cosas buenas por otros.

Entonces ¿porque tenian que estropear la paz de Reiko?

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- ¡Zorra extranjera , ¿que haces aquí? Regresa por donde viniste!. - Escucho la ofensa al ser levantada del piso con un tirón de cabello, su rostro se enrojecio de impotencia, dolor y pena, estaba a nada de llorar y eso le causaba más molestia a las mujeres que la atraparon y tiraron al suelo, arruinando su kimono, su comida y su día.

- ¡Su-suelteme!. - Pidió intentando soltarse, para ella no sería ningún problema usar la navaja y defenderse pero teniendo los ojos humedecidos y en ansiedad, le era muy dificil el solo detener las manos de las crueles mujeres que atacaban por envidia.

En momentos como estos, su héroe debería llegar a salvarla, tal como leyó en esos cuentos que le regalo su madre, sin embargo su héroe nunca llego y la princesa derramo lágrimas de pena y dolor.

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- Hoy no vino ... - Murmuro Gyutaro manteniéndose recargado en una pared especifica, el límite al que esa chica podía llegar, el punto de reunión para sus intercambios.

Levanto la vista decidido a irse, convencido de que la amabilidad de esa niña se había acabado, quizás se había dado cuenta de como los hermanos se estaban aprovechando de ella y decidió no ayudarlos más, si ...eso era lo más - ...

- ¡Gyutaro, espera!

Ah...realmente vino. Sorprendido por su llegada el chico se giro, encontrando a una herida y sucia Reiko, la chica lucía agitada, parecía haber corrido y sus manos apretaban su monedero casi con desesperación.

- Oye ...

No lo dejo terminar su oración, Reiko extendió a el su monedero y le mostró una desesperación...tierna.

- ¡Lo siento, lo siento, hice comida para tu hermana y para ti ...! pero de camino aquí...se-se me cayo, ¡Así que acepta esto en cambio, deberia ser suficiente para hoy , no me lo tienes que devolver! - Las manos de Reiko temblaban, desde esa distancia Gyutaro podía notar las cortadas en sus dedos y las manchas de lo que parecía ser curry ¿intento arreglar la comida aunque ya estaba tirada?

Se mantuvo en silencio observando a esa mujer , no se parecia a la alegre y pulcra pelirroja de ayer. Le gustaba ver la desdicha de los demás, así no se sentía tan mal por el mismo. Pero con la desdicha de Reiko ...no se sentía feliz , de echo le estaba molestando mucho.

- No lo quiero. - No dijo más, aparto el monedero de su vista y camino por donde Reiko vino, la muchacha estaba confundida, levantó la vista con la mirada borrosa por el llanto previo, comenzó a seguir a Gyutaro para averiguar a donde iba.

Lo siguió hasta darse cuenta, Gyutaro camino hasta el lugar donde la habían agredido antes, la caja de almuerzo seguía ahí tirada, al menos la mitad estaba en el piso, pero eso no le impidio a Gyutaro comérselo, no sería la primera vez que come del piso de cualquier forma.

Pero sin dudas era algo nuevo para Reiko.

- ¡E-espera, no tienes que comerlo , te hará daño!. - Intento detenerlo jalando de su brazo pero no consiguió mover lo.

Gyutaro le dirigió una mirada de molestia pero sus intenciones eran buenas.

- ¡Cállate, ¿crees que me importa? Antes de que llegaras comía basura, esto no es nada! - desvío la mirada y volvió a su actividad, restandole importancia a la mirada desconcertada y ligeramente conmovida de Reiko.

Cerca de terminar comenzó a sentirse ...¿incomodo?, no, no era eso, estaba nervioso, no era la mejor vista que podía ofrecerle a una chica.

- Me molesta desperdiciar comida ...solo es eso. - No era una completa mentira, pero no sintió que hiciera falta decir más.

Por la sonrisa y el color melocotón en las mejillas de Reiko podía darse cuenta de que ella no le creyó del todo. Ambos lo sabían pero prefirieron no decir nada.

- Gracias ...

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Lo que resto del día, Gyutaro no paro de preguntarse porque lo hizo, es decir bien pudo tomar el dinero pero no lo hizo , ella tampoco es una excelente cocinera, ¿porque llegar tan lejos?

Ume le iba a gritar cuando supiera que rechazo dinero, pero su conciencia estaba limpia, no se arrepentía por lo que hizo , solo le daba vergüenza lo bajo que cayó por una niña llorona. ¿Tal vez esa era su debilidad?

- ...Nunca me habían dado las gracias. - y justo en ese momento cayo en cuenta, desde que ella llegó a su vida estaba viviendo muchas cosas que antes no le habían ocurrido, una declaración de amor, un beso, comida caliente ...compasión. - Ojalá no sea solo un capricho ...

Enserió esperaba que ella no se fuera a aburrir de él.

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Mientras la joven Reiko ya hacia en su hogar cenando con su familia en el calor del futon, Gyutaro se las tenía que ingeniar para tapar los agujeros de "casa" , pronto iba a nevar y eso era un problema, nisiquiera tenían puerta, era un milagro que no hayan muerto de hipotermia antes.

- Listo, deberia ser suficiente. - se sintió un poco orgulloso por su trabajo, ahora solo tenía que conseguir una puerta ...si...no sería muy sencillo que digamos.

"Miau~"

Guiado por el maullido de un felino, busco al animal con la mirada, un anciano parecía estar alimentadolo, a cambio el animal se dejaba acariciar. Un intercambio, comida y cuidados a cambio de compañía.

Se sintió como un gato callejero.

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🥀•☆| Continuará

Editado: jsjs nosePublicado: 31/Jul/23

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Editado: jsjs nose
Publicado: 31/Jul/23

𝐿𝑎 𝑑𝑜𝑛𝑐𝑒𝑙𝑙𝑎 𝑟𝑜𝑗𝑎 / 𝑲𝒏𝒚 𝑶𝒄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora